Preguntas de Abarbanel, Números 29

Preguntas de Abarbanel, Números 29

“Y el día quince del mes séptimo será asimismo de santa convocación.  En él no haréis trabajo servil y celebraréis festividad al Eterno durante siete días.  Y brindaréis por holocausto, ofrenda ígnea de olor grato al Eterno, trece novillos, dos carneros y catorce corderos de un año, todos sin mácula....”

“Y en el segundo día ofreceréis doce novillos...”

“El día tercero ofreceréis once novillos...”

 (Números 29, 12-32)

Pregunta: ¿Por qué durante los siete días de la fiesta de Sucót se ofrecen los sacrificios reduciéndose cada vez los novillos?  ¿Por qué esta reducción se lleva a cabo de esta manera justamente?

Respuesta:

Con el fin de entender esta extraña disposición de los sacrificios en la fiesta de Sucót, Abarbanel ofrece dos distintas explicaciones:

La primera, apegada más a las fuentes tradicionales, insinúa que los 70 novillos que se sacrifican en total corresponden a las setenta naciones del mundo; ésto significa que durante los siete días de esta fiesta se pide por el bienestar de todas ellas.

El hecho de que no se ofrendaban todas de jalón en un día, simboliza que su dominio no será constante sino alternante unas con otras (por ejemplo: primero dominaron los babilonios, luego los persas, luego los griegos, etc.).

El orden es descendente ya que se pide a D-s que su dominio sobre Israel se vaya reduciendo paulatinamente.

Por otro lado, los catorce corderos representan al pueblo judío, así como compara el profeta Jeremías “Israel es una oveja descarriada...” (50,17).  Estos son más débiles que los toros, sin embargo son todos íntegros, sin mácula; lo cual recuerda el versículo que habla de Jacob como “hombre íntegro” (Ish Tam).  Ahora, ¿por qué son catorce?: representando a las trece tribus (contando a José como dos: Efraím y Menashé) y sumando a Dina, hija de Jacob.

La segunda interpretación se relaciona más con la vida del hombre, al cual fueron entregados 70 años de vida (a manera conceptual), basado en el versículo: “Los días de nuestros años son setenta...” (Salmos 90,10).  Una insinuación de esta relación se extrae de uno de los nombres de la fiesta: “Jag Haasíf” (fiesta de la recolección);  en hebreo se utiliza también esta palabra para expresar la muerte  al decir “Neesaf el Amav” (integrarse con su pueblo).

Una relación más entre los toros y la vida de la persona es la misma palabra “Par” (Toro o novillo) la cual tiene raíz similar al vocablo “Pri” (fruto), de lo que deduce Abarbanel que setenta son los años que el hombre produce frutos en este mundo.  Además, se empieza sacrificando trece animales el primer día, simbolizando que solamente a partir de los trece años, el hombre comienza a ser productivo.

Esto es sólo un ejemplo de la riqueza interpretativa y simbólica que nos ofrece la Torá al profundizar hasta en los detalles más pequeños de los actos cotidianos de la vida.

 

 

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