Un capítulo inspirador

Un capítulo inspirador

Cientos de años después, el sitio de Mitzpá y la reunión realizada allí por Shmuel fue utilizado como fuente de fortaleza y energía para otra batalla en nuestra historia.

 

La gran conmoción del exilio del arca de la alianza y la destrucción del Mishkán (Tabernáculo) de Shiló, hay en ello líneas de similitud con destrucciones más tardías. Los hijos de Israel se vieron forzados a adaptarse al liderazgo profético de Shmuel, semejante al de Dvorá y Guidón, pero sin Mishkán y sin arca. El arca se mantuvo cerrada durante veinte años, y los hijos de Israel aprendieron a solicitar a Dios por medio de la plegaria y la Teshuvá, el arrepentimiento y el retorno, sin “Santuario”.

La quita de los dioses ajenos, la preparación del corazón para el servicio a Dios a través de la plegaria y el clamor, y un encuentro masivo en Mitzpá, de cara a la batalla decisiva. Los Pelishtim (filisteos) llegaron con la seguridad de los vencedores, aparentemente ingresaron a una emboscada israelí, y junto a la tormenta de truenos por parte de Dios, fue lograda una victoria en la persecución por las pendientes de la región de Beit Jorón (al parecer), y fue restaurado el equilibrio entre Israel y los Pelishtim.

A lo largo de nuestra historia, Mitzpá funcionó como alternativa temporal al Santuario. Cientos de años después, los babilonios colocaron a Guedaliá hijo de Ajikam en Mitzpá tras la destrucción del primer Gran Templo (Irmiahu capítulo 40), y cerca de mil años después se reunieron los Jashmonaim  en Mitzpá bajo el liderazgo de Iehudá Hamacabí, el Macabeo, en momentos de la profanación del Gran Templo, de cara a la batalla decisiva contra el dominio de los Seléucidas (Libro de los Macabim I, Capítulo 3 46-59). Hay una semejanza sorprendente entre el encuentro de Shmuel en Mitzpá, y luego del mismo, la batalla y la persecución, y la batalla de Iehudá Hamacabí en Beit Jorón (Libro de los Macabim I, capítulo 3 13-23), y después, el encuentro en Mitzpá y la batalla de Emaús (Libro de los Macabim I, capítulo 4), cuando está claro que Iehudá Hamacabí logró fortaleza mental a partir del encuentro de Shmuel y de la batalla posterior. El capítulo 7 de Shmuel I se ha convertido en una fuente de inspiración para Iehudá Hamacabí.

 

El exilio del arca y la destrucción de Shiló son paralelos a la profanación del Segundo Gran Templo por los helenizantes y Seléucidas; el encuentro de Shmuel en Mitzpá para elevar una plegaria y clamar a Dios es un modelo para el encuentro de Iehudá Hamacabí aproximadamente mil años después, y también los métodos del combate y la persecución se ven muy parecidos.

“Eben Haezer” (versículo 12) se transformó de derrota en victoria


 Gentileza del sitio  929

 

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