Las personas no son medidas por el dinero

Las personas no son medidas por el dinero

¿Cómo es posible entender la diferencia en el valor monetario entre el hombre y la mujer? ¿Y por qué justamente la Torá eligió a nuestro capítulo para concluir el libro Vaikrá?

Se relata acerca de un rabino más joven que yo, que pronunció un discurso en una sinagoga importante, y sostuvo que la Torá establece un valor diferente al hombre y otro distinto a la mujer, ya que aquel que promete “un valor estimativo de personas ante Dios”, por un hombre adulto paga 50 shekalim, exactamente el equivalente que se abonaba por un pequeño campo de cebada en los años del Jubileo, pero por una mujer adulta, pagará solamente 30 shekalim (Versículos 3-4)

Al finalizar la plegaria le dije, que el valor de Moshé y Aharón, ambos mayores de 80 años, era solamente de 15 shekalim, y el de Miriam la Profetisa, sólo de 10 shekalim (Versículo 7).

La vida de un hombre o de una mujer no tiene valuación monetaria alguna, ni tampoco su grado de importancia como seres humanos, e incluso un campo tampoco tiene un valor propio porque pertenece a Dios. Todas las valuaciones monetarias son solamente del trabajo, de las producciones. Las diferencias que hallamos en la Torá entre las edades, y entre el hombre y la mujer, no son más que diferencias en el valor económico de sus trabajos en el campo que no es idéntico.

También en la era feminista en la cual vivimos, hay numerosas diferencias a nivel salarial entre hombres y mujeres, y muy a pesar nuestro, incluso en trabajos idénticos.

Pero, ¿por qué este capítulo fue escrito como un apéndice, luego del Pacto, después de “Estos son los fueros y las leyes y las enseñanzas que dispuso El Señor entre Él y entre los hijos de Israel, en el Monte Sinai por mano de Moshé” (Capítulo 26, versículo 46)

Mi Maestro y Rabino, el Rabino Tzví Iehuda Kuk  Z”l explicó que ninguna persona está obligada a prometer y dedicar. Estos son preceptos que dependen única y exclusivamente de la voluntad humana, a diferencia de las leyes del incesto, Shabat y festividades, Año Sabático y Jubileo, que todos tienen la obligación de cumplirlas.

El libro de Vaikrá culmina tal como se inicia, ninguna persona está obligada a traer un sacrificio de holocausto, Minjá (ofrenda de oblación) y Shelamim (antes de las “Leyes de los sacrificios” del capítulo 6), y ninguna persona está obligada a prometer y consagrar la Torá le abre a la persona un espacio libre para el servicio a Dios, según su voluntad.

Gentileza del sitio 929.

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