Síntesis del capítulo, Shir Hashirim (Cantar de los cantares) 1

Síntesis del capítulo, Shir Hashirim (Cantar de los cantares) 1

El libro Shir Hashirim incluye numerosos canticos que se unieron en una composición. En las síntesis de los capítulos serán presentados los canticos pequeños de cada capítulo, y frecuentemente, serán explicados como cánticos aislados y no como un conjunto. Existen divergencias en lo concerniente a la división de los pequeños cánticos y por consiguiente, la división de los capítulos en canticos no es absoluta, y están aquellos que dividirán los capítulos de un modo diferente. Así mismo, los cánticos serán explicados conforme al texto sin hacer referencia a la explicación alegórica aceptada.

 

 “Bésame con los besos de tu boca”: Apertura (Versículos 1-4)

 

Tras la apertura general del libro: “Cantar de los Cantares que es de Shlomó” (Versículo 1), la mujer declara su amor por el hombre: “Bésame con los besos de tu boca, porque son mejores que el vino” (Versículo 2). La mujer describe que incluso si el rey se la lleva con él- ella y sus amigas estarán contentas con el hombre: “Atráeme para que corra tras de ti. El rey me ha traído a sus aposentos; me alegraré y me regocijaré en ti” (Versículo 4)

 

 “Soy morena, pero Hermosa”: la queja de la mujer (Versículos 5-6)

 

La mujer se autodescribe como “soy morena, pero hermosa” (Versículo 5): y explica por qué es morena: “ Los hijos de mi madre se han airado contra mí, me han puesto a cuidar los viñedos” (Versículo 6), es decir, sus hermanos la convirtieron en la cuidadora de los viñedos, pero ella sostiene que “mi propio viñedo que no cuidé”(Versículo 6), en sus conceptos “mi viñedo” hace referencia tal vez a su amor, a su novio o a su belleza.

 

 “Sale tras los pasos del rebaño”: un dialogo entre el hombre y la mujer (Versículos 7-8)

 

La mujer comienza con una pregunta a su amado: “Dime tú, ¿a quién ama mi alma?, ¿dónde apacientas tus rebaño? ¿Dónde lo hace s descansar al mediodía?” (Versículo 7), y él le responde: “Sale tras los pasos del rebaño y apacienta a tus cabritos junto a las moradas de los pastores” (Versículo 8). La respuesta del hombre puede ser explicada como una respuesta evasiva o precisamente como una respuesta que acerca.

 

 “Son bellas tus mejillas con tus adornos”: Cántico de alabanza a la mujer (Versículos 9-14)

 

En este fragmento hay descripciones elogiosas hacia la mujer. Dichos canticos son recurrentes a lo largo del libro, en el cual el hombre describe los miembros del cuerpo de la mujer, mediante figuras de la naturaleza. Precisamente, en este párrafo, las descripciones no son tomadas del mundo de la naturaleza sino del mundo material: “Cual yegua en los carros del faraón te he comparado, amada mía. Son bellas tus mejillas con tus adornos y tu cuello con los collares” (Versículos 9-10)

 

 “He aquí que eres hermosa, amada mía…He aquí que eres hermoso, amado mío”: diálogo entre el hombre y la mujer (Versículos 15-17)

 

En este párrafo hay mutuas expresiones de belleza entre el hombre y la mujer: “He aquí que eres hermosa, amada mía, eres hermosa, ojos de paloma. He aquí que eres hermoso, amado mío, eres lindo; nuestro lecho es frondoso” (Versículos 15-16). Y finalmente, ambos ambas hablan sobre su hogar compartido: “Las vigas de nuestra casa son de cedro, nuestros paneles son de ciprés” (Versículo 17)

 

Redacción: Netanel Szpigel

 

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