Los tres asuntos tratados en nuestro capítulo comienzan con el típico encabezamiento “Habló El Señor a Moshé diciendo” (Versículo 1).

El encendido de las lámparas (Versículos 1-4)

El breve precepto citado en el comienzo del capítulo está relacionado con Aharón “Cuando hayas de encender las lámparas, hacia el frente del candelabro habrán de alumbrar, las siete lámparas” (Versículo 2): las lámparas deben ser encendidas inclinadas hacia el frente de la Menorá (Candelabro). Este mandato ya aparece en la descripción de la construcción del Mishkán (Shemot, capítulo 25, versículo 37). Aharón acata la orden “como había prescripto El Señor a Moshé” (Versículo 3)

La consagración de los Leviim (Versículos 5-22)

Tras la inauguración del Mishkán (Tabernáculo) y los numerosos preparativos (que incluyen también el censo de los Leviim), Dios le ordena a Moshé consagrar a los Leviim para el servicio “Toma a los leviím de entre los hijos de Israel, y purifícalos” (Versículo 6).

En una primera fase se los debe purificar: rociar sobre ellos agua de purificación, rasurar su cuerpo con navaja y lavar sus prendas. Después de ello se debe congregar a los hijos de Israel, que deben apoyar sus manos sobre los Leviim “y apoyarán los hijos de Israel sus manos sobre los Leviím” (Versículo 10). En la tercera fase Aharón eleva a los Leviim en elevación ante Dios, y ellos colocan sus manos sobre los dos novillos: uno como sacrificio expiatorio y otro como holocausto. Finalmente, los Leviim pueden prestar servicio en el Santuario: “Habrás de separar a los leviím de entre los hijos de Israel, y estarán a Mi servicio los leviím. Después se allegarán los Leviím para servir en la Tienda de Reunión” (Versículos 14-15). El texto reitera el acatamiento de la orden por Moshé y Aharón.

La edad de los Leviim que prestan servicio en el Santuario (Versículos 23-26)

Tras la consagración de los Leviim, el texto aclara que se puede prestar servicio en el Santuario entre los 25 y 50 años.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj