Síntesis del capítulo, Nejemiá 13 ·

Síntesis del capítulo, Nejemiá 13 ·

Apertura del capítulo: excluyeron de Israel a todo extranjero (versículos 1-3)

Los hijos de Israel leen la Torá y encuentran el siguiente párrafo en el texto “los amonitas y los moabitas no debían entrar jamás en la asamblea de Dios” (versículo 1). De inmediato, lo aplican y se apartan de todos los pueblos. La apertura del capítulo presenta el ideal frente a la dura realidad que será descripta en la continuidad del capítulo, cuando Nejemiá retorne a Ierushalaim, tras ausentarse, a raíz de la orden del rey persa.

La expulsión de Tobiá de su despacho en el Templo (versículos 4-9)

Eliashiv, el Cohen Gadol, el Sumo Sacerdote, le permitió a Tobiá (el amonita)” preparar un aposento en los atrios de la casa de Dios” (versículo 7). Al regresar Nejemiá a Ierushalaim, pone las cosas en orden y desalojó a Tobiá y arrojó todos sus elementos “fuera de aquel aposento” (versículo 8)

Orden en las porciones y en los diezmos (versículos 10-14)

Al no estar Nejemiá presente, “las porciones de los Leviim” (versículo 10) (y los diezmos que les corresponden) no fueron entregados adecuadamente, y al no tener su ingreso, ellos abandonaron Ierushalaim. Nejemiá reprendió a los encargados: “¿Por qué está la casa de Dios abandonada?” (Versículo 11), y designa a responsables fieles a ocuparse de la normalización de los diezmos y de los Tesoros.

La observancia del Shabat (versículos 15-22)

La gente de Iehudá no cesaba en sus actividades en el dia Shabat, y el comercio se desarrollaba en Ierushalaim, como en los días de la semana: En aquellos días vi en Iehudá a algunos que pisaban las vides en el día de Shabat, y traían fajos de trigo y los cargaban en asnos, y también vino, uvas, higos y toda clase de carga, y los traían a Ierushalaim en el día de Shabat… Y los de Tzor habitaban en Ierushalaim, y traían pescado y toda clase de mercancías, y los vendían a los hijos de Iehudá en el día de Shabat en Ierushalaim “ (versículos 15-16). ¿Qué hace Nejemiá? Cierra los portones de Ierushalaim y no permite el ingreso de los vendedores. Después de varias veces, en las que se vieron obligados a pernoctar en las afueras de  la ciudad, el cuidado del Shabat volvió a  ser parte de la rutina.

El abordaje de los casamientos mixtos (versículos 23-29)

Nejemiá estaba aterrado por la asimilación en Iehudá y por su influencia en la identidad de sus habitantes: “De sus hijos, la mitad hablaban la lengua de Ashdod, y ninguno de ellos podía hablar la lengua de Iehudá, sino la lengua de sus propios pueblos” (versículo 24). A fin de abordar la problemática no repara en recursos-“Y contendí con ellos y los maldije, castigué a algunos de ellos y les arranqué el cabello, y les hice jurar por Dios” (versículo 25). Nejemiá reprende al pueblo y le recuerda que el rey Shlomó pecó por las mujeres no judías: “¿Acaso no fue con esto que pecó Shlomó, rey de Israel? Era un gran rey, que no hubo como él entre todas las naciones, y era amado por su Dios, y Dios le había hecho rey sobre todo Israel; pero aún a él le hicieron pecar las mujeres paganas” (versículo 26).

La normalización de los asuntos del Sacerdocio (versículos 30-31)

Nejemiá se ocupó de purificar el Templo de todo “lo pagano”: “Así los purifiqué de todo lo pagano, y designé guardias para los Cohanim y Leviim, cada uno en su labor” (Versículo 30).

Redacción: Netanel Szpigel.

 

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