Estudio de la Torá y reprimenda

Estudio de la Torá y reprimenda

La profesión de la educación incluye por lo general dos componentes. Un componente es la enseñanza, y el segundo, es la educación en su más amplio sentido del término. También Moshé Rabenu, como educador, asumió los dos roles  y desempeñó ambos cargos: le enseñó a los hijos de Israel la Torá y los preceptos, y también los reprendía e intentaba modelar su perfil.

Si realizamos una recorrida por la estructura de todo el libro Devarim, podremos ver que la Parashá (sección) de Devarim y parte de la Parashá de Vaetjanán abordan esencialmente los conceptos de advertencia por una conducta inapropiada y así también, en gran parte de su contenido, la Parashá de Ekev. Las secciones de Reé, Shoftim y Ki Tetzé, contienen principalmente preceptos. La sección de Ki Tavó trata ambas cuestiones. Las Parashot Nitzavim-Vaielej se ocupan en parte de las palabras de reprimenda, que es también la temática de Haazinu. El libro Devarim, pues, incluye ambos componentes. Es posible que las palabras “Estas son las palabras” (Versículo 1) que marcan el inicio del libro, en realidad, son explicadas en los dos modos, en forma paralela: hacen referencia al reproche y también a los preceptos.

La profesión de la educación, incluye por lo general dos componentes. Un componente es la enseñanza: la transmisión y adquisición de conocimiento, y un segundo componente es la educación en su más amplio sentido: el diseño y desarrollo del perfil y el carácter del alumno. También Moshé Rabenu, como educador, asumió las dos funciones y desempeñó ambas: le enseñó a los hijos de Israel la Torá y los preceptos, y también los reprendió  e intentó modelar su perfil. No se tratan de dos misiones totalmente desconectadas, sino que hay una retroalimentación entre ellas. Cada una de las misiones requiere de la otra. Por un lado, el estudio de la Torá está condicionado a una exigencia previa, que el alumno tenga un sistema básico de valores y virtudes. Una persona no puede estudiar Torá, si no posee una determinada base de valores, y un compromiso básico con la Torá y el temor reverencial a Dios.

Por otra parte, el estudio de la Torá le permite a la persona aprender valores y recibir una advertencia por actuar de manera incorrecta y una guía espiritual. “La Torá de Dios es íntegra, revive el alma, la palabra de Dios es fidedigna y hace sabio al simple” (Tehilim, Salmos capítulo 19, versículo 8). La Torá desarrolla la personalidad de la persona, de modo que pueda reaccionar adecuadamente cuando se topa con el reproche o con demandas valorativas y éticas.

Vemos pues que el estudio de la Torá y la reprimenda, se necesitan mutuamente. El proceso de desarrollo se hace entonces en fases, donde cada avance en un plano, permite el progreso en el segundo plano, y viceversa.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".

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