Escollo delante del ciego

Escollo delante del ciego

Estos materiales fueron publicados en el Jumash producido por la Editorial ‎Ner, www.kehot.com.ar    
Reproducido con autorización de Editorial Ner [email protected]   ‎
Copyright, derechos reservados y reproducción prohibida de los mismos

¿Qué significa “poner un escollo ante una persona ciega”?
(v. 14)
RASHI: No des un consejo inadecuado a quien es “ciego” en determinado
asunto. Por ejemplo, no digas a una persona: “Vende tu
campo y compra un burro” si tu plan es aprovecharte de él y comprarle
[el campo].
TORAT KOHANÍM: No digas a una persona “Parte temprano por la
mañana” para que lo ataquen bandidos. No digas a una persona
“Parte al mediodía” para que lo golpeen vientos calientes [y el sol].
No digas a una persona: “Vende tu campo y compra un burro” si tu
plan es aprovecharte de él y comprarle [el campo].
RAMBÁN: Uno no debe hacer que una persona ciega se lastime,
pensando que esta víctima no sabrá quién provocó la herida.
¿Por qué termina el versículo con “temerás a tu Señor”?
(v. 14)
RASHI: No es posible discernir si la persona [que aconsejó] tenía
buenas intenciones o malas. Como puede eludir la culpa diciendo:
“¡Mi intención era buena!”, la Torá recalca: “Temerás a tu Señor”
pues Él conoce tus pensamientos...

Torat Menajem
UN ESCOLLO DELANTE DEL CIEGO (V. 14)
El comentario de Rashi sobre el v. 14 presenta los siguientes problemas:
a) ¿Por qué ofreció Rashi una interpretación aparentemente no literal
sobre el v. 14, que “no des un consejo inadecuado a quien es ‘ciego’ en
determinado asunto”? Ciertamente, ¡el significado más llano del versículo
es que uno no debe poner ningún obstáculo real frente a una persona
ciega, en el sentido literal (como estudia Rambán)!
b) ¿Por qué consideró Rashi necesario traer un ejemplo para explicar
qué es dar un consejo inadecuado? Ciertamente, ¡el lector podría entender
esta idea obvia por sí mismo!
c) ¿Por qué citó Rashi solo una de las tres ilustraciones que proporcionó
Torat Kohaním (la fuente de Rashi para esta enseñanza)?
d) ¿Qué relevancia tiene que “tu plan es aprovecharte de él y comprarle
[el campo]”? Ciertamente, el énfasis aquí es que “no des un consejo inadecuado
a”, es decir, que va en detrimento del receptor del consejo. ¿Por
qué precisamos saber qué motiva al que da el consejo?
LA EXPLICACIÓN
En Parshat Mishpatím aprendimos: “Si una persona abre [la cobertura
de] un foso, o si una persona excava [un existente] foso [haciéndolo más
grande] y no lo cubre, y luego un toro o un burro [o cualquier otro animal]
cae en él, el responsable por el foso debe pagar [la compensación, ya sea]
dando dinero a su propietario [o algún producto de valor]” (Shemot 21:33-34).
De aquí el lector ya está familiarizado con el principio de que está prohibido
colocar un obstáculo que provoque daño, pues de lo contrario la
Torá no habría requerido el pago de una compensación por parte del
culpable. Por eso, al llegar a nuestro versículo, a Rashi le inquietó: ¿por
qué dice la Torá que uno no debe poner un escollo delante del ciego,
cuando ya aprendimos en Parshat Mishpatím que uno no debe realizar un
acto potencialmente dañino a cualquier persona?
Rashi llegó a la conclusión que nuestro versículo debe estar hablando
de una prohibición totalmente nueva, no la de un acto potencialmente
dañino, sino la de dar “un consejo inadecuado”. Es decir, aquí no estamos
hablando de algo que podría lastimar o herir a otra persona en lo
físico, sino de un tipo de consejo que es “inadecuado” porque la persona
no está pensando en el beneficio del receptor del consejo.
Para aclarar exactamente qué quiere decir esto, Rashi citó un ejemplo:
“No digas a una persona: ‘Vende tu campo y compra un burro’ si tu plan
es aprovecharte de él y comprarle [el campo]”.
Vender un campo y comprar un burro no es necesariamente un mal
consejo. Pues la vida agrícola de arar, sembrar y cosechar campos es más
intensamente laboriosa que ganarse la vida transportando cargas de un
lugar a otro sobre un burro. Por el otro lado, conducir un burro también
tiene sus desventajas, pues la persona se ve obligada a estar en constante
movimiento y pasar largos períodos lejos de su familia.
Por lo tanto, sugerir a una persona “vende tu campo y compra un burro”
no es necesariamente un mal consejo, pues semejante cambio de
estilo de vida puede en efecto adaptarse mejor a una persona. El problema
aquí es que el consejo no era adecuado para el receptor, es decir,
no se dio sólo en bien del receptor, sino que en realidad lo fue en beneficio
del “consejero”.
Como el receptor del consejo no sufrirá físicamente en esta instancia,
uno podría pensar que está permitido dar semejante “consejo”. Para refutar
esta idea, la Torá nos ordena: “No pondrás un escollo ante una persona
ciega”, es decir, no ofrezcas de manera egoísta un “consejo” que no
pretende el beneficio del receptor, incluso si no lo daña.
En función de lo anterior podemos entender por qué Rashi no citó los
dos casos de Torat Kohaním: “No digas a una persona ‘Parte temprano
por la mañana’ para que lo ataquen bandidos. No digas a una persona
‘Parte al mediodía’ para que lo golpeen vientos calientes [y el sol]”. Pues
en ambos casos, el consejo es potencialmente peligroso para la otra persona
y esta es una cuestión que (en el plano literal) ya fue tratada en
Parshat Mishpatím.
Nuestro versículo prohíbe una forma de engaño cuya maldad es menos
obvia: parece ofrecer un consejo genuino cuando en verdad uno está
actuando en aras de sus propios intereses. Por eso el versículo finaliza:
“Temerás a tu Señor”, pues Él conoce tus pensamientos...
(Basado en Likutéi Sijot, vol. 27, pág. 141 y ss.)

Volver al capítulo