La bendición de los Cohanim

La bendición de los Cohanim

 

En la lectura de la semana encontramos la orden dada a los cohanim de bendecir al pueblo de Israel: “Entonces el Eterno habló a Moshé, diciendo: “Habla a Aarón y sus hijos, diciendo: ‘De esta manera deben bendecir a los hijos de Israel, diciéndoles: “El Eterno te bendiga y te guarde. El Eterno haga brillar su rostro hacia ti, y te favorezca. El Eterno alce su rostro hacia ti y te asigne paz”’. Y ellos tienen que colocar mi nombre sobre los hijos de Israel, para que yo mismo los bendiga”.

Rabí Shimshón Rafael Hirsch (1808-1888), interpreta que los cohanim deben repetir textualmente el texto que les dictan y no son más que el conducto por el cual se transmite y desciende abundancia y abasto divinos hacia el pueblo. Rabí Jonathan Eybeschutz (1690-1764) dice que la voluntad divina es que los cohanim bendigan al pueblo según sus necesidades. Las quince palabras del texto hebreo de la bendición están dirigidas a satisfacer las necesidades de cada uno de los bendecidos. Sólo el Santo Bendito conoce lo que necesita cada una de sus creaturas.

Cada una de las bendiciones se relaciona escalonadamente a necesidades perfectamente delineadas. Hay un orden, una lógica y una ley en esas necesidades. Las personas que oyen esas bendiciones se identifican con ellas y a su vez las repiten cuando bendicen a sus hijos, como si las mismas sintetizaran todas sus necesidades.

La primera bendición se refiere a los temas materiales, corporales, físicos; esenciales y substanciales. A las insuficiencias fisiológicas y de seguridad. La segunda se ocupa exclusivamente de cuestiones espirituales. Pertenencia, amor, apreciación social. La primera parte de la tercera, habla de una intimidad con Di-os, la necesidad de respeto y valoración.

Isaac ben Moshé Arama (c. 1420–1494), las explica diciendo que las bendiciones se refieren a las necesidades esenciales, elementales, fundamentales, indispensables, y forzosas del ser. La primera a las necesidades de nuestro cuerpo, la economía y los adquieres temporales, la segunda a las necesidades espirituales y culturales, y la tercera a las necesidades que tenemos frente a Di-os, para satisfacer el  ansia, y la apetencia de Su presencia que se puede lograr junto al Shalom –la paz-.

Rabí Shimshón Rafael Hirsch dice que la primera bendición desea éxito en los bienes físicos y materiales y protección de toda influencia dañina. La segunda, en la concesión de habilidades espirituales para… conocer y comprender el rostro divino que se nos revela. La tercera nos lleva a la máxima aspiración que es el acercamiento a D-s. Y esta jerarquización de las necesidades, lo material, luego lo espiritual y por fin el acercamiento a lo divino, ¿no es a su vez otra gran lección de Di-os?

Es interesante ver como el psicólogo C. Alderfer (nacido 1940), en su revisión de la Teoría de las Necesidades de A. Maslow (1908-1970), agrupa a las necesidades humanas también en tres categorías:

Existencia: que agrupa las necesidades más básicas llamadas por A. Maslow fisiológicas y de seguridad. Relación: las necesidades que requieren, para su satisfacción de la interacción con otras personas, comprendiendo la necesidad social y el componente externo de la clasificación de estima. Crecimiento: representado por el desarrollo interno de las personas. Incluyen el componente interno de la clasificación de estima y la de autorrealización.

Como que ambos autores hubieran tenido frente a sí las bendiciones de nuestra parashá… ¿acaso no es Dios el Gran Psicólogo?

 

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