El reino de Israel

Ajav y Navot: “Dame tu viña”

Versículos 1-4

Un hombre llamado Navot, poseía una viña en la zona aledaña al palacio de Ajav. Ajav le pidió la viña a Navot, e incluso le ofreció un suculento pago a cambio de la misma: “y yo te daré en lugar de ella otra viña mejor, o si prefieres, te daré en dinero el valor de ella” (versículo2) Navot rechaza la solicitud del rey diciendo: “Nunca permita el Señor que yo te dé la herencia de mis padres” (versículo 3). Ajav no está conforme con la respuesta de Navot y regresa a su casa “adusto y enojado”.

Izevel y Ajav: “yo te daré la viña de Navot el izreelita”

Versículos 5-7

Izevel lo ve triste a Ajav, sin comer y sin beber, e intenta aclarar lo sucedido. Ajav le brinda los detalles del episodio en una versión reducida: “porque hablé con Navot el Izreelita diciéndole: Dame tu viña por dinero o si te gusta más, te daré otra viña en su lugar, y él contestó: No te daré mi viña” (versículo 6).

Izevel escucha sus palabras y le promete que ella “arreglará” el tema de la viña.

Ajav no pregunta cómo Izevel  habrá de hacerlo y confía en su esposa sidonita.

Izevel y la farsa judicial

Versículos 8-14

Izevel organiza una farsa judicial; ella resuelve ejecutar a Navot a partir de un juicio falso, contrata a los testigos y éstos acusan a Navot de un grave cargo: “Navot ha blasfemado a Dios y al rey”. Así, Izevel provoca la muerte de Navot. ¿Acaso Navot tenía herederos? ¿Por qué las tierras pasan directamente al rey? El relato no ofrece las respuestas a estos interrogantes.

Izevel y Ajav: “Levántate y toma posesión de la viña de Navot el Izreelita”

Versículos 15-16

Tras el juicio sombrío (dudoso) organizado por Izevel y después de la muerte de Navot, Izevel se presenta ante Ajav y le anuncia que ya puede ir y heredar la viña. Ajav no formula preguntas, y simplemente se dirige a la viña: “y se levantó Ajav para descender a la viña de Navot el Izreelita y tomar posesión de ella” (versículo 16)

Ajav y Eliyahu: “Has matado y también has tomado posesión”

Versículos 17-26

Dios se dirige a Eliyahu y le ordena ir a reprender a Ajav. Eliyahu se reúne con Ajav y le manifiesta con dureza:” ¿Has matado y también has tomado posesión?”. Esta frase se convirtió en una expresión general que es utilizada con una persona que pretende beneficiarse de sus malos actos, pero en este caso, la misma es muy simple: Ajav es el que promovió el asesinato de Navot y también heredó la viña de la víctima. El castigo de Ajav es muy duro (severo): “Por cuanto te has vendido para hacer el mal a ojos de Dios…y pondré tu casa como la casa de Yarovam hijo de Nevat y como la casa de Bashá, hijo de Ajiyá por la provocación con que me has provocado la ira y has hecho pecar a Israel” (versículos 20-22)

Ajav escucha las palabras y se lamenta: “y rasgó su vestimenta y puso saco en su cuerpo, y ayunó y se acostó en el saco y permaneció callado” Dios lo escucha a Ajav y atenúa el castigo: “¿Has visto cómo se humilla Ajav delante de mí? Por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en su época, en el período de su hijo traeré el mal sobre su casa”