recompensas por las mitzvot

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¿Por qué menciona la Torá solo recompensas físicas por observar las mitzvot? (vs. 1-13)
RAMBAM: La principal recompensa por observar las mitzvot no se menciona aquí en absoluto. Más bien, aquí Dios está prometiendo apenas apartar los obstáculos físicos que interfieren con la observancia de las mitzvot. La Torá no menciona ninguna recompensa pues de la persona se espera que cumpla las mitzvot en aras del Cielo y no para cosechar recompensa (Leyes de Teshuvá 9:1, según Kli Iakar).
IBN EZRA: Como la persona no puede entender las recompensas espirituales, la Torá no las especificó (Devarím 32:39).
BEJAIE: La Torá menciona recompensas físicas porque son milagrosas.
Por ejemplo, la lluvia no cae naturalmente cuando una persona cumple mitzvot. En contraste, las recompensas espirituales para el alma en el Mundo Venidero son una consecuencia natural de las mitzvot cumplidas en este mundo. Por eso la Torá solo menciona las recompensas sobrenaturales más sorprendentes, y no las obvias, naturales.
KUZARI: La Torá especifica estas recompensas para el escéptico que niega que todo esté orquestado por Dios. Para convencerlo, las pruebas físicas son más efectivas (I:104-106).
SAADIÁ GAÓN: Antes de la entrega de la Torá, los judíos eran idólatras que creían que sus necesidades físicas les eran provistas por sus ídolos. Por eso, cuando se dio la Torá, prohibiendo la idolatría, fue necesario explicar cómo obtendría la gente sus necesidades físicas (Emunot VeDeot).
RAN: La Torá sí afirma que a la persona se le da recompensa espiritual por observar las mitzvot, abajo, en los versículos 11-12 (Drashot).
IKARÍM: Las recompensas físicas mencionadas aquí, como la lluvia, son para la nación como un todo, pues esta no cae para cada individuo según sus acciones, sino según los actos de la mayoría. Las recompensas espirituales, sin embargo, se conceden a cada individuo según sus acciones (4:40; Véase también Rambán sobre 11:13; las siete opiniones mencionadas son citadas y explicadas por Kli Iakar sobre el v. 12; véase Chispas Jasídicas).

Torat Menajem 
Chispas Jasídicas
LAS RECOMPENSAS FÍSICAS DE LA TORÁ (VS. 1-13)
La dedicación de la persona a la Torá y las mitzvot debe ser en un grado tal que estas no sean apenas un aspecto “importante” de su vida. Más bien, el judío debe sentir que la Torá y sus mitzvot son su vida misma, es decir, que sus propios objetivos son todos una unidad con el sistema de valores de la Torá y parte de él.
El Talmud expresa esta idea con una analogía: “El hombre es como el pez del mar. Pues tal como el pez del mar muere no bien llega a tierra seca, el hombre morirá si se separa de la Torá y las mitzvot” (Avodá Zará 3b).
Cuando una persona tiene un compromiso tan cabal con el judaísmo, deja de haber una dicotomía entre su vida física y su vida espiritual.
Pues mientras el individuo ve la Torá y las mitzvot apenas como el “lado” espiritual de su vida, y a los empeños físicos por separado, no ha logrado unirse totalmente con la Torá como el pez que vive exclusivamente en el agua y depende completamente de ella.
Pero cuando adopta la postura que su único sistema de valores es el de la Torá, incluso sus actos básicos como comer, dormir y recrearse se realizarán como parte integral de su estilo de vida de Torá.
Es por esta razón que la Torá elige enfatizar las recompensas físicas en lugar de las espirituales (véase Preguntas Clásicas). Pues como la recompensa se otorga “medida por medida”, como una consecuencia directa de las acciones de la persona, un énfasis en las recompensas espirituales podría dejar la incorrecta impresión que la Torá solo está dirigida a nuestras vidas espirituales y no a las físicas. En verdad, sin embargo, la Torá es nuestra esencia misma, por lo que apunta incluso
a la parte más externa de nuestras vidas. Y es para recalcar esta idea que el énfasis aquí está en las recompensas físicas.
(Basado en Likutéi Sijot, vol. 37, págs. 82-83)

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