Tojaja - Moshe Rabeinu - El rol del profeta

Tojaja - Moshe Rabeinu - El rol del profeta

Con la Parasha Vaetjanan concluye Moshé su Tojajá, su revista al pasado, y comienza con el porvenir. Concluiremos también nosotros nuestros pensamientos sobre la Tojaja y si en Debarim nos hemos detenido sobre su carácter personal, ahora lo haremos en su sentido social.

La Guemará (Shabat LV 1) se detiene sobre la visión del profeta Iejezkel (IX, 4):

"Y dijo el señor, pasa por el medio de la ciudad, por medio de Jerusalem y pon una señal una (tav), en la frente a los hombres que gimen y que claman…” La señal era la letra Tav, inicial de las palabras TEJIA (vida) y TEMUTA (muerte), es decir estos a la vida, estos a la muerte...

“Y dijo, la justicia” - prosigue el Talmud: "Ds’ Todopoderoso en que se distinguen estos de aquellos?” Le contestó el señor: " Estos son justos, aquellos malvados.”

Los justos debieron reprender, corregir a los malvados, prosiguió la justicia.
Sé que no hubiesen aceptado la represión, y no se hubiesen corregido replicó el Todopoderoso.

Y la justicia exclamó: “Si tu lo sabías, ellos no!", e inmediatamente el triste designio se extendió a los justos..."

Este es el relato del Talmud. Un relato alegórico pero que encierra en su simbólico diálogo interesantes y profundos pensamientos.

Existe un deber individual, pero existe también un deber social. La Torá habla del pueblo Judío como de un "pueblo en la Tierra".

En qué consiste esta unidad, cuál es su sentido? El MIdrash (Vaikra Raba IV) nos cita una expresión de Rabí Shimon Bar iojaI, el autor del Zohar el libro máximo de la Kabala:

“Verbigracia, hombres viajaban en un barco. Tomó uno de ellos un barreno y comenzó a agujerear el barco en un lugar. Dijeron le sus amigos: "porque haces esto". Les contesto: "Que os incumbe. No en mi lugar lo hago?".

Rabí Shimon Bar Iojai nos quiere significar en esta Parábola el sentido social de todo individuo. El hombre es un "ser individualmente y para sí". Empero tiene una misión en el Universo. "Me es imposible "barrenar" mi lugar sir hundir el barco, con mis actos beneficio o por el contrario daño a la comunidad toda y este es el sentido de la Tojaja.

Hay en Idish una expresión intraducible quizás:

"Un Tzadik en pieles", refiriéndose a los falsos tzadikim, a las hipocritas. Cuál es el sentido de esta denominación?.

Alguien lo ha comentado humorísticamente, cuando alguien está en una habitación tiene frío y tiene dos maneras para calentarse: Cubriéndose con un poderoso abrigo de pieles, o encendiendo en ella un brasero. Encendiendo en ella un brasero toda la habitación gozará del agradable calor. Si el hombre en cambio se envuelve en pieles, solo él no tendrá ya frío. Este es el sentido de un "santo en pieles". Estos son aquellas personas justas, es cierto, pero a los cuales no les importa, no les incumbe en absoluto todo lo que esté más allá del "yo", todo lo concerniente al prójimo, y si yo no sufro frío, me basta...

Puede el hombre ser pues un justo, más aún un verdadero santo, sino vuelca su justicia, su santidad en la comunidad es un verdadero pecador. Aristóteles ha dicho "aquel que se aísla, el nazareno, el anacoreta, o es un ángel o es una bestia" El Talmud nos dice (Taanit XXIII, 1) "Sociedad o muerte"! El hombre que se aísla es un "muerto" vivo, un verdadero asesino. Y es por ello que Hilel en sus famosas sentencias nos dice (Abot I, 14):

“Si yo no estoy conmigo, quién lo estará? Y si yo solo estoy solo, que soy?"

El hombre deba basarse en sí mismo, debe luchar con sus fuerzas, pero si es él solo, si todas sus aspiraciones se reducen al puro egoísmo, nada será. Y el mismo Hilel nos dice: (id, 13)

"Y aquel que no continúa, desaparece y aquel que no enseña de muerte se condena".

Que significa "la vida", un continuo ascenso. No existe equilibrio, solo hay o ascenso o por el contrario o caída y la caída significa la muerte. La vida es un continuo subir y por ello un constante estudio. "Y aquel que no continúa" estudiando, “desaparece", muere espiritualmente.

Pero esto es desde el punto de vista individual. Nosotros no conoceríamos la vida, si esta no tuviera acción sobre nosotros. Lo único que nos muestra cualquier determinada cosa son sus consecuencias, sus acciones, y por ello, "Aquel que no enseña"  “se condena a muerte". La vida de aquel carece de sentido para nosotros, para la sociedad, y es muy difícil que tenga sentido para él mismo, aquel se condena a muerte.

Y este es el verdadero sentido de la Tojajá, el hombre está obligado por los deberes "que entre el hombre y la Divinidad", pero un deber fundamental tiene el de hacer imperar en el mundo el reino divino, el de llevar el bien no solamente en sus cuatro paredes, o en sus “Dalet Amot", sino expandirlo, por todo el mundo.

El Rey David, nos relata el Talmud (Brajot III) que pasaba las noches en vela estudiando Torá, y elevando ante el Todopoderoso sus incomparables Salmos. La Agada nos relata que David tenía un violín y salía a tocar a medianoche. Para que el violín? Y nos dice la Agadá, que las melodías del violín despertaban a los altos dignatarios, a los sacerdotes, y al pueblo todo. El Rey David se halla entregado a la meditación, al estudio, a la oración, y nosotros....

Este es el sentido social del hombre. Hay melodías inmateriales, hay melodías que solo poseen un alma, estas son las más superiores. David en sus Salmos nos dice: "Mis huesos, mis entrañas, mi alma toda, canta. Es sin embargo también necesario un pequeño violín para despertar a los demás, y este es el sentido de la Tojajá.

Esta es la misión del profeta, Nabí y del Sabio,Talmid Jajam. "Una ciudad tiene un vigía. Su misión es avisar si viene un enemigo, a él no le incumbe, a él no debe interesarle si la ciudad lo oirá o se burlará de él. Su misión es vigilar y despertar..." Así se representa Iejezkel (Ezequiel) el profeta, y lo que es cierto para el profeta, lo es para todos los hombres también. El justo no debe solamente preocuparse de sí mismo, sino por sobre todo de su pueblo, y este es su deber. Si no lo cumple es igual al vigía que traiciona a los que confiaron en el. No lo oirán, pero el debe alamar y gritar, él debe luchar, y debe triunfar.

Este es el sentido de la Agadá, con lo que hemos comenzado nuestros pensamientos. Los  justos han sido justos, pero su pecado ha sido el no haber cumplido con su deber de Tojajá y por ello la destrucción los alcanzó a ellos también. Ellos se preocuparon en salvar su propio pellejo, sin preocuparse de la suerte de los demás y por ello se han olvidado que si el barco se hunde todos sus tripulantes morirán pues todos en una misma embarcación desafiamos las tempestades.        

Y estos son los últimos, los postreros instantes de la vida de Moshe. Ante sus ojos reaparece la lucha y el triunfo, la redención y el Maamad Har Sinai, pero también el becerro de oro, Koraj y sus adeptos, las reyertas del agua y por sobre todo los Meraglim, el pecado del pueblo judío todo, que prefiere quedarse en el desierto, que prefiere las tumbas en Egipto ante las mismas puertas de la Tierra Prometida.

Pero el verdadero sentido de la Tojajá de Moshe nos muestra su significación. No se detiene Moshé en el pasado, no es un crítico. Aun la más Negativa, la “menor” persona tiene un gran poder en la crítica. Destruir es fácil, basta negarlo todo. Aquí por el contrario vemos que después de Debarim y Vaetjanan viene Ekev, vienen las Mitzvot, el camino positivo, el futuro. “A fé mía si hoy en esta generación alguien que pueda reprender" (Arajim XVI, 2) nos dice Rabí Zarfon, y este es el supremo principio. La verdadera Tojajá es aquella que nace del amor a Israel, del amor al prójimo, y no la que nace del odio.

El primer templo fue destruido por los 3 pecados capitales: idolatría, crimen, amoralidad. El segundo por "odio-gratuito”, es decir inmerecido, sin causa, sino porque. Alguien ha dicho que si la Destrucción ha sido causada por “odio-gratuito”, la Redención debe venir por el “amor-gratuito”, el amor inmerecido, aun a costa de inmensos sacrificios, aun sin porque. Si alrededor del amor común se unirá el pueblo, y es esta la primera señal de la Redención. Aquel que odia destruye. El que ama si destruye es para elevar en lugar de madera, piedras y en lugar de chozas, palacios.

La construcción de los jóvenes (alegóricamente aquellos que no se libran de sus penas y odios) es destrucción, la destrucción de los ancianos (alegóricamente, de los rectos, de los conscientes) es construcción.

בנין נערים סתירה, סתירת זקנים בנין.

Y este es el deber del profeta, del sabio y de todo hombre, construir, mostrar nuevas y bellas sendas. Borrar los errores del pasado, corregir el presente y construir un futuro mejor.

Sea cada hombre un vigía, y la ciudad vivirá!!

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