Amar al extranjero

Amar al extranjero

            La Torá en Parashat Ekev (10:19) reitera el mandato de “vaahavtem et haguer” – para mostrar afecto especial a los extranjeros que vienen a unirse a Am Israel, y agrega, “porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto”.

                       El Sefer Hajinuj (431) explica que esta cláusula adicional alude a la razón básica subyacente a este comando. Benei Israel había experimentado las dificultades de ser extranjeros, de vivir entre personas que eran muy diferentes de ellos y, por lo tanto, estaban en condiciones de simpatizar con la difícil situación de un extranjero que se une a su nación. 

            Si bien esto parece ser la comprensión simple y directa de esta mitzvá, el Rambam, sorprendentemente, parece indicar lo contrario. En Sefer Hamitzvot (asé 207), el Rambam escribe que Dios nos ordenó mostrar amor especial a un converso “porque ha entrado en nuestra Torá”. Del mismo modo, escribe en Hiljot Deot (6: 1), “Amar un extranjero que vino y entró bajo las alas de la Shejiná constituye dos mandamientos positivos… ”La implicación de los comentarios del Rambam es que esta obligación especial no surge de la consideración por la difícil situación y la posición desfavorecida del converso, sino más bien por el respeto y la reverencia que se debía a los conversos por su decisión de unirse a Am Israel y acercarse a Dios. 

            Se plantea la cuestión de cómo el Rambam entendió la conclusión de este versículo, donde la Torá misma explica la razón de esta prohibición: “porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto”. La Torá dice de manera similar en Sefer Shemot (23: 9), “No oprimas al extranjero, y sabes lo que se siente ser extranjero, porque eras extranjeros en la tierra de Egipto”. El significado simple de esta explicación es que se espera que Israel sea particularmente sensible a las dificultades que enfrenta por extranjeros que se unieron a su nación, porque habían experimentado las mismas dificultades durante su estadía en Egipto. Según el Rambam, sin embargo, este comando se basa no en la necesidad de sensibilidad a estas dificultades, sino en la admiración que debemos tener por los conversos.

            La respuesta probable es que las dificultades que soportan los extranjeros deberían elevar nuestro nivel de aprecio y estima por su valiente decisión de unirse a nuestras filas. La gran admiración que debemos tener por los conversos se deriva no solo del hecho de que eligieron abrazar la Torá, sino también de los sacrificios que hacen al someterse voluntariamente a las dificultades que conlleva vivir como extranjeros en aras de abrazar la Torá. Y a ello hay que agregar el absurdo sufrimiento que todo el proceso provoca cuando está en manos de personas insensibles, o de delincuentes que desean usufructuar con el proceso de conversión. Por lo tanto, se nos ordena tratar a los conversos con afecto especial, no solo como una cuestión de sensibilidad, sino también, y, según el Rambam, principalmente, como una expresión de profundo respeto por los sacrificios que hacen, lo que debería servir de ejemplo para que nosotros sigamos la voluntad de hacer sacrificios difíciles por el estudio y la observancia de la Torá.

 

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