Un nuevo capítulo en la historia de Israel

Un nuevo capítulo en la historia de Israel

Hay una razón para la separación de los libros Shmuel y Melajim-la coronación del hijo de David inauguró un nuevo capítulo en la historia de Israel, “¿quién ha de sentarse sobre el trono de mi señor, el rey, después de él?”. Comenzamos con dos bandos políticos.  

Hemos regresado a los capítulos del profeta Natán frente a David. Hay una razón para la separación de los libros Shmuel y Melajim-la coronación del hijo de David inauguró un nuevo capítulo en la historia de Israel, “¿quién ha de sentarse sobre el trono de mi señor, el rey, después de él?”(Versículo 20).

Dos bandos políticos: Yoav hijo de Tzeruiá, el experimentado ministro del ejército, que tenía en sus manos todas las llaves del control y la seguridad,  se encolumnó detrás de Adoniahu, y Eviatar el Cohen, el Sacerdote, quien sirvió al primo de ellos, David. Se sumaron todos los hijos del rey, a excepción de Shlomó (versículo 19). Quedó afuera Bnayahu hijo de Yehoiadá, el ministro de guerra que sustituirá a Yoav, y Tzadok el Cohen permanente que reemplazará a Eviatar, y también los generales de las unidades de los valientes “los krethitas y los plethitas” (capítulo 8, versículo 38). No obstante, el poder decisivo estaba en manos del profeta Natán y no tiene un símil en el bando que festejó por anticipado.

No resulta difícil entender a Yoav hijo de Tzeruiá, el hombre fuerte y leal a David, que envió a Uriá el Jití ala lugar más peligroso, conforme a la orden de David. El hombre, que con sus propias manos, mató a los enemigos más duros, Abner, Abshalaom y Amasa, consideró como un peligro a Batsheva  y a su hijo Shlomó (aparentemente, por ese mismo “episodio”), y tenía la intención de eliminarlos “cuando yaciere el rey, mi señor, con sus padres” (Versículo 21). Hasta la actualidad, hay muchos que no pueden aceptar la continuidad del reino de David, justamente, a partir de Batsheva, la madre de Shlomó.

La profecía de Natán proponía lo contrario-la consecuencia más destructiva del pecado es justamente el comportamiento soberbio y desenfrenado de los hijos de David, Amnón en el episodio de la violación de Tamar, Avshalom en todo, y Adoniahu que siguió sus pasos: “Entonces Adoniá, hijo de Jaguit, se ensalzó, diciendo: "¡Yo reinaré!" Se proveyó, pues, de carroza, y de gente a caballo, y de cincuenta hombres que corriesen delante de él. Y su padre nunca le había disgustado en todos sus días, diciéndole: "¿Por qué has hecho así (por el pecado)?" Y él también era de muy hermosa presencia, y su madre (Jaguit) le había dado a luz después de Avshalom (hijo de Maajá)” (Versículos 5-6)
Cortesía sitio 929

 

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