Preguntas de Abarbanel, Números 1

Preguntas de Abarbanel, Números 1

1   "Y habló D-s a Moisés en el desierto de Sinai, en el tabernáculo de reunión, en el primer día del segundo mes en el segundo año de la salida de la tierra de Egipto diciendo: Habrán de contar los miembros de todos los hijos de Israel de acuerdo a sus familias y descendencias...   cada hombre por su cabeza. "

(Números 1,1-2)

Pregunta:   Aparentemente hay una contradicción entre esta ordenanza y la escrita en la parashá de KI TISA (Éxodo 30,11).  Ahí menciona que al contar al pueblo, cada uno debía de dar medio Shekel y de esa manera indirecta se calcularía el censo total del pueblo.  ¿Cómo entonces ordena expresamente D-s a Moisés contarlos ahora “por su cabeza”, en vez de utilizar el sistema de las monedas?

Respuesta:

El comentarista Rashi explica en nuestra parashá que aún cuando expresamente no se habla aquí del medio Shekel, la ordenanza debía cumplirse de dicho modo, y no tomando en sentido literal el conteo de cada uno “por su cabeza”.  Abarbanel, sin embargo, rechaza esta interpretación y se apega al sentido literal del texto; en esta ocasión, dice, el censo se llevó a cabo contando persona por persona.

¿Cuál es la diferencia entre contar personas directamente y contarlas por vía de contar monedas? El autor explica que cuando el censo se hace por voluntad propia, o sea sin que D-s lo ordene, se debe llevar a cabo con el medio shekel; pero cuando la Mitzvá viene en forma directa como en esta ocasión, se los cuenta directamente.

Una de las razones que dan los comentaristas al Medio Shekel está precisamente basada en el texto (Éxodo 30,12) en que la Torá advierte “ ...para que no haya plaga al ser contados”: reducir al pueblo a un simple y frío número sería una trasgresión  en el dominio de lo místico, a cuyo través el concepto de “Ain Hará”  (Mal de Ojo) se involucraría erróneamente en la realidad.

En una ocasión (Samuel II, 24), el Rey David ordenó a Yoav, el comandante de su ejército, realizar un censo general del pueblo.  Esta acción fue fuertemente reprimida por el profeta Gad, no obstante lo cual, provocó una gran plaga en el pueblo, por la que murieron 70,000 personas.

Aún si atribuyésemos este castigo al no haber utilizado el sistema del medio Shekel, ¿por qué es tan grande la trasgresión del censo, al grado de provocar la muerte de tanta gente?   Abarbanel explica que el principal error del Rey David recayó en la soberbia y el orgullo, el apoyarse excesivamente en el Hombre y el número de su ejército, dejando a un lado su confianza en un D-s que salva a Israel, con muchos o con pocos soldados.

Esta tentación ancestral de dejarse llevar por los grandes números nos ha acosado desde mucho tiempo atrás, ¿Son acaso las cifras determinantes para evaluar o calificar un evento o situación histórica?   Prueba irrefutable de que no es así, es la mera existencia del pueblo judío, cuyo número se reduce a menos del 0.1% de la humanidad.  Por simple lógica y estadística este pueblo debía haber ya desaparecido tiempo atrás; por el contrario, lo vemos sobresalir día a día en cualquier ámbito de nuestra sociedad.

“AM ISRAEL” es más que la suma de sus individuos.

 

 

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