En una palabra: gracias!

En una palabra: gracias!

En el mandamiento de la entrega de las primicias, se pone de manifiesto la virtud de la gratitud. El hecho de que la obligación de este precepto entró en vigencia sólo después de la conquista de la tierra y su distribución, enfatiza la necesidad de reconocer a través de la misma, que también la producción por la que hemos trabajado arduamente-es de Dios.

El precepto de traer las primicias nos viene a enseñar cuán valiosa es la virtud de la gratitud. A pesar de que en la base de los preceptos que dependen de la tierra de Israel se halla la gratitud hacia el Bendito Dios, quien nos ha concedido el mérito de tener una tierra preciada, buena y espaciosa pero en el precepto de las primicias, el cual no es cumplido solamente a partir de la acción sino que lo acompañamos con el “Texto de las primicias”, cuya única finalidad es la de decir-gracias.

Y efectivamente, de inmediato al ingresar a la “Azará”, el patio del Beit Hamikdash, el Gran Templo, “con la canasta todavía sobre su hombro” (Bikurim 3, 6), la persona que trae las primicias abre su boca y lee en voz alta ante el Cohen que se encuentra frente a él: “He manifestado hoy ante Adonai, tu Dios, que he venido a la tierra que había prometido Adonai a nuestros patriarcas, conceder a nosotros” (Versículo 3). Y aquel que presta atención percibe en su tono el sonido del agradecimiento: “Y le habrás de decir, he manifestado hoy-que no eres un ingrato” (Comentario de Rashi, según el Sifri).

Leemos en el versículo que abre esta Parashá: “Y será que cuando vengas a la tierra que Adonai tu Dios te concede a ti en heredad, y la poseas y te asientes en ella” (Versículo 1). Acerca de la frase “y la poseas y te asientes en ella” Rashi cita los conceptos de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria: “quiere decir que no estaban obligados a traer las primicias, hasta que conquistaron la tierra y la distribuyeron”. Y aparentemente podemos preguntar: ¿Por qué los hijos de Israel no fueron obligados a traer las primicias, ni bien ingresaron a la tierra? ¿Y acaso ellos no deben agradecerle a Dios por partida doble por haberles otorgado campos y vides con producción abundante, sin trabajo ni esfuerzo alguno?

La respuesta simple a este interrogante es que el acto de traer las primicias-que expresa la gratitud, tenía el propósito de representar una barrera para el instinto del orgullo de la persona que en su interior expresa: “Mi fuerza y el poder de mi mano, me hizo esta riqueza” (Capítulo 8, versículo 17). Tras lograr el pueblo de Israel llegar después de años de conquista y distribución a la heredad y al asentamiento, precisamente en ese momento, el precepto de presentar las primicias le viene a enseñar la humildad y a avisarle que la tierra le fue entregada como heredad por Dios.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj de la serie "Meat min Haor", publicada por la Biblioteca Beit El con la colaboración de la organización "Orot".

 

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