Aprendiendo qué es privacía

Aprendiendo qué es privacía

La Torá en Parashat Bemidbar habla del censo que Dios le ordenó a Moshé realizar antes de la partida de Benei Israel del Monte Sinaí. A Moshé se le ordenó que contara a los varones de veinte años o más, y que realizara un censo separado contando a los varones de Leviyim desde la edad de un mes (3:15).

            Rashí (3:16), citando a Midrash Tanjumá, comenta que el comando de contar incluso a los infantes de la tribu de Levi plantea un problema logístico: “Moshé dijo ante el Todopoderoso: ¿Cómo entraré en todas sus casas y en sus tiendas para conocer el número de sus hijos pequeños?”. Dios respondió ordenando a Moshé que se parara a la entrada de cada tienda levita, y luego Dios le informaría a Moshé de la cantidad de miembros de la familia que vivían en esa casa.

            Quizás sea significativo que el Midrash ni siquiera pudiera concebir la posibilidad de que Moshé ingrese a las tiendas de Leviyim para obtener la información necesaria para el censo.

Un censo subraya la naturaleza colectiva del grupo, el hecho de que todos los miembros del grupo se fusionan para formar una sola entidad orgánica.

Cuando cada persona se cuenta como un miembro de un determinado grupo, pierde, hasta cierto punto, su identidad personal, como se la identifica como parte de ese grupo. En el contexto de una unidad colectiva, existe el peligro de que los miembros se dejen entrar en la “tienda” de los demás para involucrarse en los asuntos privados de los demás. Como todos ellos forman parte del mismo grupo, pueden asumir que los asuntos privados de cada persona son directamente relevantes para todo el grupo, y por lo tanto, pueden entrometerse e involucrarse en los asuntos personales de los demás. El Midrash aquí nos recuerda que, aunque todos somos mutuamente responsables unos de otros, y todos somos parte de una nación con una misión y un destino compartidos, sin embargo, debemos respetar la privacidad y la individualidad de cada miembro. No tenemos derecho a “entrar en la tienda” de ningún miembro de nuestra nación, a asumir el derecho a involucrarnos en sus asuntos debido a nuestra membresía compartida en Clal Israel. Aun cuando apreciamos nuestra estrecha relación entre nosotros, y nos comprometemos incondicionalmente a ayudarnos y ayudarnos unos a otros siempre que sea necesario, debemos permanecer fuera de la “tienda de campaña” del otro, y permitir a todos nuestros hermanos judíos la oportunidad de expresar y desarrollar su individualidad y personalidad únicas, conducir sus asuntos privados de la manera que mejor les parezca.

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