La obligación de ofrendar un sacrificio en el Mishkán (Tabernáculo) (Versículo 1-9)

 “Cualquier hombre de la Casa de Israel “que desea sacrificar buey, oveja o cabra (con excepción del ave) debe traerlo como un sacrificio a Dios en el Mishkán”. Los comentaristas difieren en sus opiniones con respecto a si el texto prohíbe totalmente el consumo de Julin (carne que proviene de un animal que no fue sacrificado con fines rituales) y esa es la opinión del Rambán o que el texto prohíbe la ofrenda del sacrificio fuera del Mishkán y no se está refiriendo a Julin sino a la concentración del servicio de los sacrificios en el Mishkán (Tabernáculo) y esto es lo que sostiene Rashi. De todos modos, el fundamento del texto es que el consumo o el sacrificio fuera del Mishkán es el servicio de los machos cabríos y derramamiento de sangre y por ende, la persona es castigada con la pena de Karet (será cortado espiritualmente de su pueblo).

La prohibición de ingerir sangre (Versículos 10-12)

 “y cualquier hombre de la casa de Israel o del extranjero que morare entre ellos” (Versículo 10) que ingiere sangre-“dirigiré Mi furor contra la persona que come la sangre y la truncaré del seno de su pueblo”. El fundamento del texto es “ya que la sangre, por el alma expía” (Versículo 11) y por ello está prohibido ingerir sangre.

El precepto de cubrir la sangre (Versículos 13-14)

 “y cualquier hombre de los hijos de Israel o del extranjero que mora entre ellos” (Versículo 13) que caza un animal o un ave, debe cubrir su sangre con tierra. Aquí, el fundamento es similar al del consumo de la sangre “ya que la vida de toda carne es su sangre” (Versículo 14) y el versículo vuelve a repetir la prohibición de consumir sangre.

La impureza en el consumo de un animal no faenado ritualmente o de un animal con lesión fatal (Versículos 15-16)

 “y toda persona” (Versículo 15) que coma un cadáver de animal o un animal devorado-será impura. Debe lavar sus vestimentas, y sumergirse él mismo en agua “y permanecerá impuro hasta el atardecer. Y después quedará puro”. Si la persona que consumió un cadáver de animal o un animal devorado no se purificó, “cargará con su iniquidad” (Versículo 16) que no ha sido explicitado aquí.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.