Cortesía a los Cohanim, ayer y hoy

Cortesía a los Cohanim, ayer y hoy

Un Cohen que se impurificó, o que profanó su descendencia, no está autorizado a acceder a su tarea. También un Cohen que adolece de un defecto, está descalificado para la tarea. Y esta descalificación nos resulta desconcertante: ¿Cuál es la falta que cometió el Cohen que resultó afectado, o nació con un defecto?

Una cultura cuyo elemento central es el hombre, y a partir de ello es definido toda clase de valor, contempla a todos los hombres como iguales entre sí, sin ninguna ventaja de uno sobre el otro. Tampoco hay ventaja alguna en referencia a los valores de uno sobre los valores del otro, ya que una cultura de esas características no posee los parámetros según los cuales medir formas de vida y valores, sino que los hechos son medidos de acuerdo al aporte o al perjuicio al individuo y a su mundo. Desde este punto de vista, en efecto el individuo sufre cuando le son negados determinados derechos por su aspecto exterior o situación familiar, y no hay justificativo alguno o base alguna para provocarle a la persona semejante sufrimiento.

Esto no es lo que sucede en el mundo de la Torá, según la cual el deber de la persona y su propósito es el apego a Dios, es decir, aspirar permanentemente a la perfección. Camino a la perfección se puede avanzar más, y más, y se pueden medir valores y conductas de acuerdo al nivel de su proximidad a Dios, o la perfección.

La perfección se pone de manifiesto en diversos planos. En la dimensión más simple: la perfección del cuerpo, su integridad y belleza. Hemos encontrado en la Torá que se le otorga un valor a la belleza. La grandeza de los referentes en el Tanaj y en los comentarios de Jaza”l (nuestros Sabios de Bendita Memoria) está expresada también por medio de la belleza. La integridad es expresada a través de la salud, la vitalidad y la fuerza vital, y la ausencia de estos, ya sea por enfermedad, algún defecto o la muerte, representa una carencia en la perfección. El ideal de perfección en el matrimonio y la familia- “y se adhiere a su mujer y se tornan en una sola carne” (Bereshit, capítulo 2, versículo 24)- resulta dañado en la viudez y en la separación.

Los Cohanim son los que lideran el servicio a Dios en el pueblo de Israel. Ellos son los que simbolizan el apego a Dios y la aspiración a la perfección, y por ello se les exige manifestarse en toda su plenitud. Por eso una persona impura o defectuosa es descalificada para el servicio. Por eso los Cohanim tienen prohibido impurificarse, contraer matrimonio con una mujer separada, una prostituta o una profana. Por eso se les exige presentarse con sus vestimentas para gloria y esplendor, y en numerosos sitios son descriptos como particularmente bellos.

Está claro que actualmente, cuando el Beit Hamikdash fue destruido y los Cohanim no llevan a cabo este servicio singular, no tiene asidero considerar que gozan de más derechos y privilegios, y por cierto que es difícil de comprender y aceptar los deberes que les complican su vida. Ellos se asemejan a un rey exiliado de su tierra a raíz de una revuelta, y él aspira a retornar al poder. Un rey de estas características mantiene sus hábitos de cortesía real aún en el exilio, a pesar de que su comportamiento sea visto como excepcional, extraño e innecesario en el entorno general. Mientras él siga creyendo en la posibilidad de retornar al gobierno, se sobrepondrá a las perplejidades  y continuará manteniendo sus hábitos reales. Sólo aquel que pierde la esperanza de retornar al reinado, modificará sus costumbres y comenzará a comportarse como uno más del pueblo. La demanda de anular los deberes de los Cohanim en la actualidad proviene de círculos que no piden con sinceridad: “Y restaura el servicio a Tu Santuario”,“ Y restablece a los cohanim a su servicio y a los Leviim a sus cantos y melodías”

Rab Profesor Yehuda Brandes: graduado de Yeshivat “HaKotel” y recibió la ordenación rabínica del Gran Rabinato de Israel. Tiene un Doctorado en Talmud, recibido de la Universidad Hebrea de Jerusalén en 2003. Ha dirigido “Beit Morasha”, el Centro de Estudios Judaicos Avanzados y Liderazgo en Jerusalén, entre 1998 y 2014. Preside Herzog College desde el 2014, fue uno de los fundadores de la “Escuela Maalé de Televisión, Cine y las Artes”.

 

Volver al capítulo