Se conforman con una victoria parcial

Se conforman con una victoria parcial

Ya estaban dadas las condiciones para otro episodio de una victoria de los pocos contra los muchos, no obstante, “los reyes de la Casa de Israel...son reyes benignos” (versículo 31). Y también el enemigo lo sabe.

Entre los capítulos de Eliahu se encuentran los de Mijaihu hijo de Imlá (20 y 22), ambos son un solo relato, a pesar de que el nombre del profeta fue revelado tan solo en el segundo capítulo (capítulo 22, versículo 8).

Eliahu salió a luchar contran el culto al Baal y contra la tiranía de Izevel. Mijaihu se involucró en las cuestiones de defensa y de relaciones exteriores. Los dos querían ayudar a Ajav a vencer sin abandonar el camino de Dios, pero ambos se pusieron en su contra, al encaminarse él tras las alianza con los reyes de Tzidón (Sidón) y Aram.

Ajav inició su camino como un rey con una clara inferioridad frente a Aram Damesek, tras una serie de revueltas y una guerra civil continua entre Omrí y Tivni. Al invitarlo Bern Hadad a rendirse como un “rey vasallo” (sujeto a la autoridad de “un rey superior”), Ajav aceptó, ya que no tenía alternativa. Sin embargo, cuando Ben Hadad exigió humillar a Ajav y tomar de sus tesoros y de su familia todo lo que deseara, Ajav se negó con el respaldo de los “Sabios de la Tierra” (los líderes de las tribus;7).

“Un profeta” (aparentemente Mijaihu; 13) guió al rey hacia dos victorias decisivas de los pocos contra los muchos. El ebrio Ben Hadad estaba tan seguro de su ventaja militar, hasta que cayó en la trampa de los 232 “asesores de los gobernadores provinciales“, que eran vistos como prisioneros seguros (18), y el gran ejército de Aram huyó como lo hicieron los Pelishtim (filisteos) frente a Ionatán y su asistente en el paso de Mijmash (Shmuel I, capítulo 14)

Después de un año, en el paso de Afek (en el río que cruza la llanura de Afik, en el sur de los Altos del Golán) un aprovechamiento exitoso de las condiciones del terreno le otorgó una victoria decisiva a Israel y Ajav se convirtió en el rey que dominaba “en la altura”, y restituyó a Israel ciudades conquistadas por los arameos (aparentemente, en el valle del Iardén, Jordán)

No obstante, “Los reyes de la Casa de Israel...eran reyes benignos” (versículo 31) y les resulta difícil plasmar una victoria hasta el final-también el enemigo sabía esto, y aprovechó la debilidad para salvar al rey de Aram, y para convertir la derrota en un logro de “alianza fraternal”. A partir de este momento, el pacto entre los reyes se transformó en una ruptura entre Ajav y el profeta.
Cortesía sitio 929.

 

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