Restituirle el Templo al pueblo

Restituirle el Templo al pueblo

¿Quiénes eran “Anshei Kneset Hagdolá”, los hombres de la gran asamblea? Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, denominaron de ese modo, a los distinguidos que llegaron a la gran asamblea del pueblo, quienes eran participes de la gran plegaria de Ezrá (capítulo 9), y también son mencionados entre los nombres de los firmantes del tratado; en el lenguaje del Talmud Ierushalmi, el Talmud Jerosolimitano (al final del Tratado de Jaguigá)-“ochenta y tres firmas escritas en Ezrá”.

Y efectivamente, al comienzo del capítulo he contado 83 u 85 nombres: Nejemiá, 22 jefes de familias de los Cohanim, 17 o 18 líderes de los Leviim, 44 líderes del pueblo. A diferencia de ello, en otras fuentes, fueron mencionados 120 Sabios “Hombres de la Gran Asamblea”, y así escribió el Rambam, Maimónides (en su Introducción a la Mishná), señalando que este número es muy conocido, pero no se ha encontrado una fuente clara del mismo, en el texto bíblico.

Volví y conté 120 nombres que fueron mencionados  en la primera lista de la “Aliá”, la inmigración de Shashbatzar y Zerubabel (Ezrá, capítulos 1-2), y a la par de los mismos, 120 nombres en la lista del asentamiento en Iehudá desde la época de Zerubabel hasta el período de Nejemiá (capítulos 11-12)-sin embargo, en la primera lista en el numero 120 estan tambien incluidos los Netinim (45 nombres; Ezrá, capítulo 2, versículos 43-58), y las familias que estaban en duda, las que no podían demostrar “si es que pertenecían al pueblo de Israel” (Ezrá, capítulo 2, versículo 59), mientras que en el segundo listado encontré 120 nombres, sin los dos referentes de los Netinim, y aparentemente, esa es la intención de Jazal.

¿Pero por qué resultaba tan imprescindible la firma del tratado?

En principio, parece que lo importante en esta lucha de Ezrá el Cohen, el Escriba, contra las familias mixtas, familias distinguidas e importantes, incluidas familias de los Cohanim, y hasta la familia del Cohen Gadol, el Sumo Sacerdote; y en efecto, el Cohen Gadol no es siquiera mencionado en el evento de la lectura de la Torá y la firma del tratado; la lucha por alejar a las mujeres no judías, se transformó en la “piedra angular” en el diseño de la forma de vida en Ierushalaim, en los tiempos de Ezrá y Nejemiá-sin duda alguna, puede verse en ello, la primera fase en la lucha de Matitiahu y sus hijos contra los que se helenizaron, aproximadamente, 280 años después. 

Pero a partir de los artículos del tratado, surgen también otras preguntas:

El cumplimiento de “todos los mandamientos del Eterno nuestro Señor, y Sus ordenanzas y Sus estatutos” (capítulo10, versículo 30);
¡La estricta prohibición de los casamientos mixtos! (capítulo 10, versículo 31);
El cierre del comercio con “los pueblos de la tierra” en los días Shabat y en las festividades (capítulo 10, versículo 32);
Dejar la producción del séptimo año en beneficio de los carenciados, y la condonación de adeudas (capítulo 10, versículo 32);
El compromiso de dar todos los años un tercio de Shekel para el servicio permanente del Templo (capítulo 10, versículos 33-34);
Los sorteos para la “provisión de maderas”  para el “fuego eterno” (capítulo 10, versículo 35);
Traer al Templo las primicias “cada año” (capítulo 10, versículo 36);
Traer a nuestros hijos primogénitos al Templo, como está escrito en la Torá (capítulo 10, versículo 37);
Traer las “Terumot” (primicias de harina y otras especies) para los Cohanim y los “Diezmos” para los Leviim-asegurar que los Leviim separarán la décima parte de sus diezmos y ocuparnos de que todo llegue a los Tesoros del Templo y a los lugares correctos (capítulo 10, versículo 38-40);
Los sorteos para definir una de cada diez personas que residiría en Ierushalaiam (capítulo 11, versículo 1).

A partir  de todo esto, queda claro, que el Templo y Ierushalaim eran manejados por esas mismas familias distinguidas, que fueron acusadas de establecer vínculos con Tobiá y Sanbalat. Ezrá, con el respaldo de Nejemiá, llevó a cabo aquí una lucha intensa a fin de restituirle el Templo al pueblo simple, y por consiguiente, era imperiosa la necesidad de , no solamente enfatizar los preceptos de la Torá de los “Bikurim”, las primicias, y los primogénitos, las “Terumot’ y los “Maasrot” (Diezmos), sino también convertir el “medio Shekel” que figura en la Torá (Shemot, capítulo 30, versículos 11-16), como una obligación excepcional para un censo, en un impuesto fijo, bajo pero equitativo (Mishná-Tratado de Shekalim), a fin de restituirle el Templo al pueblo, y que el pueblo regrese al Templo.

Resulta interesante, que Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria (Talmud Ierushalmi, Tratado de Sheviit , capítulo 6,1) tuvieron divergencias en referencia a ls “Terumot” y los Diezmos, si es que fueron “impuestos por la Torá” o “por iniciativa propia”, ya que no eran independientes como en tiempos de Yehoshua-“Vuestros antepasados no asumieron el yugo real; y ustedes, a pesar de que lo tienen, es un yugo extranjero”.

Conforme a ello, hay en el tratado numerosas ampliaciones, como “Midrashei Halajá” rigurosos, como parte de una “segunda santidad”, que en tiempos difíciles y apremiantes, Ezrá le proporcionó al pueblo.

Gentileza sitio 929.

 

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