Síntesis del capítulo, Deuteronomio 8

Síntesis del capítulo, Deuteronomio 8

La dura etapa del desierto (Versículos 1-6)

Moshé le exige al pueblo que recuerde el camino por el desierto, en el cual Dios puso a prueba a Israel para ver si efectivamente ellos preservan los preceptos de Dios: “Habrás de recordar todo el camino por el cual te llevó Adonai, tu Dios, hace cuarenta años en el desierto, para afligirte y para someterte a prueba, para saber lo que hay en tu corazón, si vas a guardar sus mandamientos o no” (Versículo 2). La meta educativa de la entrega del maná es que “no solamente de pan vive el hombre, pues con todo lo que sale del mandato de Adonai, vive el hombre” (Versículo 3).

La abundancia en la tierra (Versículos 7-10)

A diferencia de la dificultad en el desierto, en la tierra de Kenaan esas dificultades no existirán. Dios trae al pueblo hacia “una tierra buena, tierra de torrentes de agua, manantiales y hontanares (manantiales) surgen en la quebrada y en la montaña, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares de aceite y de miel” (Versículos 7-9). Por ello se debe bendecir a Dios por las bondades que habrá de dar la tierra “Comerás y te saciarás y bendecirás a Adonai, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado” (Versículo 10)

La advertencia de no olvidar a Dios como consecuencia de las bondades de la tierra (Versículos 11-19)

Pero precisamente, a partir de las bondades de la tierra y su abundancia, existe la sospecha de que el pueblo habrá de olvidar a Dios. Cuando el pueblo se asiente en la tierra y vea toda la abundancia que posee, tal vez habrá de decir “mi fuerza y el poder de mi mano me hizo esta riqueza” (Versículo 18). Dicha expresión es inválida, debido a que debe recordarse que es Dios la fuente de las bondades de la tierra, y Él es el que le concede la fuerza al pueblo de Israel: “Has de recordar a Adonai, tu Dios, pues es Él el que te da la fuerza para hacer riqueza, para cumplir su pacto que ha prometido a tus patriarcas, como el día este” (Versículo 18). Si aún así el pueblo habrá de olvidar a Dios, Dios se los pagará: “Como los pueblos que Dios hace perder de ante vosotros,  así se perderán ustedes, por no haber obedecido el mandato de Adonai, vuestro Dios” (Versículo 20).

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

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