La santidad de los Cohanim y la santidad de Israel

La santidad de los Cohanim y la santidad de Israel

En los capítulos 21 y 22 del libro Vaikrá figuran una serie de mandamientos exclusivos para los Cohanim (Sacerdotes) mientras que en el capítulo 14 del libro Devarim figuran como prohibiciones dirigidas a todo el pueblo de Israel. Esta diferenciación viene a acentuar el hecho de que en Israel hay dos círculos de santidad.

En los capítulos 21 y 22 del libro Vaikrá, figuran una serie de prohibiciones que le fueron transmitidas a los Cohanim, como por ejemplo, la prohibición de impurificarse con un cadáver o la de contraer enlace con una mujer divorciada o profanada. Entre las prohibiciones también encontramos: “No se mesarán los cabellos de su cabeza…y su carne no rasgarán con incisiones” (Vaikrá capítulo 21, versículo 5), y así también “Carne de cadáver (animal) o de animal devorado no habrá de comer” (Vaikrá capítulo 22, versículo 8). Pero mientras en el libro Vaikrá estas dos prohibiciones fueron transmitidas precisamente a los Cohanim, he aquí que en el capítulo 14 del libro Devarim, estas prohibiciones aparecen dirigidas a todo el pueblo de Israel: “No habrán de rasgarse ni habrán de hacer tonsura por sobre vuestros ojos, por un muerto (no se rapen la cabeza en señal de duelo)” (Devarim capítulo 14, Versículo 1); “No podrán comer ningún cadáver (animal)” (Devarim, capítulo 14, versículo 21). Entonces, ¿por qué es necesaria una prohibición en particular para los Cohanim, si de todos modos, todo el pueblo de Israel recibió la misma prohibición?

El común denominador de estas dos secciones es que, en ambas, el factor de la prohibición es la santidad. La diferencia entre las dos secciones, surge que las dos dan cuenta de dos fuentes  diferentes de una santidad que aplica  las prohibiciones. En el libro Vaikrá se acentúa que la causa de dichas prohibiciones a los Cohanim es la santidad de los Cohanim, y dicha consagración surge a partir de su servicio en el Santuario: “Consagrados habrán de ser para su Dios…ya que los sacrificios para Adonai, sacrificios ante su Dios, ellos ofrecen y habrán de ser consagrados” (Vaikrá capítulo 21, versículo 6); “Lo honrarás como consagrado, ya que sacrificios de tu Dios, él ofrece” (Vaikrá, capítulo 21, versículo 8). Por ende, se comprende, que dicha consagración (santidad) se refiere exclusivamente a los Cohanim, y la misma no concierne al resto de los hijos de Israel, que no elevan sacrificios en el Santuario.

A diferencia de ello, en el libro Devarim está citado que el pueblo de Israel todo es un pueblo consagrado (santo), y precisamente, este punto es el que aplica esas prohibiciones a todo el pueblo: “No habrán de rasgarse ni habrán de hacer tonsura por sobre vuestros ojos, por un muerto (no se rapen la cabeza en señal de duelo)-ya que pueblo consagrado eres tú para Adonai, tu Dios, y a ti te ha elegido Adonai para ser para Él, pueblo peculiar, entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra” (Devarim, capítulo 14, versículos 1-2); “No podrán comer ningún cadáver (animal)…ya que pueblo consagrado eres tú para Adonai, tu Dios” (Devarim, capítulo 14, versículo 21).

A partir de ello podemos decir: existen dos círculos de santidad en el pueblo de Israel. En el círculo interior, la santidad emana del servicio en el Santuario y la ofrenda del pan de Dios, y por consiguiente, ella aplica estas prohibiciones, y muchas otras, exclusivamente para los Cohanim. Pero el libro Devarim revela la peculiar santidad del pueblo de Israel, que no emana del servicio en el Santuario, sino de la elección de Israel por Dios, y también esta santidad aplica determinadas prohibiciones, aún si es en una cantidad inferior a las de los Cohanim, para el pueblo de Israel todo.

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