Síntesis del capítulo, Shir Hashirim (Cantar de los Cantares) 8

Síntesis del capítulo, Shir Hashirim (Cantar de los Cantares) 8

El último capítulo del libro contiene fragmentos de frases de sabiduría o enseñanzas sobre el amor, y no sólo cánticos entre el hombre y la mujer.

 “Su izquierda debajo de mi cabeza y con Su derecha me abrace”: el anhelo de la mujer (Versículos 1-5)

Este cántico es la continuación del cántico del anhelo del capítulo anterior, en el cual la mujer invite al hombre a salir al campo. Tras alcanzar el amor, la mujer propone: “Te conduciría y te traería a la casa de mi madre para que me instruyeras y te haría beber vino madurado y el zumo de mi granada” (Versículo 2), y una vez más, juramenta a las hijas de Ierushalaim: “Os conjuro a vosotras, hijas de Jerusalem, no despertéis ni molestéis al amor, sino hasta que surja solo” (Versículo 4).

La fuerza del amor (Versículos 6-7)

En este párrafo hay dos frases alusivas a la fuerza del amor: “Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo, pues el amor es fuerte como la muerte, mas los celos son crueles como la tumba; sus brasas son brasas de fuego, como la llama misma del Eterno” (Versículo 6);” Muchas aguas no pueden apagar el amor, ni los ríos podrán ahogarlo. Si el individuo diera todas las riquezas de su casa por el amor, sería menospreciado” (Versículo 7).

 “Nuestra hermana es pequeña”: los hermanos se burlan de la mujer (Versículos 8-10)

 

Este segmento vuelve a ser redactado en un género poético, e incluso recuerda la relación de la mujer con sus hermanos, que también fue descripta en el inicio del libro: “Yo soy un muro y mis pechos son como sus torres. Yo era a sus ojos como aquel que haya la paz” (Versículo 10)

El viñedo de Shlomó y el viñedo de la mujer (Versiculos 11-12)

 

En este párrafo la mujer describe la situación de su “viñedo” (es posible que esté haciendo referencia a sí misma, a su vida amorosa, o tal vez, a su viñedo, en forma literal) y compara su relación con el viñedo de Shlomó: “Shlomó tenía un viñedo en Baal Hamón. Lo entregó a los cuidadores. Cada cual traía mil siclos de plata por su fruto. El viñedo que es mío, está delante de mí, sean para ti Shlomó los miles, y los doscientos para los cuidadores de los frutos” (Versículos 11-12). La naturaleza de la comparación y el significado del segmento están supeditados a la exégesis de las figuras del viñedo y la relación con Shlomó, en este párrafo en particular y en todo el relato, en general.

 “Se ha ido mi amado”: el cierre (Versículos 13-14)

 

En el epilogo del libro, hablan tanto el hombre como la mujer. El hombre solicita a la mujer que haga oír su voz: “La que se asienta en los jardines, los amigos están atentos a tu voz, házmela escuchar a mí” (Versículo 13), y a diferencia de ello, la mujer le e pide al hombre que abandone: “Se ha ido mi amado. Sé como el ciervo o la gacela sobre los montes de perfume” (Versículo 14)

 

Redacción: Netanel Szpigel

 

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