Entre Moshé y Iehoshúa

Entre Moshé y Iehoshúa

La culminación del libro de la Torá se centra en Moshé, de acuerdo a su particular carácter (estilo) de liderazgo. El final del libro de Iehoshúa no se centra en Iehoshúa, sino en los actos del pueblo, conforme al estilo de conducción de Iehoshúa, que fortaleció al pueblo, de cara a la independencia.

En el final del libro Devarim y al final del libro Iehoshúa está sintetizada la vida y obra de dos enormes líderes: Moshé y su asistente Iehoshúa. El vínculo entre Moshé y Iehoshúa no fue interrumpido tras la muerte de Moshé-el libro de Iehoshúa está colmado de descripciones que comparan a Iehoshúa con Moshé-en la orden de quitarse los calzados, en la apertura del Iardén, y en otros numerosos sitios.

Y aún así, Iehoshúa representa una clase diferente de liderazgo con respecto al liderazgo de Moshé, acorde a las necesidades del pueblo en cada época.

La capacidad de Moshé se pone de manifiesto en un liderazgo singular, que surgió de su particular proximidad a Dios, que tuvo que liderar eventos como la salida de Egipto y la entrega de la Torá.

La capacidad de Iehoshúa se expresa a través de delegar el poder en otros, y fortalecer al pueblo de cara a la independencia espiritual y de liderazgo que no se basa en una conducción concentrada, tal como se requiere para un pueblo que está a punto de asentarse en su tierra.

La descripción del final de los días de Moshé y Iehoshúa reflejan muy bien estos dos tipos de liderazgo:

El final de los días de Moshé, que implica el final de la Torá, enfatiza la personalidad singular y el estatus de Moshé. Su nombre es mencionado siete veces en los últimos seis versículos de la Torá, él es descripto como profeta “a quien se le había manifestado Adonai, rostro a rostro” (Devarim capítulo 34, versículo 10), y además de la descripción de los signos y prodigios que fueron realizados a través de él, son descriptas las cualidades personales de Moshé como hombre-“no se había debilitado su ojo ni se había perdido su lozanía” (Capítulo 34, versículo 7).

A diferencia de ello, los versículos que resumen el final del período de Iehoshúa, en el final del libro de Iehoshúa, no se centran en Iehoshúa en absoluto, en contraste con el sermón fúnebre de Moshé, después de la descripción de la muerte de Iehoshúa y de su edad, su nombre es mencionado solamente una vez, en un versículo que ni siquiera hace referencia a él: “Y sirvió Israel al Eterno todos los días de Iehoshúa y todos los días de los ancianos…” (Iehoshúa capítulo 24, versículo 31) el sermón fúnebre de Iehoshúa no se centra en el líder, sino en el pueblo que él condujo; Iehoshúa será recordado como líder no en mérito de los signos y prodigios que realizó, sino por el mérito de su enorme influencia sobre el pueblo, y la impronta que dejó en ellos, la cual ocasionó que el pueblo continuara sirviendo a Dios todos sus días, y todos los días de los ancianos, tras su muerte.

 

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