Síntesis del capítulo, Shir Hashirim (Cantar de los Cantares) 7

Síntesis del capítulo, Shir Hashirim (Cantar de los Cantares) 7

 “Cuán bella y encantadora eres amor, deleitable”: cantico de alabanza a la mujer (Versículos 1-7)

 

El hombre convoca a la mujer para que retorne: “¡Vuelve!, ¡Vuelve! Shulamit, vuelve, vuelve para que podamos verte” (Versículo 1). Y de aquí, pasa a la descripción de los órganos del cuerpo. Las piernas: “¡Qué hermosos son tus pasos en tus calzados, oh hija del rey. Los contornos de tus caderas son como los eslabones de una cadena obra de un artesano” (Versículo 2); el vientre: “Tu vientre es como un manojo de espigas de trigo revestido de azucenas” (Versículo 3); los pechos: “Tus pechos son como gacelas mellizas” (Versículo 4); el cuello: “Tu cuello es como una torre de marfil” (Versículo 5); los ojos: “tus ojos (son claros) como los estanques de Jeshbón junto al portón de Bat Rabim” (Versículo 5); la nariz: “Tu nariz es como la torre del Líbano, que mira hacia Damasco” (Versículo 5); la cabeza: “Tu cabeza sobre ti es como el monte Carmel, y los cabellos de tu cabeza como la púrpura. El rey está cautivo en sus trenzas” (Versículo 6), y sintetiza: “¡Cuán bella y encantadora eres amor, deleitable!” (Versículo 7)

 

 “Dije: me subiré a la palmera”: el anhelo del hombre (Versículos 8-10)

 

A fin de presentar su aspiración, el hombre asemeja a la mujer con una palmera: “Tu porte es similar a una palmera, tus pechos se asemejan a racimos de uvas” (Versículo 8), y luego señala: “Dije: Me subiré a la palmera, me asiré a sus ramas. Sean tus pechos como racimos de uvas y la fragancia de tu rostro como manzanas” (Versículo 9), y continua describiendo: “Tu paladar es como un buen vino. Hablan los labios de los durmientes”(Versículo 10).

 

 “Yo soy de mi amado y sobre mí su deseo”: el deseo de la mujer (Versículos 11-14)

La mujer declara: “Yo soy de mi amado y sobre mí su deseo” (Versículo 11), y le propone al hombre salir al campo y dormir allí, y entonces: “Levantémonos temprano y vayamos a los viñedos, para ver si han brotado las viñas, si las flores del vino se han abierto y si los granados están florecidos. Allí te daré mi amor” (Versículo 13). En la parte final del cantico, parece que la mujer intenta persuadir al hombre a escucharla: “Los nardos exhalaban su fragancia y a nuestras puertas hay todo tipo de frutos preciados, nuevos y añejos, que tengo guardados para ti amado mío” (Versículo 14)

 

Redacción: Netanel Szpigel

 

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