Celebrar la salvación y no la victoria

Celebrar la salvación y no la victoria

 

 “El primer día será de sagrada convocación y el séptimo día sagrada convocación será para vosotros” (Shemot 12, 16)

He aquí que en el Pesaj de Egipto, se celebra la festividad un solo día, pues entonces, ¿por qué la Torá ordena acerca del séptimo día de Pesaj mientras estaban en Egipto?

Y según mi concepción, es para dar un mensaje a las próximas generaciones, para enseñar acerca de la perfección de los mandamientos de D-s. Ya que todos los pueblos, acorde a  sus leyes, convertirán el día de la victoria, la jornada de la derrota de sus enemigos en un día festivo, no es ese el caso de Israel, que no se regocijarán con la derrota de sus enemigos ni la celebrarán, y como dijera el rey Shlomó en el libro Mishlei, Proverbios: “Cuando cae tu enemigo, no te alegres; cuando tropieza, no se regocije tu corazón, no sea que el Señor lo vea, y Le desagrade, y aparte Su ira de sobre él” (Capítulo 24, versículos 17-18).

Por lo cual, el ser humano con cualidades no se alegra con la caída de su enemigo, porque esa alegría no es buena a los ojos de D-s, por ello, en Pesaj no es mencionado que D-s hizo juicios punitivos con los dioses de Egipto, sólo figura que D-s liberó al pueblo de Israel de Egipto, pero el pueblo judío no celebra ni tiene un día festivo por la caída de sus enemigos.

Y por consiguiente, en referencia al milagro de Janucá, el día alude al encendido del aceite, a la inauguración de la casa de D-s y su purificación, y la Providencia Divina sobre su pueblo Israel en momentos en que no había profetas en Israel. Y por ello se realiza el encendido por un asunto no famoso, el encendido durante ocho días en el Heijal del Beit Hamikdash, el Gran Templo de Ierushalaim, ya que los líderes y jefes del  ejército eran los Sumos Sacerdotes y los Jashmonai,, y existía el temor de que tal vez dijeran “que fue mérito de su fuerza y obra”, y que vencieron en la guerra gracias a sus artimañas, entonces D-s les mostró una señal y una maravilla en el Heijal, que no es conocido sólo por los Cohanim, sino para que todos sepan que la mano de D-s lo hizo y que están protegidos por medio de milagros sobrenaturales.

Y del mismo modo, en el milagro de Purim, no celebraron como día festivo la jornada en la que Hamán fue ahorcado o cuando eliminaron a sus enemigos, ya que ello no refleja alegría para el pueblo de Israel.  El día festivo tiene lugar solamente en la fecha en que descansaron de sus enemigos (Ester, capítulo 9, versículo 22), y como requerían de ese descanso, y había serpientes en su camino que  luego fueron eliminadas, ¿acaso es posible alegrarse en el día de la victoria sobre las serpientes? ¡Porque la alegría es sólo por el reposo!, por ende, “Y escribió Mordejai estas cosas, y envió cartas… como días en que los Yehudim tuvieron descanso de sus enemigos” (Ester capítulo 9, versículos 20-22), por lo que no había duda en que se podía avivar el recelo de las naciones del mundo (como explica el comentarista Rashi: porque considerarán las naciones que nos alegramos con la caída de los enemigos), ya que la alegría surge solamente a través del descanso de nuestros enemigos, y no a partir de su eliminación…

Y he aquí que en Egipto, se ahogaron en el mar en el séptimo día de Pesaj (Comentario de Rashi sobre Shemot capítulo 14, versículo 8), y si D-s Bendito Sea hubiera  dicho que el séptimo día fuera festivo, las personas hubieran creído que D-s les ordenó celebrar para alegrarse por la derrota de los malvados. Y realmente, hemos visto que no entonaron un cántico, como está citado “no se aproximó uno al otro”, ya que D-s no se alegra por la caída de los malvados. Justamente, por eso, en Egipto dijo que hicieran una jornada festiva en el séptimo día, como indicando que la celebración no es por la caída de los egipcios en el mar, ya que se los ordenó antes de ese suceso.

Meshej Jojmá-Rabí Meir Simja HaCohen, nació en el año 1843 en una aldea cercana a Vilna, y durante muchos años vivió en casa de su suegro en Bialistok. Desde muy joven, fue considerado un erudito de la Torá. En 1888 fue nombrado como Rabino de la comunidad de Dwinsk (Denenburg), en forma paralela al Rabino Iosef Ruzin (El “Rogochover”) que se desempeñaba como Rabino de la comunidad jasídica; ambos fueron considerados entre los grandes sabios de la Torá de esa generación. Rabí Meir Simja escribió dos libros enormemente reconocidos y difundidos: “Or Sameaj”, sobre el Mishné Torá del Rambam (Maimónides) y “Meshej Jojmá”, reflexiones eruditas y analíticas de los versículos de la Torá y las enseñanzas de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria.

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