Preguntas de Abarbanel, Números 20

Preguntas de Abarbanel, Números 20

1   "...Y no había agua para la gente, y se reunieron contra Moisés y Aharón...  Y le dijo el Eterno a Moisés: Toma la vara y reúne a la comunidad, tú y tu hermano Aharón, y habladle a la roca ante la vista de ellos, y de la roca manará agua que darás a la gente y a los animales.  ...Y Moisés y Aharón reunieron a la congregación delante de la roca y les dijo: Oíd ahora, rebeldes, ¿Podremos hacer brotar agua de esta roca?,  Y levantó Moisés su mano y con la vara golpeó la roca dos veces y comenzó a salir de ella agua en abundancia...   Y le dijo el Eterno a Moisés: Por cuanto no creisteis en Mí glorificándome a los ojos de los hijos de Israel, no haréis entrar a este pueblo a la tierra que les prometí.”

(Números 20, 2-13)

Pregunta:   ¿Por qué fue decretado que Moisés y Aharón no entraran a la Tierra de Israel? Realmente no está proporcionada la magnitud del castigo con la gravedad de la falta cometida.  Aún tomando en cuenta que Moisés pecó al no hablarle a la roca, o haberse enojado, o cualquier otra falta... ¿Cuál fue el error o pecado de Aharón por el cual fuera también castigado?

Respuesta:  

Sin duda la interpretación más conocida acerca de este suceso es la de RASHI que culpa a Moisés por haber golpeado la roca en vez de hablarle.  Sin embargo la mayoría de los comentaristas no comparten esta opinión, entre ellos el RAMBAN que alega que no existe gran diferencia entre pegar o hablar, cualquiera de los dos actos es igual de milagroso.  Además, D-s sí le ordenó a Moisés llevar su vara: este hecho implica que podría llevar el milagro a cabo por medio de ella, así como lo hizo la primera vez (Éxodo 17,6).

RAMBAM (Maimónides), por otro lado, opina que el principal error de Moisés fue el enojo, aunado al insulto colectivo que efectuó al llamarlos “rebeldes”: una personalidad tan especial como el gran profeta de profetas, no puede darse el lujo de exhibir tal comportamiento, aunque sea en un simple incidente como éste.

Abarbanel, después de citar diez diferentes interpretaciones (incluyendo las anteriores y sus debilidades), expone una idea totalmente nueva y revolucionaria: la razón del castigo tan severo aplicado a Moisés y Aharón no pudo ser ocasionado por un suceso tan pequeño como éste;  Moisés fue sancionado por el caso de los espías (Números 13) y Aharón por el becerro de oro (Éxodo 32).  No porque Aharón haya participado activamente en este hecho, ya que su intención fue buena (hacer tiempo hasta que Moisés bajara del monte), sino porque el final de todo eso fue muy negativo y provocó un gran mal al pueblo.

De igual manera, Moisés no fue de los que hablaron mal de la Tierra ni desmoralizó al pueblo; sin embargo la orden de D-s era sólo mandar los espías a explorar, no a dar opinión sobre el pueblo que habitaba la tierra, ni a reportar si las frutas eran buenas o no.  Realmente la intención de Moisés fue que ellos reconocieran la grandeza de D-s que los salvaría de todo eso, pero el resultado fue contraproducente.  Finalmente, esa generación no habría de entrar en esta Tierra, y Moisés habría de correr con la misma suerte.

Si es así, ¿por qué entonces aparece ahora la sentencia contra Moisés y Aharón?  Abarbanel lo compara al caso de un padre que después de advertir a su hijo que no haga tal travesura, deja pasar la primera y la segunda, haciendo como que no lo ve, pero llega un momento en que aunque caiga en una pequeña trasgresión, lo castiga no sólo por la última sino por todas las anteriores;  sería como la gota que derrama el vaso.  Sí, efectivamente hubo una falta en este hecho del agua de la roca; sin embargo, la magnitud del castigo se genera desde atrás: cada uno de ellos, llevaba una cuenta pendiente por saldar.

 

 

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