Irtzu et Avonam

Irtzu et Avonam


Preguntas:
• ¿Cuál es el orden de la Perasha? 
• ¿Para qué repite tantas veces que si no se van a enmendar y van a mantenerse rebeldes entonces va a pasar tal cosa...? ¿Por qué  no dice directamente todo de una sola vez?
• ¿Qué  quiere decir “Az hem irtzu et avonam” que van a querer sus pecados?
• ¿Se trata de que hacen Teshuvá?
• ¿Por qué  no nos dice que van a volver a la tierra de Israel?
Respuestas
La Parashá comienza hablándonos de las bendiciones si van en el camino de Dios y observan sus preceptos. Hay dos puntos bien diferenciados, uno se refiere a la observancia de los preceptos y el otro a ir en los caminos de Dios, es decir, aquellas cosas que no son parte de los preceptos, pero ese es el camino de Dios, por ejemplo hacer lo correcto, ser misericordioso, etc. 
Entonces nos promete que nos proveerá de nuestras necesidades básicas, como ser abundancia de alimento y tranquilidad. Paz, calma y seguridad; y que serán fuertes y nadie podrá contra ustedes.
Entonces Dios nos mostrará Su favor y seremos fructíferos y cumplirá Su pacto. El morará entre nosotros.
Sin embargo, en los versículos 14 y 15 dos veces dice “Y si no me van a escuchar y no van a respetar todos Mis preceptos y si Mis caminos van a despreciar y mis leyes aborrecerá vuestra alma para no obedecer todos los preceptos…” Se refiere aquí a dos cosas: La primera hace alusión a dejar de cumplir los preceptos porque les es pesado o porque no quieren privarse de algún placer.  La segunda se trata de que no las cumplen porque las desdeñan, toman los preceptos como algo sin sentido, se rebelan contra Dios y no ven por qué deben cumplirlos.
Entonces los castigos también comienzan en forma escalonada. Para el primer caso, en el que dejaban de hacer los preceptos por un tema de comodidad o para poder permitirse algún placer, entonces enumera las cosas malas que le acaecerán, en primer lugar nos dice: (en el versículo 26:16 y 17) que ya no serán prósperos y exitosos, al contrario, no habrá abundancia de las cosas esenciales, aun de comida, tendrán enemigos que los mortifiquen, pero todavía no hay muerte. Esto es lo contrario que dijo arriba en las bendiciones cuando mencionó que otorgará abundancia.
Si con todo esto no vuelven de su actitud y no regresan al buen camino, suponiendo ellos que todo lo que les sucede es por casualidad y no que es consecuencia de sus malas acciones, entonces las cosas empeorarán. (Versículos 18 al 20) Ahora comenzará a haber hambre. Es decir no nos otorgará nuestras necesidades básicas, lo contrario de lo que dijo en las bendiciones.
Si con todo esto no alcanza, y no quieren ver a Dios detrás de todos estos castigos, entonces ya no habrá tanta seguridad sino que habrá casos de muerte, aunque todavía no se trata de matanzas, sino de casos aislados. (Versículos 21 y 22) Antes en las bendiciones nos había pregonado, tranquilidad y seguridad.
Si persisten obstinados, entonces comenzaran las muertes masivas, matanzas y pestes (versículos 23 al 27) En las bendiciones nos había dicho que los enemigos ni siquiera atravesarían por nuestro territorio. 
Los castigos para el segundo caso en que se rebelen contra Dios y desdeñaban los preceptos son mucho más graves, pues la actitud de ellos es muy grave, entonces nos dice que llegarán a comer la carne de sus propios hijos (antes había dicho que serían muy numerosos y fructíferos, ahora hasta se comerán ellos mismos a sus hijos). Sus ciudades y las cosas en las que ellos depositaban su confianza serán destruidas y Dios ya no estará entre ellos. El santuario será destruido.  Y aun en la tierra de sus enemigos los perseguirá el hambre, el miedo y la muerte. Ahora estarán en el exilio. 
Luego nos dice cómo comienza a revertirse la situación.
“Veitbadu et avonam” van a confesar sus pecados, ¿acaso esto se refiere a que van a hacer “Vidui” confesar-reconocer sus pecados? 
La Torá dice que primero tienen que hacer Vidui, es decir reconocer. ¿Pero qué es lo que deben reconocer? 1) Que no cumplieron los preceptos, 2) Que se comportaron obstinadamente con Dios, es decir, no solo que dejaron de cumplir, sino que se rebelaron dúramente, en forma obstinada y persistente. Entonces deben reconocer que la postura de rebeldía y altanería estuvo mal y además asumir que hicieron un pecado. 
Lo más grave es el segundo punto, es decir la altanería, y por eso salimos al exilio, es por eso que ahora debe demostrar humildad, no solo con los labios para afuera sino humildad con el corazón, por eso nos pide que circuncidemos nuestro corazón, como dice en el versículo 41 hasta que sea doblegado vuestro corazón incircunciso y entonces acepten vuestro pecado.
¿Qué  significa “Az hem irtzu et avonam” que van a querer sus pecados? Aquí avonam no quiere decir pecados, sino que se refiere a aceptar el castigo, es decir, que deben asumir que pecaron, y aceptar el castigo como tal (Como dice Caín: “Gadol avoni minso” grande es mi castigo para cargarlo”) En otras palabras, no debe pensar que todas estas cosas malas que le pasan son producto de la casualidad, sino que estas cosas les están sucediendo como castigo, consecuencia de su mal obrar. Ejemplo de ello lo vemos en lo que nos relata el profeta Jeremías 32:16 en donde nos dice que el pueblo se queja que desde que sirven a Dios y dejaron de servir a otros dioses, las cosas les empezaron a ir mal, es decir no ven que esto es como castigo de lo que habían hecho antes y que si hubieran seguido en el mal camino las cosas hubieran sido mucho peor.
Vemos que para la Torá es importante que aceptemos el castigo, es decir, para poder hacer Teshuvá -arrepentirnos sinceramente y corregirnos, es importante que sepamos que nuestras acciones traen consecuencias (y esto tal vez lo va a ayudar a mantenerse en el camino correcto, aunque sea que lo haga solo por el temor al castigo)
Es por esto que la Torá nos separa en cinco etapas los castigos y no dice todo de una sola vez, sino que los castiga un poco y espera a ver la reacción de ellos, si siguen en su obstinación, las cosas empeoran. En las cinco etapas nos dice que Dios les manda cosas malas, pues ellos no lo veían como castigos sino como casualidades y seguían obstinados en su mala actitud.
Entonces el orden es el siguiente: 1) “Vidui” confesar-reconocer sus pecados (esto se refiere al nivel en que dejaron de cumplir los preceptos no por rebeldía, sino por comodidad, etc.), 2) doblegar su corazón arrogante (se refiere al nivel más grave, cuando se rebelaron contra Dios y desdeñaron los preceptos), y 3) aceptar el castigo (en ambos casos).
Hasta aquí en ningún lugar nos dice que hicieron  Teshuvá -arrepentirse sinceramente y corregirse. 
Enseguida nos dice que Dios va recordar Su pacto que hizo con los patriarcas y recordará a la tierra.
¿Qué  significa que Dios recuerda el pacto? Esto se refiere a que luego de que se cumplen los primeros tres pasos, recién entonces el pacto con Dios se reestablece, de lo contrario el pacto continua roto-suspendido. No se trata de que ellos comienzan a cumplir los preceptos como si nada hubiera pasado y automáticamente Dios los recompensa, no es así, sino que hacen falta los tres pasos que antes mencionó para que el pacto se restablezca y que Dios envíe Su bendición cuando ellos cumplen sus preceptos y van en Sus caminos.
Como todo pacto, hay dos partes. Si el pueblo cumple su parte, entonces Dios cumple la suya. Pero no obligatoriamente debería ser así, sino que esto es un acto de bondad por parte de Dios. En primer lugar Dios no estaba obligado a hacer un pacto con el pueblo de Israel, normalmente cuando dos partes hacen un pacto es porque ambas partes precisan algo de la otra y de esa manera se benefician mutuamente y el pacto es de conveniencia para los dos, pero en el caso de Dios no es así, pues Él no precisa de nada. El segundo punto es que cuando hay un pacto, una vez que se rompe, no quiere decir que luego se renueva automáticamente. 
Para  ejemplificarlo, supongamos que el dueño de un comercio hace un trato con un mayorista para que le provea de mercadería, al cabo de un tiempo el comerciante deja de pagarle al mayorista por la mercadería que le entregó. Luego de un pleito el comerciante reconoce y le paga lo que le debe, eso no quiere decir que a partir de ahora el mayorista seguirá entregándole mercadería bajo las mismas condiciones que antes, el mayorista puede dar por terminada su relación y hasta dejar de entregarle mercadería y no comerciar más con él.
Análogamente, cuando nosotros dejamos de cumplir nuestra parte del pacto con Dios, eso quiere decir que el pacto se ha roto y Dios no está “obligado” a restablecer el pacto cuando el pueblo vuelva de sus malos caminos. Sin embargo el hecho de que Él restablezca el pacto, es un acto de bondad, pues no lo merecemos.
Entonces la Torá nos relata que a causa de no haber respetado las shemitot - años sabáticos,  fueron llevados al exilio.
El Yobel -jubileo- y la Shemitá -año sabático- entre otras cosas nos enseña que Dios es el dueño de la tierra. ¿Qué  relación tiene la falta de cumplimiento del año sabático con salir al exilio? En primer lugar, que el hombre no es el dueño de la tierra y en segundo lugar, así como ellos despreciaron los preceptos que tiene que ver con la tierra, entonces la tierra los desprecia a ellos. El problema es que el hombre se cree que él es el dueño y hace lo que se le place (decide dejar de cumplir los preceptos) y cuando actúa de esa manera, es muy difícil que pueda reconocer a Dios.
Cuando salen al exilio entonces experimentan qué significa no poseer nada y no ser dueño de nada. Entonces lo lógico será que vuelvan a reconocer quién es el dueño de todo y cumplir Sus preceptos, de esta manera serán meritorios de poseer la tierra de Israel.
En resumen, el tema es poder arreglar toda esta situación que se fue denigrando desde hace bastante tiempo. Es por eso que en el versículo 44 luego que reconocen y ya no desprecia a Dios, entonces Dios se muestra con ellos de la misma manera y ya no los desprecia. El pacto queda restablecido y entonces a partir de ahora si ellos van en el camino de Dios serán recompensados y entonces de a poco la situación irá cambiando hasta volver a la plenitud en la tierra de Israel.
Al final nos dice que aun en el peor de los casos, Dios no los abandonará del todo para hacerlos desaparecer. La esencia del pueblo de Israel es ser un pueblo que actúa de acuerdo a su creencia en Dios y por lo tanto hace Su voluntad (es por eso que el converso pasa a ser parte del pueblo judío como cualquier otro) No se trata de que el pueblo judío es eterno per se, sino que es eterno porque la Torá es eterna, porque la verdad de  Dios es eterna. Es por eso que aquel que pregunta acerca de si el pueblo de Israel puede dejar de existir, en realidad este individuo ignora cuál es la esencia de este pueblo. A esto se refiere cuando dice que el pacto de Sinai no va a desaparecer.
Para que el pacto entre nuevamente en vigencia, como condición mínima, no deben despreciar los preceptos y recién entonces cobra valor el pacto.  Aquí en nuestra perasha no nos habla de una Teshuvá  completa, sino del nivel mínimo, el de reconocer, es por eso que aquí no nos habla nada acerca de regresar a la tierra de Israel. Para adquirir la tierra, es requisito realizar los preceptos en forma desinteresada, por amor a Dios. Es lo que dice Rambam, que si no se lo sirve a Dios con alegría entonces la tierra los expulsa, pues si no estoy contento es porque no veo la importancia de esos valores y si no los valoro, entonces ¿Por qué  Dios me lo va a dar? Aquí ocurre algo similar, si no muestro interés y valoración por el camino de Dios, y no me esfuerzo por hacerlo, entonces ¿Por qué  esperar que Dios nos brinde todos los beneficios que figuran en el pacto?
En las maldiciones hay 26 versículos, 26 es lo que suman las letras del Nombre de Dios, es decir, lo que les está pasando no es por casualidad, Dios está detrás de todo eso.
Todo el bien que   Dios nos manda, es para que podamos encaminarnos en Sus caminos y entonces El morará entre nosotros, con el tabernáculo en medio de Israel.
El tabernáculo nos hace tener a Dios presente en todo momento y como centro de nuestra vida. 
Nosotros somos el pueblo de Dios, el pueblo que proclama a Dios y enseña a toda la humanidad acerca del camino de Dios, por lo tanto un pueblo así no puede desaparecer porque entonces todo el mundo no tendría sentido.
Esto es lo que dice al final de las bendiciones en el versículo 11 “y pondré Mi santuario entre ustedes” Que Dios resida entre nosotros, tenerlo presente y como centro de nuestras vidas, ese es el objetivo máximo y el nivel más alto que se puede alcanzar en este mundo. Tal como dice el profeta: “Ustedes son Mis testigos” es decir: los que atestiguan y enseñan al mundo este camino.
El libro de Vaikrá comienza con el santuario, la mayor parte del libro se refiere al santuario y su servicio y finaliza con el santuario. Es decir, es el objetivo de todo: tener a Dios como centro de nuestras vidas, vivir de forma tal que seamos dignos de que Él more entre medio de nosotros, elevar nuestra vida desde un nivel animal y terrenal, hasta un nivel celestial que es el hábitat de Dios. 
 

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