La palabra de Dios a Shmuel (versículos 1-3)
Se busca al heredero de la corona. Dios abre el capítulo indicándole a Shmuel que debe dejar de estar de luto: “¿Hasta cuándo estarás lamentando a Shaúl, ya que yo lo he desechado para que no sea rey sobre Israel? (versículo 1). Shmuel sospecha de que Shaúl lo matará, pero Dios le da una buena excusa: “Tomarás contigo una novilla de la vacada y dirás: Para ofrecer sacrificio al Señor he venido” (versículo 2).Dios envía a Shmuel a una familia determinada y le dice explícitamente: “Y yo te haré saber lo que has de hacer, para que me unjas a aquel que yo te dijere” (versículo 3)
Shmuel busca al rey (versículos 4-12 1)
Shmuel cumple con lo ordenado por Dios y se dirige hacia Beit Lejem Yehuda. Los Ancianos de la ciudad se horrorizan al ver a Shmuel y él les responde tal como le dijera Dios: “Paz a vosotros, para ofrecer el sacrificio a Dios he venido” (versículo 5) y así los invita al sacrificio. Al mismo llegan también Ishay y su familia. Shmuel lo ve a Eliav y de inmediato anuncia: “Seguramente delante del Señor está su ungido” (versículo 6). Este anuncio de Shmuel no llega a raíz de lo expresado por Dios, y efectivamente, Eliav no es el rey elegido. Tal como recordarán, Dios dijo claramente “para que me unjas a aquel que yo te dijere”. Todos los hijos de Ishay van pasando de a uno, pero Dios no manifiesta (señala…indica…) que uno de ellos será el rey. Una vez que Shmuel terminó de pasar revista a todos los hijos de Ishay, Shmuel se pregunta si no falta uno de los hijos. Ishay se acuerda de que el más pequeño no se encuentra: “Aún queda el menor, y he aquí que está apacentando las ovejas” (versículo 11)
La palabra de Dios a Shmuel (versículo 12 2)
Cuando llega David, el hijo menor, Dios le aclara (indica) a Shmuel que él es el rey elegido: “Levántate, úngelo, que éste es” (versículo 12) Ahora Shmuel conoce claramente quién es el rey elegido y puede pasar de la fase de la búsqueda a la fase de la coronación.
Shmuel corona al rey (versículo 13)
“Y Shmuel tomó el cuerno de aceite y le ungió en medio de sus hermanos, y se apoderó el espíritu del Señor de David, desde aquel día en adelante. Luego Shmuel se levantó y fue a Ramá”. Shmuel corona a David y el espíritu de Dios se posa sobre David de aquí en adelante. Pero desde este momento un espíritu malo embargará a Shaúl…
El espíritu malo sobre Shaúl y la propuesta de los siervos (versículos 14-16)
Un espíritu malo afecta a Shaúl. Pero dicho espíritu malo no aparece circunstancialmente sino que es obra de Dios. Los siervos lo ven al rey Shaúl en esta situación y le proponen traer a un músico para que lo ayude a quitar el espíritu malo.
La llegada de David a la casa de Shaúl (versículos 17-23)
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Shaúl acepta la propuesta de sus siervos y les pide: “Pues proveedme de un hombre que sepa tocar (un instrumento) bien y tráiganmelo” Uno de los siervos conocía a un joven: “He aquí, he visto a un hijo de Ishay, el beitlajmita, que es hábil en la ejecución instrumental y poderoso en valor, y hombre de guerra y entendido en negocios, y de varonil hermosura y el Señor está con él” (versículo 18). Shaúl manda emisarios a la casa de Ishay y David se traslada al palacio de Shaúl. La melodía interpretada por David con su arpa aplaca el espíritu malo y provoca una mejoría en el estado de Shaúl.