Impureza-lo opuesto a la vida

Impureza-lo opuesto a la vida

La base de la impureza es el cese del flujo de vida y su interrupción. Cuanto más fuerte es el flujo de vida, su cese e interrupción crean, en contraste, la intensidad de la impureza.

Cuanto más fuerte es el flujo de vida, su cese e interrupción generan, en contraste, la intensidad de la impureza. Cuanta más vida hay en el elemento, su negatividad produce una impureza más grave, y viceversa: aquel elemento que tiene poca vida, o un nivel de vida en una escala más baja, la negación de su vitalidad produce menos impureza. No tenemos buenas respuestas para todas las preguntas, pero puede verse esta estructura general en la pureza e impureza.

La impureza más severa, así se contempla a través del Tratado de Taharot, es la impureza del muerto, y ello se debe a que,en la muerte el cese del flujo de vida es el más drástico. Y cuando el difunto es un miembro del pueblo de Israel, la impureza alcanza su máximo nivel. Cuando el fallecido no pertenece al pueblo de Israel, señalamos que la vitalidad de la vida no estaba en el mismo nivel, y por ende también la impureza que se produce con su cese no es la misma impureza. De este modo se explica el hecho paradójico, aparentemente, que un judío muerto impurifica más que un no judío fallecido, y que una persona fallecida impurifica más que una bestia muerta; el judío fallecido impurifica más que el no judío porque el flujo de vida interrumpido estaba en un nivel más alto, y por el mismo motivo, un no judío fallecido impurifica más que una vaca.

La impureza del período menstrual está esencialmente vinculada, por su temática y por su naturaleza, con la destrucción. No obstante no refiere a la destrucción de una vida, pero sí a la destrucción de la posibilidad de fertilización, que no pudo ser ejecutada. A raíz de ello, esos tejidos, esas células, que podrían haber gestado una nueva vida, son destruidos y arrojados afuera-y entonces se genera  la impureza. A pesar de que esto forma parte de la vida normal y no de la enfermedad, y aun así está relacionado con ese elemento de destrucción-no una muerte total, pero de todos modos, una muerte parcial, y también ello produce impureza. Lo mismo ocurre, del mismo modo, en la impureza por efusión seminal; que incluso cuando hubo una relación íntima, e incluso cuando se trata de una relación productiva, también en ese caso, a partir de la realidad, existe una determinada muerte. Toda gota de semen es un enorme reservorio de células, y cada una de ellas es portadora de vida-y la mayor parte de las células, incluso en el caso más exitoso, queda en la nada.

Acerca de la lepra fue citado en los libros, que la mancha blanca de la afección de la lepra, significa que algo ha muerto en esa parte del cuerpo. Si observamos las señales escritas en la Torá en relación a la afección de la lepra, se crea la impresión de  que ellas vienen a diferenciar entre la lepra y cualquier otra enfermedad. Hay casos en los que la Torá señala: “es cicatriz de la inflamación” (Capítulo 13, versículo 23), “tumor de la quemadura es” (Capítulo 13, versículo 28), ya que así se hace referencia a una afección pura. Cuando el fenómeno se produce porque la persona es golpeada o se enferma-puede que esto no sea agradable, pero no se trata de lepra. Pero cuando hay algo que le niega a la persona la vitalidad, ya no es definido como una enfermedad-sino que es denominado una afección impura.

La secreción de flujo entre las mujeres, sobre la que conocemos más que sobre la lepra, es explícitamente un fenómeno que daña la vitalidad del cuerpo: hay algo seriamente enfermo dentro del aparato, que no le permite a la mujer gestar vida, y así se explica la base para la impureza de la secreción de flujo.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Jaiei Olam: Sijot al Parshat Hashavua", publicado por "Maguid".

 

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