Preguntas de Abarbanel, Levítico 12

Preguntas de Abarbanel, Levítico 12

1   "Y le dijo el Eterno a Moisés: Diles a los hijos de Israel: Si una mujer ha dado a luz un varón, quedará impura siete días...  pero si diere a luz una niña será impura durante dos semanas... Y al cumplirse los días de su purificación, ya sea por hijo o por hija, traerá al sacerdote un cordero de un año por holocausto y un pichón de paloma o una tórtola por ofrenda expiatoria."

(Levítico 12, 1-6)

Pregunta: ¿Por qué establece la Torá una diferencia entre dar a luz un niño y una niña; siendo los días de impureza para la madre siete y catorce respectivamente?   ¿Porqué al cumplirse los días de purificación debe la madre traer un Korbán (sacrificio)?

Respuesta: 

Como introducción a este tema de Pureza e Impureza (Tahará y Tumah) es pertinente exponer la idea de R. Yehuda Halevi en su libro El Cuzarí (2, 60), en donde explica estos conceptos mediante la ecuación:  Tahará = Vida y Tumah = Muerte.  En el lugar donde existe el potencial de vida, también existe el potencial de muerte, es por ello que estos dos términos están íntimamente relacionados (3, 49).

A diferencia de lo que se presta a entender, la Tumah no tiene que ver con suciedad o inmundicia; ésto lo podemos comprobar de la misma raíz de la impureza -"Tumat Hamet"-  (Números 19-14) "Esta es la ley aplicable cuando un hombre muere en una tienda.  Todo lo que hubiere en la tienda o entrare a ella quedará impuro durante siete días".  Puede este lugar estar totalmente esterilizado y sin bacterias, sin embargo, el simple hecho de que hay un muerto ahí vuelve a cualquier elemento "impuro".

La contraparte -"Tahará" -  tiene que ver con vida o potencial de vida;  es por ésto que la mujer, durante sus días de ovulación, guarda el 'status' de pureza mientras que durante la menstruación, el haber perdido ese potencial creador de vida provoca la impureza.  Estamos pues tratando con términos espirituales.

De la misma manera, mientras la mujer contiene una criatura viva dentro de ella, nunca perderá su situación de "pureza".  Sin embargo, al dar a luz, una nueva vida surge y se desprende de ella;  el hueco que genera, da lugar a "impureza" por la falta de vida que quedó en ella.  Con base en lo expuesto anteriormente, varios pensadores y filósofos opinan que el hecho de dar a luz una niña, -la cual a su vez, lleva en ella el potencial creador de vida- necesita doble periodo de "purificación", uno por la madre, y uno por la hija.

Ahora bien, con respecto al Sacrificio (Korbán) que debe traer posterior a este periodo, no tiene nada que ver con algún pecado o trasgresión que hubiere hecho; más bien, se explica con la raíz de la palabra "Korbán" (Karov = Cerca), Abarbanel aclara que la razón principal es la renovación del vínculo con el Creador agradeciendo el haber salido sana y salva del peligro inherente al parto.

Hoy en día y desde la destrucción del Sagrado Templo, hemos perdido este íntimo y especial contacto con nuestro Creador, no tenemos acceso al elevado y místico concepto de la  "Tahará".  No nos queda más que elevar nuestras plegarias al Cielo pidiéndole a D-s:  "Vetaher Libeinu Leovdejá Beemet"  (Purifica nuestros corazones para servirte con sinceridad), esperando con fervor la re-construcción del Bet Hamikdash.

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