"Y ahora, para vosotros, sacerdotes, es este mandamiento."
Versículo 1: ahora, para vosotros, sacerdotes, es este
mandamiento.
El profeta se dirige a los cohanim para comunicarles la advertencia que les va a decir en el próximo versículo.
Don Isaac Abarbanel, sostiene que este aviso, se lo dice a los cohanim, pues ellos son los sabios y los responsables del pueblo, sobre ellos recaía la obligación de explicarle a la gente qué tipos de animales podían ofrendar y cuáles no.
Acorde a la opinión de los comentaristas, el profeta advierte a los cohanim para que a partir de ese momento dejen de ofrendar todo aquello que no era apto o que no esté en las condiciones que se estipulan en la Tora, pues, tal como dijo en el capítulo
anterior, todo eso constituye un desprecio al honor de Dios.
Malají 2
Versículo 2
"Si no escucháis, y si no prestáis atención en dar honor a Mi Nombre dice el Señor de los Ejércitos enviaré sobre vosotros maldición, y maldeciré vuestras bendiciones; y en verdad, ya las he maldecido, pues no prestáis atención."
Versículo 2: Si no escucháis, y si no
prestáis atención en dar honor a Mi Nombre, dice el Señor de los Ejércitos,
enviaré sobre vosotros maldición, y maldeciré vuestras bendiciones; y en
verdad, ya las he maldecido, pues no prestáis atención.
dar honor a Mi Nombre Se refiere a que al no velar por las ofrendas que se traían al altar, de esa manera está deshonrando a Dios, pues en al Tora está escrito: En el lugar en que ponga
Mi Nombre allí, esto hace referencia al altar, de esta forma, al profanar el altar, estan profanando el Nombre de Dios.
Como es sabido, existe un precepto de la Tora, en que los cohanim deben bendecir al resto del pueblo, aquí, Dios les advierte que transformará esa bendición en una maldición, todo lo que ellos toquen o bendigan, será maldecido.
ya las he maldecido, pues
no prestáis atención Abarbanel dice que, en realidad, Dios, ya ha comenzado a obrar así, por ser que ellos han actuado sin prestar atención en hacer las cosas en la manera correcta y cuidando todos los detalles, como es digno hacer ante un rey
de carne y hueso, mucho más, al tratarse de Dios.
El comentarista Malvim, sostiene que al decir: Si no escucháis, y si no prestáis atención se refiere a: si no escuchan esta advertencia ya sea porque Dios se los está señalando, o, si no prestan atención a actuar correctamente como
cualquier mente sana lo haría, entonces, eso que la Tora había asegurado luego de enunciar la bendición de los cohanim en Bamidbar 6:27:
Y pondrán Mi Nombre sobre los hijos de Israel y Yo los bendeciré por ser que ellos ahora profanan Su Nombre al desdeñar el altar, entonces Dios no pondrá Su Nombre sobre los hijos de Israel para que se cumpla la bendición con que los cohanim
los bendecían luego que llevaban una ofrenda a Dios.
Otros opinan que cuando dice: Y pondrán Mi
Nombre sobre los hijos de Israel y Yo los bendeciré se refiere a que el pueblo recibía la bendición de Dios por intermedio de los cohanim, pero ¿Quién bendecía a los cohanim? para responder a esta pregunta es que el versículo dice: y Yo los bendeciré (a los cohanim). Pero luego que los cohanim habían aceptado ofrendas defectuosas en el altar de Dios, entonces Él no los bendecirá, sino que transformará esa bendición en maldición.
Malají 2
Versículo 3
"He aquí, a causa de ustedes Yo maldeciré vuestra semilla, y os echaré estiércol sobre vuestros rostros, el estiércol de vuestras ofrendas, y cargarán con él."
Versículo 3: He aquí, a causa de ustedes
Yo maldeciré vuestra semilla, y os echaré estiércol sobre vuestros rostros, el
estiércol de vuestras ofrendas, y cargarán con él.
Malvim, dice que se refiere a que, si bien al principio, por medio del profeta Jagai, Dios les había prometido que una vez que comiencen los servicios en el Templo, Él bendeciría sus cosechas tal como dice allí en 2:18-19 Pero considerad bien esto desde hoy en
adelante, desde el día veinticuatro del mes noveno; desde el día en que se
pusieron los cimientos del Templo del Señor, considerad bien: ¿Acaso hay aun semillaen el granero?
Todavía la vid, la higuera, la granada y el olivo no han dado fruto; pero desde
hoy Yo os bendeciré. No obstante, ahora, por ser que ellos desprecian a Dios, llevando todo tipo de ofrendas de segunda clase o en mal estado, entonces Dios maldecirá la cosecha.
y os echaré estiércol sobre
vuestros rostros, dicen los sabios que por ser que esas ofrendas que traían eran defectuosas y no aptas, profanando el Nombre de Dios con ello y mostrando una gran falta de respeto hacia Él, entonces, Dios actúa contra ellos con la misma deshonra,
toma lo peor y más bajo de las ofrendas, su estiércol y se los arroja sobre sus propios rostros.
Los sabios del Talmud, en el tratado Suca, han ilustrado esta actitud con el ejemplo de un mal siervo que le ofrece a su rey para beber un vaso con agua sucia, como es de suponer, el monarca se lo arrojará en su cara, lo mismo ocurre con los cohanim que
ofrecen ante el altar de Dios, cosas inapropiadas, que no serán aceptadas por Dios y que serán despreciadas y arrojadas sobre sus rostros.
y cargarán con él sin duda, el hecho que Dios diga que echará estiércol sobre el rostro de los cohanim, esto constituye una gran deshonra para ellos, es por eso que dice, que ese pecado que ellos cometen, es el que los llevará a ese deshonor
y ellos deberán cargar con esa vergüenza.
Radak dice que Dios actúa con ellos de la misma manera que ellos actuaron con Él, tal como ellos han deshonrado a Dios, de esa misma manera ellos serán avergonzados por Dios y portaran esa vergüenza.
Malají 2
Versículo 4
"Entonces sabréis que os he enviado este mandamiento para que mi pacto siga con Leví dice el Señor de los Ejércitos."
Versículo 4: Entonces sabréis que os he
enviado este mandamiento para que Mi pacto siga con Leví dice el Señor de los
Ejércitos.
Don Isaac Abarbanel sostiene que todo esto es para que ellos sepan que el motivo por el cual les manda esta severa advertencia, es a causa de que están profanando el pacto que Dios había hecho con la tribu de Levi, (los cohanim son parte de esa tribu).
Daat Mikrá sostiene que este pacto fue mencionado en la Tora en distintos lugares: Debarim 33:10: Ellos
enseñarán Tus ordenanzas a Yaacob y Tu ley a Israel. Pondrán incienso delante
de Ti, y ofrendas perfectas sobre Tu altar, No obstante, en el próximo versículo lo detallará más específicamente.
Malají 2
Versículo 5
"Mi pacto con él era de vida y paz, las cuales le di para que me reverenciara; y él Me reverenció, y estaba lleno de temor ante Mi Nombre."
Versículo 5: Mi pacto con él era de vida
y paz, las cuales le di para que me reverenciara; y él Me reverenció, y estaba
lleno de temor ante Mi Nombre.
Daat Mikrá dice que el pacto constituía en que, si bien Dios no les concedería una parte dentro de la tierra de Israel, no obstante, le otorgaría a la tribu de Levi una vida larga y tranquila, proveyéndoles todas sus necesidades básicas para mantenerse,
así ordenó al pueblo de Israel que le otorguen a la tribu de Levi ciudades dentro del territorio de cada uno, como así también brindarles el diezmo de todas las cosechas.
Don Isaac Abarbanel dice que la tribu de Levi era realmente meritoria de recibir esta recompensa, pues ellos Le fueron fiel en el desierto, cuando todo el pueblo se encontraba adorando al becerro de oro, la única tribu que permaneció apegada a Dios fue
la tribu de Levi, como dice en Shemot: 32:26 se paró Moisés a la puerta del campamento, y dijo: El
que esté con el Señor, que venga a mí. Y se juntaron a él todos los hijos de
Leví. Y él les dijo: Así dice el Señor,
Dios de Israel: "Ciña cada uno la
espada sobre el muslo, y pasad y repasad por el campamento, de punta a punta, y
matad cada uno a su hermano y a su amigo y a su vecino (que se haya apegado a
la idolatría)" Y los hijos de Leví hicieron
conforme a la palabra de Moshé; y cayeron aquel día unos tres mil hombres del
pueblo. Y Moshé les dijo: Consagraos hoy al Señor…,
para que hoy Él os dé bendición.
Rashí, en cambio, sostiene que se trata de la bendición que Dios le otorgó a Pinjás en Bamidbar 25:10 Entonces habló el Señor a Moshé, diciendo: Pinjás, hijo de Eleazar, hijo Aarón
el sacerdote, ha apartado Mi ira contra los hijos de Israel porque celó por Mí
entre ellos, y no he destruido a los hijos de Israel en Mi celo. Por tanto, dile: "He
aquí, Yo le concedo Mi pacto de paz. Para él y para su descendencia después
de él, un pacto de sacerdocio perpetuo, porque celó por su Dios e hizo
expiación por los hijos de Israel." vemos como claramente a Pinjás, que pertenecía a la tribu de Levi, Dios le aseguró, por medio de un pacto, paz, y una descendencia grande y duradera.
Radak, sostiene como Rashí, y agrega que además Pinjás gozó de una larga vida, pues vemos que, si bien fue de los que salieron de Egipto, vivió varios años después de la muerte de Yehoshua, pues fue mencionado en el libro de Shofetim 20:28, Y
Pinjás, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, estaba delante de ella en aquellos días
y dijeron: ¿Tornaré a salir a la guerra contra los hijos de Biniamín, mi
hermano, o debo desistir?
Malají 2
Versículo 6
"La verdad de la Tora estaba en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba conmigo, y apartaba a muchos del mal camino."
Versículo 6: La verdad de la Tora estaba
en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba
conmigo, y apartaba a muchos del mal camino.
Daat Mikrá señala, tal como dijimos antes, que la función de los Leviim y de los Cohanim, consistía en dos cosas: por un lado, servir en el santuario y por el otro, enseñar al pueblo las leyes y los caminos de la Tora, como está escrito en la Tora en
Vaikrá 10:11y para que
enseñéis a los hijos de Israel todos los estatutos que el Señor les ha dicho
por medio de Moshé. O en Debarim 17:8 Si un caso es demasiado
difícil para que puedas juzgar…, te levantarás y subirás al lugar que el Señor tu Dios escoja, y vendrás al cohen, al Levi o
al juez que oficie en aquellos días, e inquirirás de ellos, y ellos te
declararán el veredicto del caso. Y harás conforme a los términos de la
sentencia que ellos te declaren desde aquel lugar que el Señor escoja; y cuidarás de
observar todo lo que ellos te enseñen. Según los términos de la ley
que ellos te enseñen, y según la sentencia que te declaren, así harás; no te
apartarás a la derecha ni a la izquierda de la palabra que ellos te digan.
O en Debarim 33:10 en donde se ve más claramente estas dos funciones que cumplía la tribu de Levi: Ellos enseñarán Tus
ordenanzas a Yaacob y Tu ley a Israel. Pondrán incienso delante de Ti, y
ofrendas perfectas sobre Tu altar.
El comentarista Malvim, sostiene que cuando dice: la Tora estaba en su boca se refiere a que la tradición que se pasaba de maestro a alumno hasta llegar hasta Moshé. Cuando dice: y no
se hallaba iniquidad en sus labios se refiere a la sabiduría y aquellos razonamientos que deducían utilizando la lógica.
no se hallaba iniquidad en sus labios El comentarista Radak, dice que esto alude a su integridad, pues lo que pensaba en su corazón era lo que pronunciaba con sus labios. No era hipócrita, que decía con sus labios una cosa y en su corazón
pensaba otra.
en paz y rectitud caminaba conmigo Daat Mikrá dice que se refiere a que se conducen con armonía, que no causan pleitos; con honestidad y dignidad.
Ibn Ezra, sostiene que cuando dice: en paz se refiere a aquellas cosas que tenían que ver entre el hombre y su prójimo, y cuando dice rectitud caminaba conmigo se refiere a aquellas cosas en el ámbito del hombre con Dios.
y apartaba a muchos del mal camino Tal como dijimos en el versículo anterior, Daat Mikrá sostiene que esto hace alusión a cuando la tribu de Levi revertió la situación con el becerro de oro, o a Pinjás cuando Dios quiso aniquilar a todo
el pueblo por hacer idolatría.
Don Isaac Abarbanel dice que este versículo se está refiriendo al príncipe de la tribu de Levi, que era Aaron. Tal como dice en el Pirké Avot 1:12 Hilel solía
decir: Se de los discípulos de Aarón, ama la paz y persigue la paz, ama a las
criaturas y acércalas a la Tora.
Malají 2
Versículo 7
"Pues los labios del sacerdote deben guardar la sabiduría, y los hombres deben buscar la instrucción de su boca, porque él es el emisario del Señor de los Ejércitos."
Versículo 7: Pues los labios del
sacerdote deben guardar la sabiduría, y los hombres deben buscar la instrucción
de su boca, porque él es el emisario del Señor de los Ejércitos.
Daat Mikrá dice que la intención de este versículo es declarar cuál debe ser la verdadera función del cohen: ser una persona sincera que habla sabiduría e instruye a la gente, justamente lo contrario de lo que estaba sucediendo en aquella época, pues
los cohanim no instruían al pueblo ni guardaban fidelidad con respecto a las ofrendas que se podían traer, sino que aceptaban lo que fuera.
porque él es el emisario
del Señor de los Ejércitos puesto que Dios les encomendó en la Tora, la tarea de instruir al pueblo y ser los encargados de toda la labor en el santuario, sobre ellos recae esta obligación que Dios les designó.
Los sabios del Talmud, tratado Moed Katan 17ª, utilizaron este versículo como modelo y faro para estipular los altos estandartes que debía tener un maestro del pueblo de Israel, hasta el punto de aseverar que, si el maestro tiene esas altas cualidades,
entonces, naturalmente el pueblo se acercará para recibir de él enseñanzas, pero si el cohen no inspira esa imagen, entonces, la gente no vendrá a aprender de él.
Malají 2
Versículo 8
"Pero vosotros os habéis desviado del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis corrompido el pacto de Leví dice el Señor de los Ejércitos."
Versículo 8: Pero vosotros os habéis
desviado del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis
corrompido el pacto de Leví dice el Señor de los Ejércitos.
Pero a diferencia del camino que habían sentado sus predecesores, los cohanim de aquella generación, hicieron justo lo contrario y con su actitud, no solamente que se corrompieron ellos, violaron su pacto y no actuaron con honestidad y fidelidad, sino
que engañaron y actuaron negligentemente en su tarea, pues no velaron por el honor del Templo y su altar, sino que permitieron que sean traídos todo tipo de ofrendas en mal estado y de mala calidad.
Por otro lado, tampoco han cumplido con la tarea y la responsabilidad de apartar a muchos del mal camino, sino que, permitieron a todo el pueblo de Israel que actúe mal y que se corrompa.
Por lo tanto, dice Malvim, los cohanim habían fracasado en los dos aspectos del pacto: no velaron por el cuidado y honor del santuario, ni tampoco cumplieron su función de instruir y advertir al pueblo.
Malají 2
Versículo 9
"Por eso yo también os he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado Mis caminos y acomodáis la ley a vuestra conveniencia."
Versículo 9: Por eso yo también os he
hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis
guardado Mis caminos y acomodáis la ley a vuestra conveniencia.
Daat Mikrá sostiene que la intención de este versículo es decirles a los cohanim que tal como ellos han quebrantado el pacto y no han honrado a Dios ni a Su Tora, así también Dios les hará pagar de la misma manera: en lugar de ser respetados y admirados,
serán avergonzados y humillados ante el pueblo de Israel.
acomodáis la ley a vuestra
conveniencia lejos de que la verdad de la Tora esté en su boca, y no se halle
iniquidad en sus labios ellos adulteraban todas las leyes de las ofrendas, para acomodarlas a las necesidades de ellos y aceptar lo que se les antojara.
Malají 2
Versículo 10
"¿Acaso no tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué comportarnos deslealmente con nuestros hermanos, profanando el pacto de nuestros padres?"
Versículo 10: ¿Acaso no tenemos todos un
mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué comportarnos
deslealmente con nuestros hermanos, profanando el pacto de nuestros
padres?
A partir de ahora va a hablar de otro tema: la asimilación y el casamiento con mujeres paganas. Lo más probable, es que lo que va a decir ahora, haya sucedido en una nueva profecía.
Tal como lo había dicho anteriormente en el libro de Ezra y en Nejemiá, varios del pueblo, a pesar de estar casados, habían también tomado otras esposas de entre las mujeres paganas, apegándose a ellas y dejando en una segunda categoría a sus antiguas
esposas judías.
Por lo tanto, Don Isaac Abarbanel y Malvim dicen que dos pecados cometieron: 1) tomar como esposas a mujeres paganas y 2) degradar a sus esposas judías, poniéndolas bajo la tutela de las nuevas mujeres idólatras a las que el marido les daba la autoridad
para que manden en la casa.
Acorde a la opinión de varios comentaristas, este argumento lo plantean los cohanim y los del pueblo que se han casado con mujeres paganas, que buscan un justificativo para defender su decisión de no divorciarse de esas mujeres.
Daat Mikrá sostiene que lo que están queriendo decir, es que en realidad toda la humanidad son descendientes de un mismo hombre, Adam y Java, que fueron creados por Dios, por lo tanto: ¿Por
qué comportarnos deslealmente con nuestros hermanos? son todos hermanos, por lo tanto, no deberían separarse de las mujeres no judías que tomaron como esposas.
profanando el pacto de
nuestros padres Daat Mikrá dice que se refiere al pacto que hacen entre los consuegros cuando entregan a sus hijos para que se casen, en donde cada uno promete cuidarse y respetarse. Por lo tanto, ellos argumentan, que no ven motivo suficiente
para romper esa promesa, más cuando todos los seres humanos son hermanos, hijos de un mismo Padre celestial.
Malají 2
Versículo 11
"Traición ha cometido Yehudá, y una abominación se ha cometido en Israel y en Jerusalem; pues Yehudá ha profanado el santuario del Señor, que Él ama, y se ha casado con la hija de un dios extraño."
Versículo 11: Traición ha cometido
Yehudá, y una abominación se ha cometido en Israel y en Jerusalem; pues Yehudá
ha profanado el santuario del Señor, que Él ama, y se ha casado con la hija de
un dios extraño
Ante los argumentos planteados en el versículo anterior, responde ahora el profeta Malají.
Daat Mikrá dice que el versículo va escalando en el nivel de gravedad de la iniquidad que cometieron. En primer lugar, habla del lugar específico, es decir, en el territorio de Yehudá, que Dios les había conferido para volver del exilio. En segundo lugar,
esto no es una traición solo contra Dios, sino también contra todo Israel, pues atenta contra la integridad del pueblo como tal. Por último, todo esto se ve agravado con el hecho que se comete justamente en Jerusalem que es el corazón y la ciudad
más preciada del pueblo de Israel.
El comentarista Metzudat David, sostiene que el motivo por el cual da tantos detalles, es porque esta actitud de los hombres no puede ser justificada diciendo que lo hacían porque no tenían con quién casarse, es por eso que el versículo especifica que
se trataba de aquellos que estaban entre medio de Yehudá, en Jerusalem, en donde tenían todas las posibilidades de tomar esposas judías.
se ha casado con la hija de
un dios extraño a pesar de estar prohibido literalmente en la Tora Shemot 34:16 No tomaréis a sus hijas para tus hijos como esposas,
pues al prostituirse sus hijas en pos de los dioses paganos, harán desviarse a
tus hijos tras esos dioses
El comentarista Maari Kra, resalta que el texto se refiere a las mujeres de Israel como consagradas a Dios, del santuario de
Dios mientras que a las mujeres paganas las llama: hija de un dios
extraño
Malají 2
Versículo 12
"Que el Señor extermine de las tiendas de Yaacob al hombre que hace esto, ya sea alumno o maestro, aunque presente una ofrenda al Señor de los Ejércitos."
Versículo 12: Que el Señor extermine de
las tiendas de Yaacob al hombre que hace esto, ya sea alumno o maestro, o aunque
presente una ofrenda al Señor de los Ejércitos.
El profeta anticipa el final malo que tendrán todos aquellos que actúan así, hasta el punto que serán borrados completamente del pueblo de Israel, sin importar su estrato social, ya sea que se trate de un simple individuo, o de un sabio dentro del pueblo
de Israel, o aun que fuera un cohen, ninguno de estos rangos lo protegerán de ser borrados del pueblo de Israel y que no quede nada de su simiente, que de todas maneras, al ser que engendra hijos con una mujer pagana, sus hijos no pertenecen al pueblo
de Israel, sino que son considerados como paganos, al igual que su madre.
Malají 2
Versículo 13
"Y, segundo, esta otra cosa hacéis: cubrís el altar del Señor de lágrimas, llantos y gemidos, porque Él ya no mira la ofrenda ni la acepta con agrado de vuestra mano."
Versículo 13: Y, segundo, esta otra cosa
hacéis: cubrís el altar del Señor de lágrimas, llantos y gemidos, porque Él ya
no considera la ofrenda ni la acepta con agrado de vuestra mano.
Y, segundo Radak dice que se refiere, a que además de haber mancillado el altar trayendo todo tipo de ofrendas inapropiadas, tal como dijo anteriormente, ahora hacen esta segunda afrenta.
Acorde a la opinión de los comentaristas, este versículo hace alusión a la situación en que se encontraban las mujeres judías, que sufrían y lloraban ante el altar de Dios porque veían cómo sus esposos tomaban para ellos mujeres paganas y las hacían amas
y señoras de la casa, poniéndolas a las judías bajo su dominio y sometimiento.
Esta actitud no era nueva, ya fue condenada anteriormente en la Biblia, tal como nos cuenta el Midrash, cuando nos relata en Bereshit 4:19 que Lemej, tal como la mayoría de los hombres de su época, tomó para sí dos esposas, con una tenía hijos mientras
que la otra cuidaba su figura y no se ocupaba de las tareas domésticas, de esta forma, estaba siempre atractiva para que él pueda gozar de ella.
cubrís el altar del Señor
de lágrimas, llantos y gemidos Las mujeres judías acudían al altar de Dios, como pidiendo la intervención Divina y que Él atestigüe por ellas. Don Isaac Abarbanel dice que ellas se entregaban en el altar dispuestas a ser sometidas a la prueba
de las aguas amargas a las que eran sometidas las mujeres sospechosas de adulterio, pues ellas estaban completamente seguras de haber actuado fiel y lealmente para con su marido sin entender por qué él se apegaba a otras mujeres y las abandonaban
a ellas.
porque Él ya no considera
la ofrenda ni la acepta con agrado de vuestra mano por todo esto, Dios no aceptará vuestras ofrendas; por un lado, las ofrendas en sí son inapropiadas y defectuosas, como ya lo había mencionado en el capítulo anterior, y por otro lado, a pesar
que esas fueran buenas, Dios no las aceptaría si provienen de manos de gente tan vil como esos hombres, pues ese mismo altar, es el testigo de las ofrendas en mal estado con que han deshonrado a Dios, y el dolor de esas mujeres a las cuales ellos
han traicionado.
Malají 2
Versículo 14
"Y vosotros decís: "¿Por qué?" Porque el Señor ha sido testigo entre tú y la mujer de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es tu compañera y la mujer de tu pacto."
Versículo 14: Y vosotros decís:
"¿Por qué?" Porque el Señor ha sido testigo entre tú y la mujer de tu
juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es tu compañera y
la mujer de tu pacto.
A pesar que ante los ojos del pueblo no parece algo malo el hecho de tomar como esposas mujeres paganas, en la cima de su caradurismo argumentan con suma alevosía: "¿Por qué?" es por eso que el profeta sigue mostrándoles la gravedad
y la maldad de sus actos. Pues estos hombres inicuos e inmorales, no consideraban que estaban haciendo algo malo contra el pueblo, pues ellos seguían conservando a sus esposas judías, para tener descendencia con ellas, y que sean ellas las que tengan
que cargar con la tarea de la crianza, mientras que él se dedicaba a disfrutar y deleitarse con las doncellas idólatras.
Lo que los hombres judíos hacían en esa generación, era realmente injusto con sus esposas, pues probablemente estas mujeres que debieron sufrir el desgaste, no solo de la crianza de los hijos y de la esclavitud, sino que también debieron lidiar con un
camino largo y difícil de regreso a Jerusalem, todo esto seguramente las habrán puesto a estas mujeres en una situación de desventaja ante las mujeres cnaanitas, que se encontraban allí sin ninguna preocupación y probablemente unos cuantos años más
jovencitas y a pesar que el hombre probablemente no era un muchacho joven o demasiado apuesto, por ser que disponían de tierras (pues tal como dijo en Nejemiá, cada uno recuperó sus antiguas tierras) esto hacía que las doncellas los vean como un candidato
con buen porvenir, a pesar que sea demasiado mayor para ellas.
Además de todo esto, debemos agregar que el recato y pureza de las mujeres judías, no era valorada ante sus esposos, pues éstos, absortos, observaban a las mujeres paganas con su conocida reputación de lascivia y lujuria que reinaba entre los pueblos
paganos, quienes no veían problema alguno en que sus hijas se prostituyan o que participen en todo tipo de orgías idólatras, lo que las convertía en expertas en el área de una sexualidad pervertida. A los ojos de estos judíos viles, hacía mucho más
tentadoras a esas mujerzuelas, a quienes codiciaban más que a sus dedicadas esposas, fieles y recatadas, que entregaron sus mejores años y las fuerzas de su vida. Es por eso que el profeta les recriminará en los próximos dos versículos con palabras
duras acusándolos de deslealtad y traición.
Otro punto que debemos tener en cuenta para poder tener una mayor concepción de la maldad de aquellos hombres, es que no solo que se casaban con aquellas jóvenes mujerzuelas y dejaban de lado a sus antiguas mujeres, sino que, además, las traían a sus
propias casas y familias, poniéndolas en el rango más alto entre las mujeres, haciéndolas las amas y señoras de la casa y sometiendo a todas las demás mujeres de su hogar ante la nueva y flamante mujer. Obviamente esta era una mujer pagana, con costumbres
idólatras, que se burlaba de las tradiciones de las mujeres judías que cuidaban con tanto esfuerzo y dedicación, ya sea en el ámbito público, de la comida, ritos, festividades, etc., como en el ámbito de la intimidad de la vida conyugal judía.
Ante todo esto, Dios dice que Él mismo es testigo de esta gran injusticia y deslealtad.
El judaísmo no concibe la idea que reina en el mundo islámico, que sueñan con un paraíso en donde cada hombre dispone para sí de 70 vírgenes a su servicio; o lo que era común en la antigüedad, en donde cada noble disponía de un harén de mujeres que eran
mantenidas y encerradas para él, con el único propósito de tener placer, tal como lo relata el Libro de Esther, con el rey Ajashverosh, quien, de tanto en tanto, mandaba a congregar a jóvenes vírgenes, las cuales estaban solo una noche con el rey
y luego de eso, estaban vedadas a cualquier otro hombre de por vida, pasando a formar parte del harén del rey de Persia, y tal vez no volvían a estar con él nunca más, como dice en Esther 2:12 Cuando le tocaba
a cada doncella venir al rey, al cumplirse sus doce meses de preparativos,
según las ordenanzas para las mujeres, pues los días de su embellecimiento se
cumplían así: seis meses con óleo de mirra y seis meses con especias y
cosméticos para las mujeres, entonces la joven venía al rey de esta manera:
cualquier cosa que ella deseaba se le concedía para que la llevara consigo del
harén al palacio del rey al anochecer y a la mañana siguiente volvía a la
segunda casa de las mujeres del rey, bajo la custodia de Shaashgaz, eunuco del
rey, encargado de las concubinas. Ella no se presentaba otra vez al rey, salvo
que el rey se complaciera en ella y fuera llamada por nombre.
En el judaísmo, la mentalidad es completamente distinta, la mujer no es un objeto del hombre, sino una compañera, una socia de él, a la que se le debe respeto y lealtad, valoración y encumbrando su pureza y recato.
tu compañera y la mujer de
tu pacto Cuando dice: compañera, se refiere a que es la persona que lo acompañó desde el principio, en las buenas y en las malas épocas. Fue a ella la que le tocó compartir con él los duros momentos del exilio y los amargos tiempos de la
esclavitud y cuando por fin pueden disfrutar de los buenos tiempos al regresar a la tierra de Israel, él la abandona y se va con una idólatra.
Cuando dice: la mujer de tu pacto se refiere a que además de ser su compañera, ella es la mujer que tiene la misma fe y los mismos ideales que él, mientras que las mujeres paganas que él tomaba para sí, solamente tenían un buen cuerpo, pero no
compartían con él sus mismos credos ni valores.
Malají 2
Versículo 15
"¿Acaso no hay uno que haya hecho así y que tenga él espíritu? Aquel buscaba una descendencia de parte de Dios. Prestad atención, pues, a vuestro espíritu; no seas desleal con la mujer de tu juventud."
Versículo 15: ¿Acaso no hay uno que haya
hecho así y que tenga él espíritu? Aquel buscaba una descendencia de parte de
Dios. Prestad atención, pues, a vuestro espíritu; no seas desleal con la mujer
de tu juventud.
Daat Mikrá opina que hay tres posibilidades de comprender este versículo:
1.
No fue uno solamente el que ha actuado así, sino varios.
2.
Nadie con espíritu ha actuado así nunca.
3.
Se refiere a un individuo en particular que es destacado y famoso en la historia.
No obstante, la mayoría de los comentaristas sostienen que este versículo en realidad es esgrimido por el profeta, para reclamarles que, si ellos quieren alegar que en la antigüedad ya hubo otro gran hombre que actuó de esta manera, tomando otra mujer
no judía, además de su esposa: Abraham, que fue considerado uno y único entre los hombres de su generación, y que fue amado de Dios, tal como Dios dice: Abraham, mi amado. Ante esto responde el profeta: Aquel buscaba una descendencia de parte de Dios si bien Abraham tomó como esposa a Hagar además de Sara, actuó de esa manera, no por placer, sino para poder concebir descendencia que vaya en el camino de Dios, pues su esposa Sara era estéril, y además fue Sara misma la que le propuso actuar así.
Y a pesar de todo eso, Sara continuó siendo siempre la señora de la casa y con plena autoridad sobre Hagar, y en el momento que lo pidió, Hagar fue expulsada del hogar.
Por lo tanto, lo que les responde el profeta, es que no pueden utilizar la actitud de Abraham como escudo y argumento para justificar su accionar, pues Abraham lo hizo porque buscaba descendencia de Dios y no por placeres mundanos y, aun así, jamás le
fue desleal a su mujer Sara.
Malají 2
Versículo 16
"Porque si la detesta, que la divorcie, dice el Señor, Dios de Israel y al que cubre de iniquidad su vestidura dice el Señor de los Ejércitos. Prestad atención a vuestro espíritu y no seáis desleales."
Versículo 16: Porque si la detesta, que
la divorcie, dice el Señor, Dios de Israel y al que cubre de iniquidad su
vestidura dice el Señor de los Ejércitos. Prestad atención a vuestro espíritu y
no seáis desleales.
Si bien el divorcio está permitido en el judaísmo, esto es como última instancia y en caso que realmente haya un problema de base en la pareja, pero de ninguna manera está permitido como medio para poder tomar una mujer más bonita y poder gozar mejor.
Dios de Israel Don Isaac Abarbanel señala que es de notar, que es la primera vez que figura el termino: Dios
de Israel, pues siempre se había referido a Dios como: Señor de
los Ejércitos Pues esta actitud atenta contra la integridad del pueblo de Israel.
No se puede estar bien con Dios si está haciendo sufrir a su pareja.
Prestad atención a vuestro
espíritu y no seáis desleales se refiere a que no se dejen seducir y arrastrar por sus pasiones y malos instintos que los llevan a apegarse a mujeres paganas, corrompiendo de esa manera su espíritu, sino que deben ser fuertes, controlarse y cuidar
su alma.
Malají 2
Versículo 17
"Habéis cansado al Señor con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Todo el que hace mal es bueno a los ojos del Señor, y en ellos Él se complace; o: ¿Dónde está el Dios de la justicia?"
Versículo 17: Habéis cansado al Señor con
vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Todo el que
hace mal es bueno a los ojos del Señor, y en ellos Él se complace; o: ¿Dónde
está el Dios de la justicia?
Aquí comienza un nuevo tema, que trata acerca de la justicia Divina y la providencia de Dios sobre las personas justas.
En realidad, este versículo debería ser parte del próximo capítulo que es donde sigue abarcando este tema y respondiendo a esta pregunta, pero, como es sabido, la división de la Biblia en capítulos, no fue hecha por la tradición judía, sino que fue creada
por los cristianos. El judaísmo continuó utilizándolo por defecto y por motivos meramente prácticos (porque así se publicó en las primeras impresiones de la Biblia), no porque considere que es correcto o apropiado.
Todos los comentaristas hacen hincapié en que si bien está escrito Habéis cansado al Señor en realidad, no debe entenderse en forma literal, pues Dios no es humano como para que se canse, y a lo que se refiere es que, Dios está harto ya
de sus escusas y artimañas para justificar sus transgresiones. Sus palabras son un fastidio y son molestas a oídos de Dios.
El profeta les responde que, si bien ellos no ven la justicia Divina, y que aparentemente el justo sufre mientras que el malvado prospera, en realidad no es así. Como dijimos antes, responderá a esta pregunta en el próximo capítulo, no obstante, lo que
se puede ver de este versículo, es que el mero hecho de pensar eso, es algo malo a los oídos de Dios.
El profeta se enfrenta a una ideología que recién comenzaba en aquella época, pero que se expandía rápidamente, era la filosofía griega, el pensamiento helenista que sugería que a Dios no le importaba lo que sucedía en la tierra y que todo era producto
del azar, por lo tanto, no tenía demasiado sentido cumplir preceptos.
A propósito de este tema vale la pena citar lo que Rambam piensa al respecto y que fue expuesto en su comentario a la Mishná, más precisamente en la introducción al capítulo Jelek del tratado Sanedrín en donde cita los 13 principios del judaísmo.
Principio número 10:
Él, elevado sea, conoce todos los actos del hombre y no le están ocultos. No es como aquellos que opinan: “Dios ha abandonado al
mundo” (Ezequiel 8:12), sino, más bien, como está escrito: “grande en
consejo y poderoso es Dios, cuyos ojos están puestos sobre todos los caminos
del hombre” (Irmiahu 32:19) y fue dicho: “y vio Dios que se multiplicó
la maldad del hombre sobre la tierra” (Bereshit 6:5) y más aún: “las
quejas de Sodoma y Gomorra, pues son inmensas” todos ellos nos hablan acerca de que Dios sabe todo lo que sucede.
Principio número 11:
Él, exaltado sea, recompensa a aquel que realiza los preceptos de la Torá, y castiga a todo el que transgrede sus prohibiciones. Con respecto a la recompensa mayor, indudablemente se trata del mundo venidero y el peor castigo, es la aniquilación del alma,
ya nos hemos extendido lo suficiente sobre este tema anteriormente. Apela a este undécimo principio lo escrito: “Y
ahora, absuelve su causa, de lo contrario, bórrame de Tu libro” (Shemot 32:32) a lo que le responde Dios: “Aquel que haya transgredido contra Mí
habré de borrarlo del libro” (Ibídem). Esto nos comprueba que sabe quién transgrede y quién Le es fiel, para dar castigo a uno y recompensa al otro.
El hecho de que Dios conoce todo es algo que se impone para aquellos que sostienen que Dios es perfecto y que controla el mundo, es decir, que existe la Providencia Divina, y, la profecía, nos demuestra que Dios debe conocer al individuo para saber si
es digno que sobre él se pose la profecía o no.
Más aún, el conocimiento Divino, es indispensable para el establecimiento de recompensa y castigo, pues si no conoce lo que cada individuo hace, ¿cómo podrá saber a quién le corresponde recompensa y a quién castigo?
Los que mayoritariamente pensaban que Dios no se ocupaba de lo que sucedía en la tierra, eran los filósofos griegos, precisamente Aristóteles. Lo que lo llevó a pensar así, tal como lo explica Maimónides en La Guía de los Perplejos, parte II, es el hecho
que Dios está por sobre el tiempo, y afirmar que Dios sabe lo que hacen los hombres -sostiene Aristóteles- implica rebajar a Dios a las limitaciones del tiempo, pues el hombre actúa en ese ámbito (bajo las coordenadas de espacio y tiempo).
No obstante, el judaísmo se opone a esa creencia griega sino que afirma categóricamente que Dios sí sabe lo que ocurre y lo que hace cada individuo, aun en sus fueros más íntimos. Los sabios suelen afirmar, que cuando el ser humano es juzgado luego de
su muerte todos sus actos son traídos a su presencia para demostrarle la veracidad y justicia del juicio y el veredicto que se ha dictado acerca de él y si el individuo no lo ve así, podrá argumentar en su defensa, no obstante, debe saber que aun
las conversaciones más íntimas entre él y su esposa serán expuestas en su juicio.
El undécimo principio encierra en sí mismo la idea de que Dios castiga y recompensa a los hombres. Este es un tema muy espinoso, tal como lo podemos observar en nuestro versículo del profeta Malají, pues muchas veces, en la realidad vemos que ocurren
cosas que, acorde con nuestro juicio, no le deberían haber sucedido a esa persona. Hubo quienes, ante la imposibilidad de poder explicar la existencia del mal junto al conocimiento de Dios, es decir, la pregunta ¿Si
Dios sabe que determinado individuo va a hacer algo mal o causar daño a
alguien, por qué no actúa y lo detiene? ¿Por qué le permite dañar a los demás
que no se lo merecen? Y para justificar a Dios -como si Dios precisara abogado defensor- en su insensatez, argumentaron que en verdad Dios no quería que las cosas sucedan así, pero en realidad “no pudo hacer nada” para impedirlo. Fíjate a lo que han
llegado a afirmar estos individuos en sus delirios, es decir, para justificar este problema y debido a que la ignorancia los alejaba de la respuesta correcta, rebajaron a Dios, de ser Todopoderoso a ser completamente limitado -¡Fuera de Él semejante
imperfección!- algo ridículo a todas luces.
Sobre este tipo de opiniones se aplica lo dicho en Kohelet: “El tonto, cuando abre su
boca –para hablar anuncia a todos su estupidez” y cualquier mente sana sabrá darse cuenta que este tipo de opiniones son esgrimidas por quienes tienen más buena voluntad que sabiduría, no obstante, esa buena voluntad no los califica para hablar y
opinar sobre estos temas profundos y delicados pues su insensatez supera por mucho a su inteligencia.
No obstante, este tema merece un análisis más profundo, que tal vez lo edite como tema separado, pues en este principio se esconde la gran pregunta: Si Dios
recompensa a los buenos y castiga a los malos ¿Por qué observamos en la vida
diaria que a las personas buenas les pasan cosas malas? Y ¿por qué a las
personas malas les va bien y prosperan?
Si bien esta segunda pregunta es más fácil de contestar, la primera fue producto de muchos debates y dilemas. Desde tiempos remotos se ha tratado de dar una respuesta satisfactoria a este dilema. En la Biblia se aborda este tema con su respuesta en el
Libro de Iob y en Salmos en el Cántico para Shabbat, entre otros; no obstante, estas respuestas son muy profundas y no todos las han logrado captar y entender, hasta el punto tal, que se han dado distintas explicaciones al libro de Iob, cada cual,
exponiendo la respuesta a esta pregunta, de otra manera.
Son varias las respuestas clásicas que se han esbozado para este dilema:
a)
Algunos, entre ellos los cristianos, opinan que el sufrimiento de los justos es para expiar por los pecados de los malvados y es por ello que veremos a personas completamente buenas que padecen grandes sufrimientos, pero eso
se debe a que él debe expiar los pecados de sus contemporáneos. Esta opinión, es totalmente ajena y contraria a lo que el judaísmo pregona, pues está claro que la Torá, sostiene que cada hombre es juzgado por sus propias acciones y no por lo que hagan
los demás, tal como dice el versículo: “No serán muertos padres por hijos ni hijos por padres, cada
hombre por su propia trasgresión será condenado”, el Talmud, también es claro en este tema al expresar: “¿Los padres comerán dulces y sus hijos
sufrirán el dolor de muelas?”
b)
Dentro del judaísmo están los que sostienen que en realidad se trata de una prueba, es decir que cuando vemos a una persona buena sufriendo, en verdad se trata de una prueba a la que está siendo sometido por parte de Dios, para
demostrar que realmente es un justo y merece gran recompensa.
c)
Hay quienes dicen que cuando observamos que a una persona buena le suceden cosas malas en realidad eso ocurre para hacer a aquel individuo más meritorio y de esa manera acrecentar su recompensa en el mundo venidero.
d)
Otros, recurriendo a la justicia Divina estricta, aducen que en realidad los sufrimientos que padecen las personas justas en este mundo son para expiar por aquellos pequeños errores o transgresiones que han realizado en sus
vidas para que, de aquella manera, cuando mueran, sólo les quedará disfrutar de la recompensa por las cosas buenas que realizaron. En cambio, con los malvados ocurre al revés, es decir, Dios les recompensa en este mundo por las pequeñas cosas buenas
que hicieron para que, de esa forma, al morir, sólo les quede afrontar su castigo pues la recompensa ya la han recibido.
e)
Otra opinión sostiene la teoría de la reencarnación (a diferencia de las anteriores esta respuesta no fue esbozada por ninguno de los sabios del Talmud, no obstante figura en el libro Zohar y en el Ari z”l –sabio cabalista–.
Por otro lado, fue cuestionada por otros sabios como por ejemplo Abraham Ibn Ezra, Rabí Sadiá Gaón y Rambam) Esta teoría responsabiliza a los pecados cometidos en vidas anteriores como la causa de los sufrimientos del justo, sin que medien motivos
en la presente vida para sufrir esas angustias.
f)
Una cuarta opinión sustenta la idea de que se trata de algo que, aparenta ser malo, pero en realidad se trata de algo bueno para él, y que, muchas veces, transcurrida una etapa de tiempo, él mismo puede comprobar que,
lo que sucedió, y que pensaba que era algo malo, en realidad fue para bien, por ejemplo una muerte prematura de alguien bueno puede ser explicada, acorde con esta opinión, diciendo que fue quitado de este mundo para que no sufra cosas malas que sucederán,
o para que muera como justo porque Dios sabía que si seguía con vida en medio de esa sociedad terminaría él mismo estropeándose.
g)
Otros afirman que los humanos, con nuestra limitada mente, no podemos juzgar qué es bueno y qué es malo, pues venimos a la vida cuando la historia ya ha comenzado y nos vamos de ella antes de que ésta acabe, por lo tanto, no
podemos emitir un juicio al respecto.
h)
Otra respuesta a este tema nos habla de lo que los sabios talmúdicos denominaron: “Isurim veahaba” -sufrimientos por amor- es decir que no necesariamente todos los sufrimientos deben ser tomados como castigo, producto
de algo malo que realiza el ser humano, sino que el dolor, también puede ser un trampolín que lo eleve aún más. Si bien esta postura se parece a la expuesta anteriormente en el inciso c), se diferencia de aquel en el hecho de que allí se establece
como seguro que ese sufrimiento le hará alcanzar un nivel superior, mientras que este concepto de “Isurim
veahaba”, no da por garantizado que alcanzará un nivel más elevado, dependiendo de la actitud moral e intelectual del individuo que lo padece.
i)
Existe otra opinión más elevada y compleja, como así también completa, sostiene que en realidad el verdadero mal y el verdadero bien tienen que ver con la lejanía y cercanía –percepción– de Dios que posee ese individuo, por
lo tanto si se observa con detenimiento veremos que muchas de las cosas que llamamos “buenas” en realidad no lo son, pues en realidad no nos acercan a Dios y muchas cosas “malas”, nos acercan a Él, no nos olvidemos lo que el propio Maimónides
aseveró al comienzo de esta obra, el verdadero bien es el mundo venidero donde podremos alcanzar la mayor percepción de Dios y el mayor mal, la lejanía de Él. Es lo que se puede observar del libro de Iob y de varios salmos por ejemplo el versículo
de Salmos que dice: “Aunque anduviere por el valle de la muerte, nada temeré, pues
Dios está conmigo” No se refiere a no temer porque Dios lo salvará, pues si así fuera debería haber dicho: “No temeré, porque nada me pasará” sino que el significado es que cualquier cosa que pase, no es verdaderamente mala, siempre que se
nos permita conservar la cercanía de Dios, que es el verdadero y más preciado bien que puede alcanzar el hombre.
Pero ya me extendí demasiado sobre este tema y no es este el lugar para ello. Lo importante es saber que, aunque nuestra mente todavía no haya alcanzado la madurez intelectual ni esté entrenada en esta área, como para poder elucidar estos temas –me refiero
a poder comprender la justicia Divina- debemos saber que ella –la justicia Divina- existe, y que es justa, que Dios sí recompensa a los justos y castiga a los malvados.
Debe quedar claro que no me estoy refiriendo a lo esgrimido en la postura del inciso g) citado más arriba, sino que me refiero a que, todo judío debe tener manifiesto y claro que Dios hace justicia, a pesar de que todavía su mente no logre entender por
qué ocurren tales cosas, no obstante, cuando se vuelva más versado en el estudio de la Torá y el Talmud, tal vez llegue a ser de aquellos estudiosos que pueden comprender la justicia Divina y la forma en que Dios maneja al mundo y poder él manejar
sus asuntos de esa manera, tal como se nos encomendó en el precepto: “Y te encaminarás en
Sus sendas” es decir, obrar como actúa Dios.
Sin embargo, verdaderamente, no cabe duda que los actos de los seres humanos dependen únicamente de ellos; si quieren lo hacen, si quieren no lo hacen, sin nada que los destine ni obligue al respecto, por lo tanto, es apropiado encomendar al ser humano:
“¡Observa! He puesto hoy ante ti la vida y lo bueno, la muerte y
lo malo... y escogerás la vida.” (Debarim 30:15-19) De tal modo, el libre albedrío fue entregado a nosotros, y se impone entonces el castigo para el trasgresor y la retribución para el disciplinado: si escuchan (habrá bendición), si no escuchan (habrá
maldición) (Debarim 11:27-28).
Malají 2
Versículo 1
Versículo 1: ahora, para vosotros, sacerdotes, es este mandamiento.
El profeta se dirige a los cohanim para comunicarles la advertencia que les va a decir en el próximo versículo.
Don Isaac Abarbanel, sostiene que este aviso, se lo dice a los cohanim, pues ellos son los sabios y los responsables del pueblo, sobre ellos recaía la obligación de explicarle a la gente qué tipos de animales podían ofrendar y cuáles no.
Acorde a la opinión de los comentaristas, el profeta advierte a los cohanim para que a partir de ese momento dejen de ofrendar todo aquello que no era apto o que no esté en las condiciones que se estipulan en la Tora, pues, tal como dijo en el capítulo anterior, todo eso constituye un desprecio al honor de Dios.
Malají 2
Versículo 2
Versículo 2: Si no escucháis, y si no prestáis atención en dar honor a Mi Nombre, dice el Señor de los Ejércitos, enviaré sobre vosotros maldición, y maldeciré vuestras bendiciones; y en verdad, ya las he maldecido, pues no prestáis atención.
dar honor a Mi Nombre Se refiere a que al no velar por las ofrendas que se traían al altar, de esa manera está deshonrando a Dios, pues en al Tora está escrito: En el lugar en que ponga Mi Nombre allí, esto hace referencia al altar, de esta forma, al profanar el altar, estan profanando el Nombre de Dios.
Como es sabido, existe un precepto de la Tora, en que los cohanim deben bendecir al resto del pueblo, aquí, Dios les advierte que transformará esa bendición en una maldición, todo lo que ellos toquen o bendigan, será maldecido.
ya las he maldecido, pues no prestáis atención Abarbanel dice que, en realidad, Dios, ya ha comenzado a obrar así, por ser que ellos han actuado sin prestar atención en hacer las cosas en la manera correcta y cuidando todos los detalles, como es digno hacer ante un rey de carne y hueso, mucho más, al tratarse de Dios.
El comentarista Malvim, sostiene que al decir: Si no escucháis, y si no prestáis atención se refiere a: si no escuchan esta advertencia ya sea porque Dios se los está señalando, o, si no prestan atención a actuar correctamente como cualquier mente sana lo haría, entonces, eso que la Tora había asegurado luego de enunciar la bendición de los cohanim en Bamidbar 6:27: Y pondrán Mi Nombre sobre los hijos de Israel y Yo los bendeciré por ser que ellos ahora profanan Su Nombre al desdeñar el altar, entonces Dios no pondrá Su Nombre sobre los hijos de Israel para que se cumpla la bendición con que los cohanim los bendecían luego que llevaban una ofrenda a Dios.
Otros opinan que cuando dice: Y pondrán Mi Nombre sobre los hijos de Israel y Yo los bendeciré se refiere a que el pueblo recibía la bendición de Dios por intermedio de los cohanim, pero ¿Quién bendecía a los cohanim? para responder a esta pregunta es que el versículo dice: y Yo los bendeciré (a los cohanim). Pero luego que los cohanim habían aceptado ofrendas defectuosas en el altar de Dios, entonces Él no los bendecirá, sino que transformará esa bendición en maldición.
Malají 2
Versículo 3
Versículo 3: He aquí, a causa de ustedes Yo maldeciré vuestra semilla, y os echaré estiércol sobre vuestros rostros, el estiércol de vuestras ofrendas, y cargarán con él.
Malvim, dice que se refiere a que, si bien al principio, por medio del profeta Jagai, Dios les había prometido que una vez que comiencen los servicios en el Templo, Él bendeciría sus cosechas tal como dice allí en 2:18-19 Pero considerad bien esto desde hoy en adelante, desde el día veinticuatro del mes noveno; desde el día en que se pusieron los cimientos del Templo del Señor, considerad bien: ¿Acaso hay aun semilla en el granero? Todavía la vid, la higuera, la granada y el olivo no han dado fruto; pero desde hoy Yo os bendeciré. No obstante, ahora, por ser que ellos desprecian a Dios, llevando todo tipo de ofrendas de segunda clase o en mal estado, entonces Dios maldecirá la cosecha.
y os echaré estiércol sobre vuestros rostros, dicen los sabios que por ser que esas ofrendas que traían eran defectuosas y no aptas, profanando el Nombre de Dios con ello y mostrando una gran falta de respeto hacia Él, entonces, Dios actúa contra ellos con la misma deshonra, toma lo peor y más bajo de las ofrendas, su estiércol y se los arroja sobre sus propios rostros.
Los sabios del Talmud, en el tratado Suca, han ilustrado esta actitud con el ejemplo de un mal siervo que le ofrece a su rey para beber un vaso con agua sucia, como es de suponer, el monarca se lo arrojará en su cara, lo mismo ocurre con los cohanim que ofrecen ante el altar de Dios, cosas inapropiadas, que no serán aceptadas por Dios y que serán despreciadas y arrojadas sobre sus rostros.
y cargarán con él sin duda, el hecho que Dios diga que echará estiércol sobre el rostro de los cohanim, esto constituye una gran deshonra para ellos, es por eso que dice, que ese pecado que ellos cometen, es el que los llevará a ese deshonor y ellos deberán cargar con esa vergüenza.
Radak dice que Dios actúa con ellos de la misma manera que ellos actuaron con Él, tal como ellos han deshonrado a Dios, de esa misma manera ellos serán avergonzados por Dios y portaran esa vergüenza.
Malají 2
Versículo 4
Versículo 4: Entonces sabréis que os he enviado este mandamiento para que Mi pacto siga con Leví dice el Señor de los Ejércitos.
Don Isaac Abarbanel sostiene que todo esto es para que ellos sepan que el motivo por el cual les manda esta severa advertencia, es a causa de que están profanando el pacto que Dios había hecho con la tribu de Levi, (los cohanim son parte de esa tribu).
Daat Mikrá sostiene que este pacto fue mencionado en la Tora en distintos lugares: Debarim 33:10: Ellos enseñarán Tus ordenanzas a Yaacob y Tu ley a Israel. Pondrán incienso delante de Ti, y ofrendas perfectas sobre Tu altar, No obstante, en el próximo versículo lo detallará más específicamente.
Malají 2
Versículo 5
Versículo 5: Mi pacto con él era de vida y paz, las cuales le di para que me reverenciara; y él Me reverenció, y estaba lleno de temor ante Mi Nombre.
Daat Mikrá dice que el pacto constituía en que, si bien Dios no les concedería una parte dentro de la tierra de Israel, no obstante, le otorgaría a la tribu de Levi una vida larga y tranquila, proveyéndoles todas sus necesidades básicas para mantenerse, así ordenó al pueblo de Israel que le otorguen a la tribu de Levi ciudades dentro del territorio de cada uno, como así también brindarles el diezmo de todas las cosechas.
Don Isaac Abarbanel dice que la tribu de Levi era realmente meritoria de recibir esta recompensa, pues ellos Le fueron fiel en el desierto, cuando todo el pueblo se encontraba adorando al becerro de oro, la única tribu que permaneció apegada a Dios fue la tribu de Levi, como dice en Shemot: 32:26 se paró Moisés a la puerta del campamento, y dijo: El que esté con el Señor, que venga a mí. Y se juntaron a él todos los hijos de Leví. Y él les dijo: Así dice el Señor, Dios de Israel: "Ciña cada uno la espada sobre el muslo, y pasad y repasad por el campamento, de punta a punta, y matad cada uno a su hermano y a su amigo y a su vecino (que se haya apegado a la idolatría)" Y los hijos de Leví hicieron conforme a la palabra de Moshé; y cayeron aquel día unos tres mil hombres del pueblo. Y Moshé les dijo: Consagraos hoy al Señor…, para que hoy Él os dé bendición.
Rashí, en cambio, sostiene que se trata de la bendición que Dios le otorgó a Pinjás en Bamidbar 25:10 Entonces habló el Señor a Moshé, diciendo: Pinjás, hijo de Eleazar, hijo Aarón el sacerdote, ha apartado Mi ira contra los hijos de Israel porque celó por Mí entre ellos, y no he destruido a los hijos de Israel en Mi celo. Por tanto, dile: "He aquí, Yo le concedo Mi pacto de paz. Para él y para su descendencia después de él, un pacto de sacerdocio perpetuo, porque celó por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel." vemos como claramente a Pinjás, que pertenecía a la tribu de Levi, Dios le aseguró, por medio de un pacto, paz, y una descendencia grande y duradera.
Radak, sostiene como Rashí, y agrega que además Pinjás gozó de una larga vida, pues vemos que, si bien fue de los que salieron de Egipto, vivió varios años después de la muerte de Yehoshua, pues fue mencionado en el libro de Shofetim 20:28, Y Pinjás, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, estaba delante de ella en aquellos días y dijeron: ¿Tornaré a salir a la guerra contra los hijos de Biniamín, mi hermano, o debo desistir?
Malají 2
Versículo 6
Versículo 6: La verdad de la Tora estaba en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba conmigo, y apartaba a muchos del mal camino.
Daat Mikrá señala, tal como dijimos antes, que la función de los Leviim y de los Cohanim, consistía en dos cosas: por un lado, servir en el santuario y por el otro, enseñar al pueblo las leyes y los caminos de la Tora, como está escrito en la Tora en Vaikrá 10:11 y para que enseñéis a los hijos de Israel todos los estatutos que el Señor les ha dicho por medio de Moshé. O en Debarim 17:8 Si un caso es demasiado difícil para que puedas juzgar…, te levantarás y subirás al lugar que el Señor tu Dios escoja, y vendrás al cohen, al Levi o al juez que oficie en aquellos días, e inquirirás de ellos, y ellos te declararán el veredicto del caso. Y harás conforme a los términos de la sentencia que ellos te declaren desde aquel lugar que el Señor escoja; y cuidarás de observar todo lo que ellos te enseñen. Según los términos de la ley que ellos te enseñen, y según la sentencia que te declaren, así harás; no te apartarás a la derecha ni a la izquierda de la palabra que ellos te digan.
O en Debarim 33:10 en donde se ve más claramente estas dos funciones que cumplía la tribu de Levi: Ellos enseñarán Tus ordenanzas a Yaacob y Tu ley a Israel. Pondrán incienso delante de Ti, y ofrendas perfectas sobre Tu altar.
El comentarista Malvim, sostiene que cuando dice: la Tora estaba en su boca se refiere a que la tradición que se pasaba de maestro a alumno hasta llegar hasta Moshé. Cuando dice: y no se hallaba iniquidad en sus labios se refiere a la sabiduría y aquellos razonamientos que deducían utilizando la lógica.
no se hallaba iniquidad en sus labios El comentarista Radak, dice que esto alude a su integridad, pues lo que pensaba en su corazón era lo que pronunciaba con sus labios. No era hipócrita, que decía con sus labios una cosa y en su corazón pensaba otra.
en paz y rectitud caminaba conmigo Daat Mikrá dice que se refiere a que se conducen con armonía, que no causan pleitos; con honestidad y dignidad.
Ibn Ezra, sostiene que cuando dice: en paz se refiere a aquellas cosas que tenían que ver entre el hombre y su prójimo, y cuando dice rectitud caminaba conmigo se refiere a aquellas cosas en el ámbito del hombre con Dios.
y apartaba a muchos del mal camino Tal como dijimos en el versículo anterior, Daat Mikrá sostiene que esto hace alusión a cuando la tribu de Levi revertió la situación con el becerro de oro, o a Pinjás cuando Dios quiso aniquilar a todo el pueblo por hacer idolatría.
Don Isaac Abarbanel dice que este versículo se está refiriendo al príncipe de la tribu de Levi, que era Aaron. Tal como dice en el Pirké Avot 1:12 Hilel solía decir: Se de los discípulos de Aarón, ama la paz y persigue la paz, ama a las criaturas y acércalas a la Tora.
Malají 2
Versículo 7
Versículo 7: Pues los labios del sacerdote deben guardar la sabiduría, y los hombres deben buscar la instrucción de su boca, porque él es el emisario del Señor de los Ejércitos.
Daat Mikrá dice que la intención de este versículo es declarar cuál debe ser la verdadera función del cohen: ser una persona sincera que habla sabiduría e instruye a la gente, justamente lo contrario de lo que estaba sucediendo en aquella época, pues los cohanim no instruían al pueblo ni guardaban fidelidad con respecto a las ofrendas que se podían traer, sino que aceptaban lo que fuera.
porque él es el emisario del Señor de los Ejércitos puesto que Dios les encomendó en la Tora, la tarea de instruir al pueblo y ser los encargados de toda la labor en el santuario, sobre ellos recae esta obligación que Dios les designó.
Los sabios del Talmud, tratado Moed Katan 17ª, utilizaron este versículo como modelo y faro para estipular los altos estandartes que debía tener un maestro del pueblo de Israel, hasta el punto de aseverar que, si el maestro tiene esas altas cualidades, entonces, naturalmente el pueblo se acercará para recibir de él enseñanzas, pero si el cohen no inspira esa imagen, entonces, la gente no vendrá a aprender de él.
Malají 2
Versículo 8
Versículo 8: Pero vosotros os habéis desviado del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis corrompido el pacto de Leví dice el Señor de los Ejércitos.
Pero a diferencia del camino que habían sentado sus predecesores, los cohanim de aquella generación, hicieron justo lo contrario y con su actitud, no solamente que se corrompieron ellos, violaron su pacto y no actuaron con honestidad y fidelidad, sino que engañaron y actuaron negligentemente en su tarea, pues no velaron por el honor del Templo y su altar, sino que permitieron que sean traídos todo tipo de ofrendas en mal estado y de mala calidad.
Por otro lado, tampoco han cumplido con la tarea y la responsabilidad de apartar a muchos del mal camino, sino que, permitieron a todo el pueblo de Israel que actúe mal y que se corrompa.
Por lo tanto, dice Malvim, los cohanim habían fracasado en los dos aspectos del pacto: no velaron por el cuidado y honor del santuario, ni tampoco cumplieron su función de instruir y advertir al pueblo.
Malají 2
Versículo 9
Versículo 9: Por eso yo también os he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado Mis caminos y acomodáis la ley a vuestra conveniencia.
Daat Mikrá sostiene que la intención de este versículo es decirles a los cohanim que tal como ellos han quebrantado el pacto y no han honrado a Dios ni a Su Tora, así también Dios les hará pagar de la misma manera: en lugar de ser respetados y admirados, serán avergonzados y humillados ante el pueblo de Israel.
acomodáis la ley a vuestra conveniencia lejos de que la verdad de la Tora esté en su boca, y no se halle iniquidad en sus labios ellos adulteraban todas las leyes de las ofrendas, para acomodarlas a las necesidades de ellos y aceptar lo que se les antojara.
Malají 2
Versículo 10
Versículo 10: ¿Acaso no tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué comportarnos deslealmente con nuestros hermanos, profanando el pacto de nuestros padres?
A partir de ahora va a hablar de otro tema: la asimilación y el casamiento con mujeres paganas. Lo más probable, es que lo que va a decir ahora, haya sucedido en una nueva profecía.
Tal como lo había dicho anteriormente en el libro de Ezra y en Nejemiá, varios del pueblo, a pesar de estar casados, habían también tomado otras esposas de entre las mujeres paganas, apegándose a ellas y dejando en una segunda categoría a sus antiguas esposas judías.
Por lo tanto, Don Isaac Abarbanel y Malvim dicen que dos pecados cometieron: 1) tomar como esposas a mujeres paganas y 2) degradar a sus esposas judías, poniéndolas bajo la tutela de las nuevas mujeres idólatras a las que el marido les daba la autoridad para que manden en la casa.
Acorde a la opinión de varios comentaristas, este argumento lo plantean los cohanim y los del pueblo que se han casado con mujeres paganas, que buscan un justificativo para defender su decisión de no divorciarse de esas mujeres.
Daat Mikrá sostiene que lo que están queriendo decir, es que en realidad toda la humanidad son descendientes de un mismo hombre, Adam y Java, que fueron creados por Dios, por lo tanto: ¿Por qué comportarnos deslealmente con nuestros hermanos? son todos hermanos, por lo tanto, no deberían separarse de las mujeres no judías que tomaron como esposas.
profanando el pacto de nuestros padres Daat Mikrá dice que se refiere al pacto que hacen entre los consuegros cuando entregan a sus hijos para que se casen, en donde cada uno promete cuidarse y respetarse. Por lo tanto, ellos argumentan, que no ven motivo suficiente para romper esa promesa, más cuando todos los seres humanos son hermanos, hijos de un mismo Padre celestial.
Malají 2
Versículo 11
Versículo 11: Traición ha cometido Yehudá, y una abominación se ha cometido en Israel y en Jerusalem; pues Yehudá ha profanado el santuario del Señor, que Él ama, y se ha casado con la hija de un dios extraño
Ante los argumentos planteados en el versículo anterior, responde ahora el profeta Malají.
Daat Mikrá dice que el versículo va escalando en el nivel de gravedad de la iniquidad que cometieron. En primer lugar, habla del lugar específico, es decir, en el territorio de Yehudá, que Dios les había conferido para volver del exilio. En segundo lugar, esto no es una traición solo contra Dios, sino también contra todo Israel, pues atenta contra la integridad del pueblo como tal. Por último, todo esto se ve agravado con el hecho que se comete justamente en Jerusalem que es el corazón y la ciudad más preciada del pueblo de Israel.
El comentarista Metzudat David, sostiene que el motivo por el cual da tantos detalles, es porque esta actitud de los hombres no puede ser justificada diciendo que lo hacían porque no tenían con quién casarse, es por eso que el versículo especifica que se trataba de aquellos que estaban entre medio de Yehudá, en Jerusalem, en donde tenían todas las posibilidades de tomar esposas judías.
se ha casado con la hija de un dios extraño a pesar de estar prohibido literalmente en la Tora Shemot 34:16 No tomaréis a sus hijas para tus hijos como esposas, pues al prostituirse sus hijas en pos de los dioses paganos, harán desviarse a tus hijos tras esos dioses
El comentarista Maari Kra, resalta que el texto se refiere a las mujeres de Israel como consagradas a Dios, del santuario de Dios mientras que a las mujeres paganas las llama: hija de un dios extraño
Malají 2
Versículo 12
Versículo 12: Que el Señor extermine de las tiendas de Yaacob al hombre que hace esto, ya sea alumno o maestro, o aunque presente una ofrenda al Señor de los Ejércitos.
El profeta anticipa el final malo que tendrán todos aquellos que actúan así, hasta el punto que serán borrados completamente del pueblo de Israel, sin importar su estrato social, ya sea que se trate de un simple individuo, o de un sabio dentro del pueblo de Israel, o aun que fuera un cohen, ninguno de estos rangos lo protegerán de ser borrados del pueblo de Israel y que no quede nada de su simiente, que de todas maneras, al ser que engendra hijos con una mujer pagana, sus hijos no pertenecen al pueblo de Israel, sino que son considerados como paganos, al igual que su madre.
Malají 2
Versículo 13
Versículo 13: Y, segundo, esta otra cosa hacéis: cubrís el altar del Señor de lágrimas, llantos y gemidos, porque Él ya no considera la ofrenda ni la acepta con agrado de vuestra mano.
Y, segundo Radak dice que se refiere, a que además de haber mancillado el altar trayendo todo tipo de ofrendas inapropiadas, tal como dijo anteriormente, ahora hacen esta segunda afrenta.
Acorde a la opinión de los comentaristas, este versículo hace alusión a la situación en que se encontraban las mujeres judías, que sufrían y lloraban ante el altar de Dios porque veían cómo sus esposos tomaban para ellos mujeres paganas y las hacían amas y señoras de la casa, poniéndolas a las judías bajo su dominio y sometimiento.
Esta actitud no era nueva, ya fue condenada anteriormente en la Biblia, tal como nos cuenta el Midrash, cuando nos relata en Bereshit 4:19 que Lemej, tal como la mayoría de los hombres de su época, tomó para sí dos esposas, con una tenía hijos mientras que la otra cuidaba su figura y no se ocupaba de las tareas domésticas, de esta forma, estaba siempre atractiva para que él pueda gozar de ella.
cubrís el altar del Señor de lágrimas, llantos y gemidos Las mujeres judías acudían al altar de Dios, como pidiendo la intervención Divina y que Él atestigüe por ellas. Don Isaac Abarbanel dice que ellas se entregaban en el altar dispuestas a ser sometidas a la prueba de las aguas amargas a las que eran sometidas las mujeres sospechosas de adulterio, pues ellas estaban completamente seguras de haber actuado fiel y lealmente para con su marido sin entender por qué él se apegaba a otras mujeres y las abandonaban a ellas.
porque Él ya no considera la ofrenda ni la acepta con agrado de vuestra mano por todo esto, Dios no aceptará vuestras ofrendas; por un lado, las ofrendas en sí son inapropiadas y defectuosas, como ya lo había mencionado en el capítulo anterior, y por otro lado, a pesar que esas fueran buenas, Dios no las aceptaría si provienen de manos de gente tan vil como esos hombres, pues ese mismo altar, es el testigo de las ofrendas en mal estado con que han deshonrado a Dios, y el dolor de esas mujeres a las cuales ellos han traicionado.
Malají 2
Versículo 14
Versículo 14: Y vosotros decís: "¿Por qué?" Porque el Señor ha sido testigo entre tú y la mujer de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es tu compañera y la mujer de tu pacto.
A pesar que ante los ojos del pueblo no parece algo malo el hecho de tomar como esposas mujeres paganas, en la cima de su caradurismo argumentan con suma alevosía: "¿Por qué?" es por eso que el profeta sigue mostrándoles la gravedad y la maldad de sus actos. Pues estos hombres inicuos e inmorales, no consideraban que estaban haciendo algo malo contra el pueblo, pues ellos seguían conservando a sus esposas judías, para tener descendencia con ellas, y que sean ellas las que tengan que cargar con la tarea de la crianza, mientras que él se dedicaba a disfrutar y deleitarse con las doncellas idólatras.
Lo que los hombres judíos hacían en esa generación, era realmente injusto con sus esposas, pues probablemente estas mujeres que debieron sufrir el desgaste, no solo de la crianza de los hijos y de la esclavitud, sino que también debieron lidiar con un camino largo y difícil de regreso a Jerusalem, todo esto seguramente las habrán puesto a estas mujeres en una situación de desventaja ante las mujeres cnaanitas, que se encontraban allí sin ninguna preocupación y probablemente unos cuantos años más jovencitas y a pesar que el hombre probablemente no era un muchacho joven o demasiado apuesto, por ser que disponían de tierras (pues tal como dijo en Nejemiá, cada uno recuperó sus antiguas tierras) esto hacía que las doncellas los vean como un candidato con buen porvenir, a pesar que sea demasiado mayor para ellas.
Además de todo esto, debemos agregar que el recato y pureza de las mujeres judías, no era valorada ante sus esposos, pues éstos, absortos, observaban a las mujeres paganas con su conocida reputación de lascivia y lujuria que reinaba entre los pueblos paganos, quienes no veían problema alguno en que sus hijas se prostituyan o que participen en todo tipo de orgías idólatras, lo que las convertía en expertas en el área de una sexualidad pervertida. A los ojos de estos judíos viles, hacía mucho más tentadoras a esas mujerzuelas, a quienes codiciaban más que a sus dedicadas esposas, fieles y recatadas, que entregaron sus mejores años y las fuerzas de su vida. Es por eso que el profeta les recriminará en los próximos dos versículos con palabras duras acusándolos de deslealtad y traición.
Otro punto que debemos tener en cuenta para poder tener una mayor concepción de la maldad de aquellos hombres, es que no solo que se casaban con aquellas jóvenes mujerzuelas y dejaban de lado a sus antiguas mujeres, sino que, además, las traían a sus propias casas y familias, poniéndolas en el rango más alto entre las mujeres, haciéndolas las amas y señoras de la casa y sometiendo a todas las demás mujeres de su hogar ante la nueva y flamante mujer. Obviamente esta era una mujer pagana, con costumbres idólatras, que se burlaba de las tradiciones de las mujeres judías que cuidaban con tanto esfuerzo y dedicación, ya sea en el ámbito público, de la comida, ritos, festividades, etc., como en el ámbito de la intimidad de la vida conyugal judía.
Ante todo esto, Dios dice que Él mismo es testigo de esta gran injusticia y deslealtad.
El judaísmo no concibe la idea que reina en el mundo islámico, que sueñan con un paraíso en donde cada hombre dispone para sí de 70 vírgenes a su servicio; o lo que era común en la antigüedad, en donde cada noble disponía de un harén de mujeres que eran mantenidas y encerradas para él, con el único propósito de tener placer, tal como lo relata el Libro de Esther, con el rey Ajashverosh, quien, de tanto en tanto, mandaba a congregar a jóvenes vírgenes, las cuales estaban solo una noche con el rey y luego de eso, estaban vedadas a cualquier otro hombre de por vida, pasando a formar parte del harén del rey de Persia, y tal vez no volvían a estar con él nunca más, como dice en Esther 2:12 Cuando le tocaba a cada doncella venir al rey, al cumplirse sus doce meses de preparativos, según las ordenanzas para las mujeres, pues los días de su embellecimiento se cumplían así: seis meses con óleo de mirra y seis meses con especias y cosméticos para las mujeres, entonces la joven venía al rey de esta manera: cualquier cosa que ella deseaba se le concedía para que la llevara consigo del harén al palacio del rey al anochecer y a la mañana siguiente volvía a la segunda casa de las mujeres del rey, bajo la custodia de Shaashgaz, eunuco del rey, encargado de las concubinas. Ella no se presentaba otra vez al rey, salvo que el rey se complaciera en ella y fuera llamada por nombre.
En el judaísmo, la mentalidad es completamente distinta, la mujer no es un objeto del hombre, sino una compañera, una socia de él, a la que se le debe respeto y lealtad, valoración y encumbrando su pureza y recato.
tu compañera y la mujer de tu pacto Cuando dice: compañera, se refiere a que es la persona que lo acompañó desde el principio, en las buenas y en las malas épocas. Fue a ella la que le tocó compartir con él los duros momentos del exilio y los amargos tiempos de la esclavitud y cuando por fin pueden disfrutar de los buenos tiempos al regresar a la tierra de Israel, él la abandona y se va con una idólatra.
Cuando dice: la mujer de tu pacto se refiere a que además de ser su compañera, ella es la mujer que tiene la misma fe y los mismos ideales que él, mientras que las mujeres paganas que él tomaba para sí, solamente tenían un buen cuerpo, pero no compartían con él sus mismos credos ni valores.
Malají 2
Versículo 15
Versículo 15: ¿Acaso no hay uno que haya hecho así y que tenga él espíritu? Aquel buscaba una descendencia de parte de Dios. Prestad atención, pues, a vuestro espíritu; no seas desleal con la mujer de tu juventud.
Daat Mikrá opina que hay tres posibilidades de comprender este versículo:
1. No fue uno solamente el que ha actuado así, sino varios.
2. Nadie con espíritu ha actuado así nunca.
3. Se refiere a un individuo en particular que es destacado y famoso en la historia.
No obstante, la mayoría de los comentaristas sostienen que este versículo en realidad es esgrimido por el profeta, para reclamarles que, si ellos quieren alegar que en la antigüedad ya hubo otro gran hombre que actuó de esta manera, tomando otra mujer no judía, además de su esposa: Abraham, que fue considerado uno y único entre los hombres de su generación, y que fue amado de Dios, tal como Dios dice: Abraham, mi amado. Ante esto responde el profeta: Aquel buscaba una descendencia de parte de Dios si bien Abraham tomó como esposa a Hagar además de Sara, actuó de esa manera, no por placer, sino para poder concebir descendencia que vaya en el camino de Dios, pues su esposa Sara era estéril, y además fue Sara misma la que le propuso actuar así. Y a pesar de todo eso, Sara continuó siendo siempre la señora de la casa y con plena autoridad sobre Hagar, y en el momento que lo pidió, Hagar fue expulsada del hogar.
Por lo tanto, lo que les responde el profeta, es que no pueden utilizar la actitud de Abraham como escudo y argumento para justificar su accionar, pues Abraham lo hizo porque buscaba descendencia de Dios y no por placeres mundanos y, aun así, jamás le fue desleal a su mujer Sara.
Malají 2
Versículo 16
Versículo 16: Porque si la detesta, que la divorcie, dice el Señor, Dios de Israel y al que cubre de iniquidad su vestidura dice el Señor de los Ejércitos. Prestad atención a vuestro espíritu y no seáis desleales.
Si bien el divorcio está permitido en el judaísmo, esto es como última instancia y en caso que realmente haya un problema de base en la pareja, pero de ninguna manera está permitido como medio para poder tomar una mujer más bonita y poder gozar mejor.
Dios de Israel Don Isaac Abarbanel señala que es de notar, que es la primera vez que figura el termino: Dios de Israel, pues siempre se había referido a Dios como: Señor de los Ejércitos Pues esta actitud atenta contra la integridad del pueblo de Israel.
No se puede estar bien con Dios si está haciendo sufrir a su pareja.
Prestad atención a vuestro espíritu y no seáis desleales se refiere a que no se dejen seducir y arrastrar por sus pasiones y malos instintos que los llevan a apegarse a mujeres paganas, corrompiendo de esa manera su espíritu, sino que deben ser fuertes, controlarse y cuidar su alma.
Malají 2
Versículo 17
Versículo 17: Habéis cansado al Señor con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Todo el que hace mal es bueno a los ojos del Señor, y en ellos Él se complace; o: ¿Dónde está el Dios de la justicia?
Aquí comienza un nuevo tema, que trata acerca de la justicia Divina y la providencia de Dios sobre las personas justas.
En realidad, este versículo debería ser parte del próximo capítulo que es donde sigue abarcando este tema y respondiendo a esta pregunta, pero, como es sabido, la división de la Biblia en capítulos, no fue hecha por la tradición judía, sino que fue creada por los cristianos. El judaísmo continuó utilizándolo por defecto y por motivos meramente prácticos (porque así se publicó en las primeras impresiones de la Biblia), no porque considere que es correcto o apropiado.
Todos los comentaristas hacen hincapié en que si bien está escrito Habéis cansado al Señor en realidad, no debe entenderse en forma literal, pues Dios no es humano como para que se canse, y a lo que se refiere es que, Dios está harto ya de sus escusas y artimañas para justificar sus transgresiones. Sus palabras son un fastidio y son molestas a oídos de Dios.
El profeta les responde que, si bien ellos no ven la justicia Divina, y que aparentemente el justo sufre mientras que el malvado prospera, en realidad no es así. Como dijimos antes, responderá a esta pregunta en el próximo capítulo, no obstante, lo que se puede ver de este versículo, es que el mero hecho de pensar eso, es algo malo a los oídos de Dios.
El profeta se enfrenta a una ideología que recién comenzaba en aquella época, pero que se expandía rápidamente, era la filosofía griega, el pensamiento helenista que sugería que a Dios no le importaba lo que sucedía en la tierra y que todo era producto del azar, por lo tanto, no tenía demasiado sentido cumplir preceptos.
A propósito de este tema vale la pena citar lo que Rambam piensa al respecto y que fue expuesto en su comentario a la Mishná, más precisamente en la introducción al capítulo Jelek del tratado Sanedrín en donde cita los 13 principios del judaísmo.
Principio número 10:
Él, elevado sea, conoce todos los actos del hombre y no le están ocultos. No es como aquellos que opinan: “Dios ha abandonado al mundo” (Ezequiel 8:12), sino, más bien, como está escrito: “grande en consejo y poderoso es Dios, cuyos ojos están puestos sobre todos los caminos del hombre” (Irmiahu 32:19) y fue dicho: “y vio Dios que se multiplicó la maldad del hombre sobre la tierra” (Bereshit 6:5) y más aún: “las quejas de Sodoma y Gomorra, pues son inmensas” todos ellos nos hablan acerca de que Dios sabe todo lo que sucede.
Principio número 11:
Él, exaltado sea, recompensa a aquel que realiza los preceptos de la Torá, y castiga a todo el que transgrede sus prohibiciones. Con respecto a la recompensa mayor, indudablemente se trata del mundo venidero y el peor castigo, es la aniquilación del alma, ya nos hemos extendido lo suficiente sobre este tema anteriormente. Apela a este undécimo principio lo escrito: “Y ahora, absuelve su causa, de lo contrario, bórrame de Tu libro” (Shemot 32:32) a lo que le responde Dios: “Aquel que haya transgredido contra Mí habré de borrarlo del libro” (Ibídem). Esto nos comprueba que sabe quién transgrede y quién Le es fiel, para dar castigo a uno y recompensa al otro.
El hecho de que Dios conoce todo es algo que se impone para aquellos que sostienen que Dios es perfecto y que controla el mundo, es decir, que existe la Providencia Divina, y, la profecía, nos demuestra que Dios debe conocer al individuo para saber si es digno que sobre él se pose la profecía o no.
Más aún, el conocimiento Divino, es indispensable para el establecimiento de recompensa y castigo, pues si no conoce lo que cada individuo hace, ¿cómo podrá saber a quién le corresponde recompensa y a quién castigo?
Los que mayoritariamente pensaban que Dios no se ocupaba de lo que sucedía en la tierra, eran los filósofos griegos, precisamente Aristóteles. Lo que lo llevó a pensar así, tal como lo explica Maimónides en La Guía de los Perplejos, parte II, es el hecho que Dios está por sobre el tiempo, y afirmar que Dios sabe lo que hacen los hombres -sostiene Aristóteles- implica rebajar a Dios a las limitaciones del tiempo, pues el hombre actúa en ese ámbito (bajo las coordenadas de espacio y tiempo).
No obstante, el judaísmo se opone a esa creencia griega sino que afirma categóricamente que Dios sí sabe lo que ocurre y lo que hace cada individuo, aun en sus fueros más íntimos. Los sabios suelen afirmar, que cuando el ser humano es juzgado luego de su muerte todos sus actos son traídos a su presencia para demostrarle la veracidad y justicia del juicio y el veredicto que se ha dictado acerca de él y si el individuo no lo ve así, podrá argumentar en su defensa, no obstante, debe saber que aun las conversaciones más íntimas entre él y su esposa serán expuestas en su juicio.
El undécimo principio encierra en sí mismo la idea de que Dios castiga y recompensa a los hombres. Este es un tema muy espinoso, tal como lo podemos observar en nuestro versículo del profeta Malají, pues muchas veces, en la realidad vemos que ocurren cosas que, acorde con nuestro juicio, no le deberían haber sucedido a esa persona. Hubo quienes, ante la imposibilidad de poder explicar la existencia del mal junto al conocimiento de Dios, es decir, la pregunta ¿Si Dios sabe que determinado individuo va a hacer algo mal o causar daño a alguien, por qué no actúa y lo detiene? ¿Por qué le permite dañar a los demás que no se lo merecen? Y para justificar a Dios -como si Dios precisara abogado defensor- en su insensatez, argumentaron que en verdad Dios no quería que las cosas sucedan así, pero en realidad “no pudo hacer nada” para impedirlo. Fíjate a lo que han llegado a afirmar estos individuos en sus delirios, es decir, para justificar este problema y debido a que la ignorancia los alejaba de la respuesta correcta, rebajaron a Dios, de ser Todopoderoso a ser completamente limitado -¡Fuera de Él semejante imperfección!- algo ridículo a todas luces.
Sobre este tipo de opiniones se aplica lo dicho en Kohelet: “El tonto, cuando abre su boca –para hablar anuncia a todos su estupidez” y cualquier mente sana sabrá darse cuenta que este tipo de opiniones son esgrimidas por quienes tienen más buena voluntad que sabiduría, no obstante, esa buena voluntad no los califica para hablar y opinar sobre estos temas profundos y delicados pues su insensatez supera por mucho a su inteligencia.
No obstante, este tema merece un análisis más profundo, que tal vez lo edite como tema separado, pues en este principio se esconde la gran pregunta: Si Dios recompensa a los buenos y castiga a los malos ¿Por qué observamos en la vida diaria que a las personas buenas les pasan cosas malas? Y ¿por qué a las personas malas les va bien y prosperan?
Si bien esta segunda pregunta es más fácil de contestar, la primera fue producto de muchos debates y dilemas. Desde tiempos remotos se ha tratado de dar una respuesta satisfactoria a este dilema. En la Biblia se aborda este tema con su respuesta en el Libro de Iob y en Salmos en el Cántico para Shabbat, entre otros; no obstante, estas respuestas son muy profundas y no todos las han logrado captar y entender, hasta el punto tal, que se han dado distintas explicaciones al libro de Iob, cada cual, exponiendo la respuesta a esta pregunta, de otra manera.
Son varias las respuestas clásicas que se han esbozado para este dilema:
a) Algunos, entre ellos los cristianos, opinan que el sufrimiento de los justos es para expiar por los pecados de los malvados y es por ello que veremos a personas completamente buenas que padecen grandes sufrimientos, pero eso se debe a que él debe expiar los pecados de sus contemporáneos. Esta opinión, es totalmente ajena y contraria a lo que el judaísmo pregona, pues está claro que la Torá, sostiene que cada hombre es juzgado por sus propias acciones y no por lo que hagan los demás, tal como dice el versículo: “No serán muertos padres por hijos ni hijos por padres, cada hombre por su propia trasgresión será condenado”, el Talmud, también es claro en este tema al expresar: “¿Los padres comerán dulces y sus hijos sufrirán el dolor de muelas?”
b) Dentro del judaísmo están los que sostienen que en realidad se trata de una prueba, es decir que cuando vemos a una persona buena sufriendo, en verdad se trata de una prueba a la que está siendo sometido por parte de Dios, para demostrar que realmente es un justo y merece gran recompensa.
c) Hay quienes dicen que cuando observamos que a una persona buena le suceden cosas malas en realidad eso ocurre para hacer a aquel individuo más meritorio y de esa manera acrecentar su recompensa en el mundo venidero.
d) Otros, recurriendo a la justicia Divina estricta, aducen que en realidad los sufrimientos que padecen las personas justas en este mundo son para expiar por aquellos pequeños errores o transgresiones que han realizado en sus vidas para que, de aquella manera, cuando mueran, sólo les quedará disfrutar de la recompensa por las cosas buenas que realizaron. En cambio, con los malvados ocurre al revés, es decir, Dios les recompensa en este mundo por las pequeñas cosas buenas que hicieron para que, de esa forma, al morir, sólo les quede afrontar su castigo pues la recompensa ya la han recibido.
e) Otra opinión sostiene la teoría de la reencarnación (a diferencia de las anteriores esta respuesta no fue esbozada por ninguno de los sabios del Talmud, no obstante figura en el libro Zohar y en el Ari z”l –sabio cabalista–. Por otro lado, fue cuestionada por otros sabios como por ejemplo Abraham Ibn Ezra, Rabí Sadiá Gaón y Rambam) Esta teoría responsabiliza a los pecados cometidos en vidas anteriores como la causa de los sufrimientos del justo, sin que medien motivos en la presente vida para sufrir esas angustias.
f) Una cuarta opinión sustenta la idea de que se trata de algo que, aparenta ser malo, pero en realidad se trata de algo bueno para él, y que, muchas veces, transcurrida una etapa de tiempo, él mismo puede comprobar que, lo que sucedió, y que pensaba que era algo malo, en realidad fue para bien, por ejemplo una muerte prematura de alguien bueno puede ser explicada, acorde con esta opinión, diciendo que fue quitado de este mundo para que no sufra cosas malas que sucederán, o para que muera como justo porque Dios sabía que si seguía con vida en medio de esa sociedad terminaría él mismo estropeándose.
g) Otros afirman que los humanos, con nuestra limitada mente, no podemos juzgar qué es bueno y qué es malo, pues venimos a la vida cuando la historia ya ha comenzado y nos vamos de ella antes de que ésta acabe, por lo tanto, no podemos emitir un juicio al respecto.
h) Otra respuesta a este tema nos habla de lo que los sabios talmúdicos denominaron: “Isurim veahaba” -sufrimientos por amor- es decir que no necesariamente todos los sufrimientos deben ser tomados como castigo, producto de algo malo que realiza el ser humano, sino que el dolor, también puede ser un trampolín que lo eleve aún más. Si bien esta postura se parece a la expuesta anteriormente en el inciso c), se diferencia de aquel en el hecho de que allí se establece como seguro que ese sufrimiento le hará alcanzar un nivel superior, mientras que este concepto de “Isurim veahaba”, no da por garantizado que alcanzará un nivel más elevado, dependiendo de la actitud moral e intelectual del individuo que lo padece.
i) Existe otra opinión más elevada y compleja, como así también completa, sostiene que en realidad el verdadero mal y el verdadero bien tienen que ver con la lejanía y cercanía –percepción– de Dios que posee ese individuo, por lo tanto si se observa con detenimiento veremos que muchas de las cosas que llamamos “buenas” en realidad no lo son, pues en realidad no nos acercan a Dios y muchas cosas “malas”, nos acercan a Él, no nos olvidemos lo que el propio Maimónides aseveró al comienzo de esta obra, el verdadero bien es el mundo venidero donde podremos alcanzar la mayor percepción de Dios y el mayor mal, la lejanía de Él. Es lo que se puede observar del libro de Iob y de varios salmos por ejemplo el versículo de Salmos que dice: “Aunque anduviere por el valle de la muerte, nada temeré, pues Dios está conmigo” No se refiere a no temer porque Dios lo salvará, pues si así fuera debería haber dicho: “No temeré, porque nada me pasará” sino que el significado es que cualquier cosa que pase, no es verdaderamente mala, siempre que se nos permita conservar la cercanía de Dios, que es el verdadero y más preciado bien que puede alcanzar el hombre.
Pero ya me extendí demasiado sobre este tema y no es este el lugar para ello. Lo importante es saber que, aunque nuestra mente todavía no haya alcanzado la madurez intelectual ni esté entrenada en esta área, como para poder elucidar estos temas –me refiero a poder comprender la justicia Divina- debemos saber que ella –la justicia Divina- existe, y que es justa, que Dios sí recompensa a los justos y castiga a los malvados.
Debe quedar claro que no me estoy refiriendo a lo esgrimido en la postura del inciso g) citado más arriba, sino que me refiero a que, todo judío debe tener manifiesto y claro que Dios hace justicia, a pesar de que todavía su mente no logre entender por qué ocurren tales cosas, no obstante, cuando se vuelva más versado en el estudio de la Torá y el Talmud, tal vez llegue a ser de aquellos estudiosos que pueden comprender la justicia Divina y la forma en que Dios maneja al mundo y poder él manejar sus asuntos de esa manera, tal como se nos encomendó en el precepto: “Y te encaminarás en Sus sendas” es decir, obrar como actúa Dios.
Sin embargo, verdaderamente, no cabe duda que los actos de los seres humanos dependen únicamente de ellos; si quieren lo hacen, si quieren no lo hacen, sin nada que los destine ni obligue al respecto, por lo tanto, es apropiado encomendar al ser humano: “¡Observa! He puesto hoy ante ti la vida y lo bueno, la muerte y lo malo... y escogerás la vida.” (Debarim 30:15-19) De tal modo, el libre albedrío fue entregado a nosotros, y se impone entonces el castigo para el trasgresor y la retribución para el disciplinado: si escuchan (habrá bendición), si no escuchan (habrá maldición) (Debarim 11:27-28).