¡Ciudades grandes y fortificadas hasta los cielos!

¡Ciudades grandes y fortificadas hasta los cielos!

La expresión “ciudades grandes y fortificadas hasta los cielos” (Versículo 1) viene a señalar la dimensión y la potencia de las ciudades de la tierra en esos tiempos. ¿Acaso quedan en la actualidad restos de esas ciudades grandes y fortificadas? ¿Y cuál era en esa época el método de fortificación?

La etapa previa al período del asentamiento en la tierra es calificada por los arqueólogos como la Edad de Bronce en el Medio Oriente. Y en efecto, hacia el final de dicho período hemos hallado en Israel, restos de ciudades grandes y fortificadas, como no hemos encontrado en ninguna otra época, anterior al primer Beit Hamikdash (Gran Templo). La ciudad más grande de la que fueron hallados restos, es Jatzor, cuya superficie es de más de 800.000 metros cuadrados. Esta ciudad ya fue citada en el libro Iehoshúa:” Pues Jatzor, en ese tiempo, era la cabeza de todos los reinos” (Iehoshúa capítulo 11, versículo 10)

El singular método de fortificación en la Edad de Bronce media era el de rodear la ciudad con enormes diques  de polvo de doble grado. Con la finalidad de dificultar el acceso al dique desde el exterior, fue cavado un canal (Jafir) que rodeaba a toda la ciudad. No conocemos cuál era la altura de los diques, ya que los mismos no fueron totalmente conservados, pero a partir del ancho de su base, es posible evaluar que se trata de diques imponentes. A modo de  ejemplo, el ancho de la base del dique en Jatzor es de 60 metros, y en Tel Dan el ancho de la base, en algunos sitios, es de aproximadamente 50 metros. Conforme a la opinión de los investigadores, la altura del dique en Tel Dan, llegaba a alrededor de 20 metros. A modo de ilustración, el ancho de las murallas de la Ierushalaim antigua es de aproximadamente 3 metros y su altura de apenas 12 metros.

La fortificación de las ciudades por medio de diques era muy común, principalmente en la región de la llanura de la tierra de Israel, donde se puede hallar polvo en gran medida. A diferencia de ello, en las montañas rocosas de Iehudá, en las que no hay mucho polvo, fueron construidas fortificaciones de muros de piedra a través de piedras gigantes. Por ejemplo, en las excavaciones realizadas recientemente, en la zona aledaña del manantial de Guijón, en la ciudad de David, fue descubierta una muralla de la edad  de bronce media hecha con enormes piedras, y su altura aproximada es de 18 metros. Un ejemplo adicional fue hallado en Beit El (Beitin), que a pesar que era una ciudad pequeña (alrededor de 15 acres) pero el ancho de su muralla era de alrededor de 3.5 metros.  

A pesar de que no tenemos evidencias de la existencia de los hijos de gigantes, a la luz de los hallazgos descriptos, no hay duda alguna que efectivamente era necesario alentar al pueblo de Israel en la previa de su salida a la guerra contra los residentes en las ciudades fortificadas con murallas. Sin embargo, tal como viéramos en la Parashá (sección) de Shlaj, ellos no eran muchos.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Parashat Drajim: Mabat arjeologui vegueografi beparshiot hashavua" ("Encrucijada: una mirada arqueológica y geográfica de las secciones semanales de la Torá") publicado por "Maguid", 2014.

 

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