Los jueces

Los jueces

La travesía por el desierto, en un principio estaba destinada a durar unos pocos meses, pero a causa de las distintas rebeliones y temores del pueblo, ésta se extendió 40 años. 

Moshé hace un recuento histórico del camino a la tierra de  Israel y los eventos que motivaron el retraso que duró 40 años en el desierto. El motivo de este relato es para que toda esta nueva generación aprenda de los errores y no los vuelvan a cometer ahora que están por entrar nuevamente a la tierra de Israel.

En toda estanarración, hay un suceso que Moshé menciona, que aparentemente no tiene relación con este objetivo.  Y es lo que dice que Moshé no podía él solo conducir al pueblo y entonces nombró jueces para que lo ayuden con la tarea. Aparentemente esto no tiene nada que ver con el retraso por el desierto y la conquista de la tierra de Israel.  

Aun en el libro de Shemot, cuando menciona que Moshé nombra a los jueces para que lo ayuden con el pueblo, este suceso no está citado en el contexto de las rebeliones del pueblo.

Entonces, ¿Por qué Moshé les recuerda este hecho ahora?

Lo que podemos deducir es que es muy importante que el pueblo sepa esto justo antes de que vayan a entrar a la tierra de Israel.

Lo primero que debemos saber es que los jueces, en la Torá, no sólo son jueces que juzgan en un tribunal, sino que también son los líderes.

Y ¿Por qué es importante hablar de los líderes antes de la entrada a la tierra de Israel? Es crucial contar con buenos dirigentes, pues éstos, ante que todo, deben poder inspirar un espíritu de valentía y confianza en Dios.

Pues justamente en estos dos puntos es que fracasaron los líderes y el pueblo sucumbió al miedo y la falta de confianza en Dios, entonces lloraron suponiendo que iban a ser derrotados por los cnaanitas, prefiriendo volver a Egipto o morir en el desierto, antes que enfrentarse a una  derrota segura en la batalla.

El segundo motivo por el cual Moshé habla de los jueces justo ahora, es no solo para poder entrar a la tierra de Israel (enfundándoles valentía y confianza en Dios), sino, que lo hace para enseñarles las bases  para poder mantenerse en la tierra de Israel.

No basta con luchar valientemente y conquistar la tierra, sino también es indispensable poder mantenerse en la tierra y no ser expulsados por los enemigos en un futuro.

Moshé hace hincapié en que Dios es fiel a su promesa y cumple lo que le aseguró  a Abraham Yitzhak y Yaacob de darles la tierra de Israel, para los que van en los caminos de los patriarcas. 

El motivo por el cual el pueblo hereda la tierra  de Israel, no es para asentarse en ella,  comer de sus frutos y saciarse de todo el bien que en ella hay, descansando plácidamente cada cual bajo su vid o bajo su higuera; sino que el objetivo es establecer una nación que se conduzca por el camino de los patriarcas, y de esta manera poder constituir una sociedad ideal que sea ejemplo para toda la humanidad y quieran imitarla.

Para ello, el secreto es que la sociedad debe ser una sociedad que haga lo justo y lo correcto (que es como se conducían los patriarcas), y esto básicamente depende de los jueces. 

Ciertamente estos conceptos son los que garantizan la estancia del pueblo de Israel seguros en su tierra, porque todo el motivo por el cual Dios destierra a los cnaanitas de esta tierra es  por la violencia, injusticia y depravación moral que ellos poseían; y se la otorga a los descendientes de Abraham porque precisamente él transitó por este camino de Dios, haciendo lo justo y lo correcto.

Es por eso que el profeta cuando habla de la destrucción de la tierra y la salida al exilio, nos dice que la condición para ser redimidos es justamente estos dos conceptos: justicia y bondad. “Sion por la justicia será salvada, y por su bondad serán  redimidos.”

Moshé comienza diciendo que Dios les dice: "Mirad, os he dado esta tierra, venid y conquistad la tierra que juré dar a vuestros padres y a sus descendientes después de ellos"
No se trata de que cada pueblo conquista lo que se le da la gana, sino que Dios les establece bien claro los límites, pues a Él le pertenece toda la tierra, y Él es el que expulsa a los pueblos a causa de su maldad y establece a otros en su lugar.

Israel no es un pueblo conquistador o imperialista, es por eso que jamás, ni aun con los reyes más valientes y exitosos, ha conquistado más allá de los límites que Dios les estipuló. No es por la fuerza que Israel obtiene la legitimidad de asentarse y conquistar la tierra de Israel, sino que es Dios el que les otorga esta legalidad y les otorga la fuerza, bendición y providencia para que puedan hacerlo pues ellos se conducen por el camino de Abraham.

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