Preceptos suprarracionales

Preceptos suprarracionales

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¿Cómo deben observarse los preceptos suprarracionales?
(v. 22)
RASHI: La persona no debe decir: “El cerdo me da asco”, o “no quiero vestir mezcla de lana y lino”. Más bien, debe decir: “Sí, lo quiero, pero ¿qué puedo hacer si mi Padre en el Cielo impuso sobre mí estos decretos? (Rashi sobre el v. 26, abajo).
¿Cómo deben observarse los preceptos racionales?
RAMBAM: El principio que una persona debe desear transgredir los preceptos, y abstenerse solo porque “mi Padre en el Cielo impuso sobre mí estos decretos” solo se aplica a los preceptos suprarracionales.
Pero uno no debe desear llevar a cabo las prohibiciones racionales como el robo, el asesinato o la deshonra a los padres (Shmoná Prakím, cap. 6).
¿Es posible entender los preceptos suprarracionales?
RASHI: Son “decretos del Rey” que no tienen motivo (19:19).
RAMBAM: Las mitzvot suprarracionales no tienen un motivo revelado...
No obstante, es adecuado meditar sobre su significado y encontrar explicaciones para ellas cuando fuera posible (Leyes de la Malversación 8:8; Leyes de Intercambios Sacrificiales 4:13).

Torat Menajem
PRECEPTOS RACIONALES Y SUPRARRACIONALES (V. 22)
Los comentarios de Rambam sobre los preceptos suprarracionales parecen, a simple vista, contradictorios. Por un lado acepta la idea que estos deben observarse solo porque “mi Padre en el Cielo impuso estos decretos sobre mí”. Pero por el otro, escribe que la persona debe “meditar sobre su significado y encontrar explicaciones para ellas cuando fuera posible”. Ahora bien, si una persona encontrara en efecto cierta explicación para un precepto suprarracional, ya no podría observarlo puramente porque “mi Padre en el cielo impuso estos decretos sobre mí”, pues para ella este sería ahora un precepto que tiene sentido. Por lo que la instrucción de Rambam de encontrar motivos para los preceptos suprarracionales parece ser contraproducente en cuanto al requerimiento de observarlos como decretos puramente Divinos.

LA EXPLICACIÓN
En su “Guía para los Perplejos”, Rambam escribe: “Para cada precepto hay una razón. Todo precepto negativo o positivo tiene un propósito útil; en algunos casos, la utilidad es evidente, por ejemplo, la prohibición dematar o robar. En otros, no lo es tanto, por ejemplo, la prohibición de disfrutar del fruto de un árbol en sus primeros tres años, o de un viñedo en el que han crecido otras semillas” (III, cap. 26).
Más adelante en el capítulo aclara: “La reiterada afirmación de nuestros Sabios que hay motivos para todos los preceptos, y la tradición de que Shlomó los sabía, se refiere a su propósito general y no a sus detalles, que no pueden ser explicados”.
Para ilustrar este punto, Rambam cita un ejemplo: “La ley que establece que se deben traer sacrificios es, claramente, de gran valor, como lo demostraremos (ibíd., cap. 46). Pero no podemos decir por qué una ofrenda debe ser un cordero mientras que otra un carnero, ni por qué debe traerse una cantidad determinada de ellos. Aquellos que se preocupan por encontrar una causa para cualquiera de estas detalladas reglas carecen, a mis ojos, de sentido”.
Según el punto de vista de Rambam, que los detalles de las mitzvot no tienen motivo alguno, se desprende que incluso las mitzvot totalmente racionales tienen componentes suprarracionales, pues muchos de los detalles de estos preceptos no tendrán explicación.
Por el otro lado, en contraste con la opinión de Rashi —que los preceptos suprarracionales son “decretos del Rey que no tienen motivo” (véase Preguntas Clásicas)—, Rambam considera que estos sí tienen motivos, solo que “no tienen un motivo revelado”, es decir, tienen una lógica pero esta es demasiado sublime como para que el intelecto humano pueda apreciarla por completo.
Por eso, en la conclusión final, vemos que ambos, los preceptos racio- nales y los suprarracionales, tienen tanto elementos racionales como suprarracionales:
muchos detalles de las mitzvot racionales no tienen motivo, e incluso los llamados preceptos suprarracionales también tienen un motivo, aunque no uno “revelado”. Por lo tanto, cuando decimos que una determinada mitzvá es “racional” o “suprarracional”, nos estamos refiriendo a qué aspecto del precepto predomina.
Ahora podemos apreciar que la instrucción de Rambam de “meditar sobre el significado” de los preceptos suprarracionales “y encontrar explicaciones para ellos cuando fuera posible” no contradice el requerimiento de observar dichos preceptos con sumisión. Pues incluso cuando la persona atribuya alguna razón a los preceptos suprarracionales, estos seguirán siendo, predominante y contundentemente, suprarracionales. Por lo que la persona seguirá pudiendo decir que sí desea transgredirlos “pero, ¿qué puedo hacer si mi Padre en el Cielo impuso sobre mí estos decretos?”.
(Basado en Likutéi Sijot, vol. 32, pág. 174 y ss.)

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