Síntesis del capítulo, 2 Reyes 5

Síntesis del capítulo, 2 Reyes 5

Nuestro capítulo relata la historia de Naamán, el jefe del ejército de Aram, su cura a través de Elishá y el involucramiento de Guejazí:

Naamán tiene lepra y espera que Elishá lo cure (Versículos 1-8)

Naamán, el jefe del ejército arameo, tiene lepra. Una de sus asistentes, que era una prisionera israelita, le contó que hay un profeta en el Shomrón que puede curarlo. Naamán decide enviar una “carta” al rey de Israel, a partir del pensamiento de que el profeta está de alguna manera relacionado con el rey. Yehoram, el rey de Israel, está persuadido de que el pedido de curar a Naamán es una estrategia destinada a atentar contra el reino de Israel. El profeta escucha acerca de la carta y tranquiliza al rey: “te ruego venga él a mí, y sabrá que hay profeta en Israel” (versículo 8).

Naamán se presenta ante Elishá, se sumerge en el Iardén y se cura (Versículos 9-19)

Naamán se presenta ante Elishá y aguarda su palabra. Elishá le da a Naamán una idea rara: lavarse en el Iardén siete veces. Naamán se enoja: “¿Por ventura Avaná y Parpar, ríos de Damések, no son mejores que todas las aguas de Israel? ¿No podré yo acaso bañarme en ellos, y ser purificado?" (versículo 12). Pero sus siervos lo convencen de acatar las palabras del profeta, y se sumerge en el río Iardén y su piel es curada. Naamán regresa al encuentro de Elishá, el enojo previo se convierte en felicitaciones efusivas. Elishá se niega a tomar de Naamán algo a cambio y lo bendice: “Y él le dijo, vete en paz” (versículo 19).

Guejazí busca lucrar y enferma de lepra (versículos20-24)

Guejazí, el asistente de Elishá, ve que Elishá eximió a Naamán de un pago correspondiente al asesoramiento brindado por su maestro, y decide perseguirlo a fin de recibir cierta paga a cambio. Guejazí le dice a Naamán que fue enviado por Elishá para que le entregue dinero y vestimentas. Guejazí le miente a Naamán, ya que su amo no lo ha enviado sino que lo hizo por su propia cuenta. Naamán le entrega a Guejazí dinero y ropa. Al descubrir Elishá el engaño, lo castiga: “Por lo tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu linaje para siempre" (Versículo 27).

 

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