Síntesis del capítulo, Éxodo 8

Síntesis del capítulo, Éxodo 8

La plaga de las ranas (Versículos 1-11)

Después que “Tendió Aharón su mano sobre las aguas de Egipto” (Versículo 2) las ranas llegan a Egipto. Paró no logra soportar esta plaga y le solicita a Moshé y a Aharón que le recen a Dios para que quite las ranas. Paró, por supuesto, agrega que a cambio de la plegaria para erradicar a las ranas él liberará al pueblo de Israel para que puedan elevar una ofrenda a Dios. Moshé le reza a Dios y las ranas mueren. Pero cuando Paró vio “que hubo alivio hizo pesado su corazón y no les escuchó a ellos” (Versículo 11).

La plaga de los piojos (Versículos 12-15)

La tercera plaga, la de los piojos, llega rápidamente, y sin ningún alerta. “Extendió Aharón su mano con su vara y golpeó el polvo de la tierra, y hubo piojos sobre el hombre y sobre la bestia. Todo el polvo de la tierra se convirtió en piojos en toda la tierra de Egipto” (Versículo 13). Esta vez los magos vuelven a intentar imitar la plaga pero en esta ocasión ellos argumentan que  se trata de “Obra de Elohim” (Versículo 15) y aún así Paró no está dispuesto a liberar al pueblo de Israel.

La plaga de las fieras salvajes (Versículos 17-28)

La cuarta plaga, la plaga de las fieras salvajes, llega tras un alerta a Paró “Pues si tú no liberas a Mi pueblo, he aquí que Yo voy a hacer enviar contra ti, contra tus servidores y contra tu pueblo y en tus moradas, fieras salvajes” (Versículo 17). ¿Qué son las fieras salvajes? Una pregunta curiosa. Por primera vez, en las plagas de Egipto vemos una diferenciación entre Egipto y la tierra de Goshen, lugar de residencia de Israel. Las fieras salvajes aparecen y y nuevamente Paró está dispuesto a acordar que los hijos de Israel le eleven una ofrenda a Dios, no lejos de Egipto, y pide que la plaga sea interrumpida. Moshé le reza a Dios, Dios quita a las fieras salvajes y una vez más Paró se retracta de inmediato.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Volver al capítulo