Autoridad y derechos

Autoridad y derechos

Existen dos problemáticas centrales que son comunes a todos los tipos de líderes que son mencionados en los capítulos 17-18: la problemática de la autoridad-¿Quién merece ser un líder? ¿Y cómo se elige a un líder? –y la problemática de

 los derechos de los líderes.

La persona simple requiere de guías que le muestren e indiquen la senda por la cual transitar y los actos a ejecutar. ¿Quiénes son esas personas facultadas para hacerlo? La problemática de la autoridad es una de las más graves, debido a que existe una gran dificultad para acostumbrar al público a aceptar el yugo de la autoridad y obedecerle.

La problemática de los derechos es el problema de los líderes: visto y considerando que el liderazgo está en sus manos existe la sospecha, de que tal vez habrán de abusar de dicha autoridad.. Tal vez los jueces reciban coima  y sean tendenciosos en el juicio, y tal vez se enaltezca el corazón del rey por sobre sus hermanos y se apartará del precepto a derecha e izquierda. Por consiguiente, la Torá advierte sobre las limitaciones en los derechos de los líderes, y sobre la pesada responsabilidad que recae en ellos, y destacando que sólo para ello han recibido su estatus y sus derechos.

).

La cuestión del rey ejemplifica claramente estas dos problemáticas. La mayoría de los versículos que aluden a la temática del rey tratan sobre el problema de los derechos del rey, sobre la limitación del poder del rey. Estas limitaciones tienen el propósito de impedir la corrupción de las virtudes y el deterioro del liderazgo.

Otro  versículo en la sección alusiva al rey, aborda la problemática de la autoridad: ¿Cómo se debe designar al rey? Por un lado, el texto establece: “Designar, habrás de designar sobre ti un rey, el que haya de elegir Adonai, tu Dios” (Versículo 15)-Dios habrá de elegir al rey (a través de los profetas, sus servidores, o del Pectoral del juicio)

No obstante, de inmediato, en la continuidad del versículo está citado: “No podrás poner sobre ti hombre extranjero que no es tu hermano” (Versículo 15), e inmediatamente surge el interrogante: ¿cuál es el sentido de esta advertencia, si Dios no habrá de elegir a un hombre extranjero? Según la opinión del Rambán,  a partir de este versículo se puede aprender que la elección del rey debe ser también una elección humana, y por ello la Torá niega (rechaza) la posibilidad de designar a un hombre extranjero.

La vía de la elección de un rey no está detallada-de acuerdo a la literalidad-en el texto, y se infiere que toda vía que tenga consenso del público es una forma adecuada (apropiada).

El hecho de que el rey sea elegido implica que es el indicado para ello, y así lo determinó Dios.

Según esta interpretación, todo mandatario electo-su elección es celestial. Mucho más aún cuando se trata de un gobernante electo en el pueblo de Israel. Está claro pues, que se debe aceptar la autoridad de este gobierno y respetarlo en forma adecuada, ya que ha sido instituido por decisión celestial. Dicha interpretación incrementa aún más la responsabilidad personal y pública en la elección del liderazgo.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion"

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