El pueblo exige una monarquía estable

El pueblo exige una monarquía estable

Shmuel, con una descripción profética advirtió acerca de los pecados previstos que serán cometidos por la dinastía monárquica, no obstante, en esta instancia ya no había nadie interesado en escuchar.

 

El pueblo estaba harto del régimen de los Jueces, a pesar de su libertad de la tiranía y la corrupción del gobierno, debido a la inestabilidad inherente a la ausencia de una monarquía permanente y sin una dinastía de liderazgo, y el pueblo exigió una monarquía estable. Esto significa un reinado humano permanente de generación en generación, perjudicando así el reino de los cielos. Sin embargo, Dios estuvo de acuerdo con el pueblo, e impuso a Shmuel el profeta-líder, la voluntad del pueblo.

Shmuel comprendió la profundidad de la grieta, y preparó el terreno para una reunificación con las tribus de Iehudá y Shimón, con una decisión revolucionaria de nombrar a sus dos hijos como Jueces en “Beer Sheva” (Versículo 2), allí lejos en el sur. Así él buscó alcanzar el liderazgo dinástico de jueces de su propia familia. Sin embargo los hijos fracasaron en el examen ético, con el soborno y la tendenciosidad en el juicio. Miles de años antes de los medios de comunicación modernos, todos estaban al tanto del fracaso.

 

Shmuel advirtió con una descripción profética sobre los pecados esperados de una dinastía real, en particular el reclutamiento generalizado y desconsiderado de hombres y mujeres jóvenes en los sistemas de poder, así como el "tributario servidor" (=trabajo forzado). Pero estas advertencias no pudieron disuadir a la gente. Porque esto es exactamente lo que el pueblo quería-un sistema de gobierno permanente "como todas las naciones" (Versículo 5), que tenga estabilidad y continuidad incluso a la muerte de un líder, y cuando sus hijos no sean aptos – el rey sentará a su sucesor en el trono.

 

Las advertencias de Shmuel no se materializaron en los períodos de Shaúl y David, pero sin embargo describen con una profecía exacta el reino de Shlomó, dos generaciones más tarde, y el reclutamiento para la tarea del rey es probable que cause la división de la monarquía después de Shlomó (Melajim I, capítulo 12).  Pero el problema acuciante de la inestabilidad gubernamental, especialmente frente a la presión filistea, no le permitieron al pueblo escuchar el gran número de víctimas que se avizoraba.

 

  Gentileza del sitio 929

 

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