Síntesis del capítulo, Éxodo 10

Síntesis del capítulo, Éxodo 10

La plaga de las langostas (Versículos 1-20)

Al igual que en la plaga anterior, también en la octava plaga, la plaga de la langosta, abarca un amplio volumen de versículos. En las palabras de Dios a Moshé en la previa de la plaga se describe nuevamente “el objetivo supremo” de la salida de Egipto “y habrán de saber que Yo soy Adonai” (Versículo 2). Moshé es enviado a Paró para alertarlo de manera amplia acerca de la plaga que se avecina. Tras el alerta amenazante los servidores de Paró tratan de persuadirlo para que libere al pueblo de Israel “¿Todavía no sabes que se ha perdido Egipto?” (Versículo 7). Paró acepta convencerse pero no está dispuesto a liberar a todo el pueblo sino tan sólo a los hombres. Moshé no acepta y la plaga de la langosta se pone en marcha. La langosta daña a toda la tierra de Egipto de un modo inusual y nuevamente Paró le solicita a Moshé y a Aharón que interrumpan la plaga. Una vez más Moshé le implora a Dios, y otra vez, Paró cambia su parecer tras la desaparición de la plaga.

La plaga de la oscuridad (Versículos 21-29)

La novena plaga, la penúltima- es la plaga de la oscuridad. En esta plaga se cita la distinción entre Egipto e Israel siendo que durante tres días impera en Egipto una oscuridad absoluta (“y que se palpe oscuridad”-del vocablo palpar o como lo explica Rashi, basándose en el vocablo “Vaiamesh” como “Emesh” que significa noche en idioma acadio y árabe). Paró ya estaba dispuesto a liberar al pueblo de Israel pero Moshé exigió salir con el ganado, y ello no fue acordado por Paró. Paró le exige a Moshé “¡Cuídate, no vuelvas a ver mi rostro; pues el día en que tú veas mi rostro, habrás de morir!” (Versículo 28) y Moshé acuerda “¡Correcto has hablado! Nunca más volveré a ver a ver tu rostro” (Versículo 28).

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

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