Los jajamim y la Akeda

Los jajamim y la Akeda

Fuente en español: libro “Ushpizim”, Rabino Iona Blickstein z”l

"Creció el niño y se lo dejó de amamantar; y Abraham hizo un gran banquete el día que se lo dejó de amamantar"[1]. Dijo el Satán delante del Santo, bendito sea: "¡Señor del Universo! A los cien años de edad tú le diste a este anciano fruto de vientre, ¡¿y de todo el banquete que hizo no tenía una tórtola u otra ave para ofrecer ante Ti en sacrificio?!" Dios le respondió: "Él hizo todo eso solamente por su hijo, ¡y si Yo le pidiera que ofrezca a su hijo para Mí, lo haría inmediatamente!" Por eso dice luego: "Y Dios puso a prueba a Abraham...: Toma ahora a tu hijo..."[2] Dios le dijo a Abraham: "Por favor, toma a tu hijo. Yo te he probado varias veces, y siempre has pasado las pruebas; ahora pasa por favor esta prueba, para que no digan que las primeras pruebas no fueron suficientemente difíciles" (Sanhedrín 89b).

37. Dios se le reveló a Abraham y le dijo: "Toma ahora a tu hijo..."[3] Le preguntó Abraham: "¿A cuál de ellos? ¿Al que nació antes de que me dieras el precepto del Brit Milá[4], o al que nació después?[5] "...Sobre uno los montes..." Abraham le preguntó: "¿En qué monte?" Dios le respondió: "En el lugar donde veas que la Revelación de Mi Honor está allí esperándote, y Yo te diga: '¡Aquí está el altar!'" (Pirké de Rabí Eliézer, capítulo 31).

 "Ató a Itzjak y lo puso sobre el altar". Ese era el altar sobre el cual Adam, el primer hombre, había realizado ofrendas; también Cain y Hebel ofrendaron en ese altar; y también Nóaj y sus hijos ofrendaron en ese mismo altar (Pirké de Rabí Eliézer, ibíd.). 

45. Cuando Abraham se dispuso a atar a su hijo Itzjak, éste le dijo: "Padre, yo soy joven y temo que mi cuerpo se estremezca por miedo al cuchillo y te cauce algún sufrimiento; o quizá el degüello no sea apto y no te sirva como sacrificio. Átame bien fuerte". Y cuando Abraham estiró su mano para tomar el cuchillo, de sus ojos caían lágrimas que entraban en los ojos de Itzjak, a causa de la misericordia paternal que sentía. Pero aun así se esforzó para cumplir la voluntad de su Creador con alegría (Bereshit Rabá, ibíd.).    

[1] Bereshit 21:8.

[2] Bereshit 22:1-2.

[3] Bereshit 22:2. El versículo completo es: "Toma ahora a tu hijo, a tu único, al que amaste, a Itzjak; y ve a la tierra de Moriá y súbelo allí como ofrenda sobre uno de los montes que te habré de indicar".

[4] Ishmael.

[5] Itzjak. Y en verdad, Hashem se refería a Itzjak. Pero la Torá allí se extiende en el lenguaje: "Toma ahora a tu hijo, a tu único, al que amaste, a Itzjak", pues Dios quiso decirle Abraham la orden en forma gradual y no repentina.

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