Aprender de los casamientos de Iaacov

Aprender de los casamientos de Iaacov

La prohibición de casarse con dos hermanas no se debe a que sea considerada una abominación sexual, sino que surge a partir de la consideración de los sentimientos de ellas, tal como puede inferirse del relato de Rajel y Leá.

La prohibición de casarse con dos hermanas no es considerada una abominación sexual, y por ello fue escrita de un modo diferente al resto de las prohibiciones: “A una mujer y a su hermana no desposarás” (Versículo 18). El motivo de la prohibición es como lo define el Rambán: “no es apropiado que tomes como esposa a una mujer y su hermana, ya que corresponde que ellas se amen, y no que sufran pesar por la disputa”.

Pues entonces, ¿Cómo es que Iaacov desposó a dos hermanas? ¿Acaso este motivo humano y comprensible quedó oculto a los hijos de nuestro patriarca Iaacov?

Iaacov, desde un principio, no tuvo la intención de desposar a dos hermanas. Se encontró casado con las dos por las complejas causas en las que quedó atrapado a raíz del engaño de su suegro Labán. Bajo estas circunstancias-y sin que haya una prohibición formal para casarse con dos hermanas al mismo tiempo- lo correcto y más indicado hubiera sido que Iaacov se casara con Rajel y dejara a Leá en su hogar. La posibilidad de separase de Leá o abstenerse de casarse con Rajel, era en esas mismas circunstancias un hecho más grave que el casarse con ambas, un casamiento que en efecto convirtió a las hermanas en competidoras  en el más amplio sentido trágico del hecho.

Nosotros proponemos contemplar la prohibición de casarse con dos hermanas como un derivado de la vida de Iaacov. Rajel y Leá, quienes construyeron el hogar de Israel eran adecuadas para Iaacov, y también era adecuado el acto de Iaacov, que desposó a ambas en las mismas circunstancias y en momentos en que no había prohibición alguna para ello. No obstante, observa como quedaron atrapadas ambas hermanas en un trágico enfrentamiento entre ellas, un enfrentamiento que se prolongó por muchos años: un enfrentamiento por el amor del marido y otro enfrentamiento para dar a luz hijos. Este enfrentamiento está descripto en forma detallada en los capítulos 29-30 en el libro Bereshit. Esto era parte de numerosas mujeres que contendían (ver por ejemplo el episodio de Janá y Pnina), pero un hilo de singular tragedia se extiende en el conflicto de las dos hermanas, como percibe todo aquel que observa estos capítulos en el libro Bereshit. Nos es suficiente mencionar versículos como: “y tuvo celos Rajel de su hermana” (Bereshit, capítulo 30, versículo 1); “contienda de magnitud he contendido con mi hermana, ¡también he prevalecido! Y llamó su nombre Naftalí” (Bereshit, capítulo 30, versículo 8).

La enseñanza que se infiere de este episodio de vida único en la familia de nuestros patriarcas, está redactado en el precepto de la Torá: “A una mujer y a su hermana no desposarás” :-Tú-hijo de Iaacov y de Leá, o tal vez de Rajel (o de alguna de las sirvientas)-tú no tomarás a una mujer y su hermana, de modo que se conviertan en contendientes.

Los relatos de nuestros patriarcas son ley, e incluyen una enseñanza para sus hijos en las próximas generaciones, una enseñanza que ocasionalmente está redactada en preceptos explícitos. Los hechos sucedidos a los patriarcas  están destinados a servirnos a nosotros-sus hijos-como base para desarrollar nuestra vida acorde a los preceptos de la Torá.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".

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