Dios le ordena a Eliyahu reunirse con Ajav para detener la sequía de lluvias. El encuentro no se lleva a cabo en forma directa, sino a través de un mediador-Ovadyahu
Primera parte: Tres conversaciones
Versículos 1-19
La conversación entre Ajav y Ovadyahu
Ovadyahu es el designado, “era mayordomo del palacio“ (uno de los destacados ministros de la corte), junto a Ajav, para buscar alimento para los animales y evitar que estos mueran de hambre: “Anda por la tierra a todas, las fuentes de aguas, y a todos los torrentes; quizás hallaremos hierba con que guardemos la vida a los caballos y a los mulos, para que no nos quedemos privados de bestias“ (Versículo 5). Después de dividirse, repentinamente Ovadyahu se encontró con Eliyahu.
Segunda conversación entre Ovadyahu y Eliyahu
“Estando, pues, Ovadyahu en el camino, he aquí a Eliyahu que venía a su encuentro. Y él lo reconoció y cayó sobre su rostro y le dijo: "¿Eres tú, mi señor Eliyahu?" (Versículo 7). Eliyahu le pide a Ovadyahu que le informe a Ajav acerca del encuentro entre ellos, pero Ovadya le teme a Ajav: “¿En qué he pecado, para que tú quieras entregar a tu siervo en mano de Ajav, para que me mate? “ (Versículo 9)
Ovadyahu tiene la sospecha de que Ajav lo matará. Tras un largo debate Ovadyahu se convence y le transmite la información a Ajav: “Partió, pues, Ovadyahu para encontrar a Ajav y se lo dijo “. (Versículo 16)
Conversación entre Eliyahu y Ajav
Finalmente, Eliyahu y Ajav se reúnen, y hay una esperanza de que la sequía llegue a su fin. Ajav, al ver a Eliyahu le dice: “¿Eres tú, el que arruinas a Israel?“ (Versículo 17). Pero Eliyahu les responde con la misma moneda: “A lo que respondió: "No soy yo el que he arruinado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, por haber dejado los mandamientos del Señor, y haber seguido a los Baales“ (versículo 18)
Ajav y Eliyahu se culpan mutuamente: Ajav culpa a Eliyahu de la destrucción de Israel por la sequía que deriva en la muerte, mientras que Eliyahu acusa a Ajav por haber destruido a Israel en el aspecto espiritual, ya que los condujo al paganismo, al servicio al Baal.
Eliyahu propone llevar a cabo un gran encuentro con los profetas del Baal, pero no explica el objetivo de dicho encuentro.
Segunda parte: el evento en el monte Carmel y la lluvia
Versículos 20-44
Por lo cual envió Ajav a todos los hijos de Israel, y congregó a los profetas en el monte Carmel,
Entonces acercándose Eliyahu a todo el pueblo, dijo: "¿Hasta cuándo vacilarán entre dos opiniones? (Si el Señor es el Dios, síganlo; mas si lo es Baal, entonces seguidle a él." Mas el Pueblo no le respondió palabra.
Entonces dijo Eliyahu al pueblo: "Yo, yo solo he que dado como profeta del Señor; mas los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta hombres.)
Les darán, pues, dos novillos, y escojan ellos para sí un novillo, y cortándole en trozos, pónganle sobre la leña; mas no le pongan fuego; y yo aderezaré el otro novillo, y le colocaré sobre la leña, mas no le pondré fuego.
(Invocad luego el nombre de vuestro dios, y yo invocaré el nombre del Señor; y sea que el dios que responda por medio de fuego, él sea el verdadero Dios." A lo cual respondió todo el pueblo: "¡Bien dicho!")
Enseguida dijo Eliyahu a los profetas del Baal: "Elijan ustedes un novillo, y aderézenlo primero…( porque ustedes son más; e invoquen el nombre de vuestro dios; mas no le pongan fuego al sacrificio.)
Ellos, pues, tomaron el novillo que se les había dado, y le aderezaron, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: "¡Oh Baal, óyenos!" Pero no hubo voz, ni quien respondiese…
Y aconteció, pasado ya el mediodía que ellos siguieron profetizando hasta la hora de ofrecerse la oblación de la tarde; mas no hubo voz, ni quien respondiese, ni quien les prestase atención.
Entonces dijo Eliyahu a todo el pueblo: "Acérquense a mí"…
Y tomó Eliyahu doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Yaakov, y con aquellas piedras edificó un altar en el nombre del Señor…
Y aconteció que al tiempo de ofrecerse la oblación vespertina, el profeta Eliyayhu se llegó (al altar) y dijo: "¡Oh Señor, Dios de Avraham, de Itzjak y de Israel, hoy mismo sea conocido que Tú eres Dios de Israel y que yo soy Tu siervo; y que por orden Tuya he hecho todas estas cosas!
Respóndeme, oh Señor, respóndeme, para que conozca este pueblo que Tú, Señor, eres el Dios (verdadero), y que Tú has hecho volver el corazón de ellos!"
Entonces cayó el fuego del Señor, y consumió el holocausto, y la leña, y las piedras, y el polvo; y lamió el agua que había en la zanja.
Y lo vio todo el pueblo, por lo cual cayeron sobre sus rostros, diciendo: "¡El Señor solo es Dios! ¡El Señor solo es Dios!"
Entonces le dijo Eliyahu a Ajav: "¡Sube, come y bebe; porque hay sonido de abundancia de lluvia!"