El precio del poder

El precio del poder

¿Por qué en un comienzo Iosef accedió al pedido de los egipcios y los compra como esclavos, pero pasado un tiempo los convirtió en trabajadores en sus campos a cambio de la alimentación? La experiencia de vida de Iosef le enseñó que el poder y el gobierno también tienen un precio.


 

 

Luego de que Iosef acopió todo el dinero y el ganado que había en Egipto, y el hambre aún se sentía a pleno, vienen los habitantes de Egipto y le ruegan a Iosef: “¿Por qué habremos de morir ante tus ojos, tanto nosotros como nuestra tierra? Cómpranos, a nosotros, y a nuestra tierra por pan y seremos nosotros y nuestra tierra esclavos para Paró… Provee semilla, así habremos de vivir y no moriremos y la tierra no quedará asolada” (Versículo 19). Los egipcios solicitan ser esclavos de Paró, a fin de que puedan recibir por lo menos el salario mínimo de un esclavo-el alimento.

 

 

En un principio, Iosef accede al pedido: “Compró Iosef toda la tierra de Egipto para Paró…En cuanto al pueblo, lo trasladó a ciudades, desde un confín del límite de Egipto hasta el otro” (Versículos 20-21). Sin embargo, después de un tiempo parece ser que Iosef cambia su enfoque. “Dijo Iosef al pueblo: He aquí que los he comprado a ustedes — hoy — y a vuestras tierras para Paró, he aquí para ustedes, semilla; siembren la tierra. Y será que en las cosechas habrán de dar un quinto para Paró y los cuatro quintos serán para ustedes: para siembra del campo y para vuestra comida y para los que están en vuestras casas y para comer para vuestros infantes” (Versículos 23-24). ¿Por qué resolvió Iosef que el pueblo no será esclavo, los que residen en las ciudades de Egipto, sino campesinos a cambio del alimento, que trabajan en sus campos y ganan cuatro quintos de su producción?

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Aparentemente, a lo largo de sus años de vida, Iosef comprendió que el poder y el gobierno tienen un precio. Sólo en los sueños se inclinan el sol, la luna y las estrellas a una sola persona, sin esfuerzo alguno de su parte. La realidad posterior al sueño es mucho más compleja. Puede ser que en un primer momento Iosef se alegró por el poder que le cayó en suerte-la compra de todos los egipcios como esclavos de Paró. No obstante en un segundo pensamiento Iosef entendió que esta vía finalmente traerá una gran amargura al pueblo, ya que algún día el hambre culminará. El verdadero poder  sobre el pueblo llegará solamente a través de la gracia.

 

Y en efecto, la reacción de los egipcios fue: “Nos has devuelto la vida, podamos hallar gracia a ojos de mi señor, seremos esclavos para Paró” (Versículo 25). Una vez más, los egipcios se ofrecen como esclavos de Paró, y sin embargo hay una diferencia importante!!Cuando se presentaron ante Iosef en un inicio, expresaron esto desde la angustia y desde una completa falta de alternativa, mientras que ahora ellos lo proponen desde un profundo sentimiento de gratitud.


Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Nekudat Ptijá" publicado por el Instituto "Tzomet"

 

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