Síntesis del capítulo, Génesis 41

Síntesis del capítulo, Génesis 41

Los sueños de Paró (Versículos 1-7)

Pasaron dos años y Paró sueña que está parado cerca del río. De repente, él ve dos grupos de vacas: siete vacas gordas y rellenas y siete vacas “subían tras ellas…feas de parecer y flacas de carne” (Versículo 3). Las vacas feas de parecer comen a las siete vacas gordas. Luego, Paró vuelve a soñar un sueño y en él ve siete espigas “gruesas y buenas” (Versículo 5) y he aquí que hay otras siete espigas “delgadas y marchitas por el solano, que crecían tras ellas” (Versículo 6). Las espigas delgadas se tragan a las espigas gruesas y llenas. “Y despertó Paró y he aquí que era un sueño” (Versículo 7)

En busca de un interpretador del sueño (Versículos 8-16)

Tal como le ocurre al lector, Paró no tenía idea cómo tomar estos sueños, que aparecen fuera de todo contexto real. Paró le cuenta los sueños a sus siervos, pero ellos no logran interpretarlos. El Maestro de los Coperos se acordó de Iosef que  le interpretó a él y al Maestro de los panaderos sus sueños “Cada cual de acuerdo a su sueño le interpretó” (Versículo 13). Paró sacó a Iosef de la cárcel y le solicitó que le interpretara los sueños y se los repite con leves modificaciones. 

Dos sueños, una interpretación y el consejo de Iosef (Versículos 25-36)

Iosef escucha los sueños de Paró y define que “el sueño de Paró es uno solo” (Versículo 25). No se trata de dos sueños separados sino de un mismo sueño que Dios repite “porque está firme la cosa por parte de Elohim y Elohim se apresura para hacerla” (Versículo 32). Iosef, no sólo interpreta el sueño sino que además le da un consejo a Paró: ahorrar y acopiar comida durante los siete años buenos para sobrevivir los años de hambruna.

La reacción de Paró y el ascenso de Iosef (Versículos 37-46)

“Pareció buena la cosa a ojos de Paró y a ojos de todos sus servidores” (Versículo 37). Paró ve en Iosef a una persona inteligente y sabia y tal como se daba en el hogar de Potifar, también lo será en la casa de Paró “Tú habrás de estar a cargo de mi casa y a tu mandato se adherirá todo mi pueblo” (Versículo 40). Paró lo viste a Iosef con prendas nuevas, le entrega el anillo del rey, cambia su nombre y le concede una mujer. Iosef atraviesa una transformación real desde el ocaso más profundo al nivel más elevado.

Del sueño a la realidad (Versículos 47-57)

Ahora, el sueño se convierte en realidad. Se aproximan a Egipto  los siete años de saciedad y Iosef se preocupa de almacenar la mayor cantidad de comida y recursos para los próximos años. Después de los siete años de saciedad llegan a Egipto los siete años de hambruna, y en esta instancia, los depósitos se abren “Abrió Iosef todos los depósitos y le vendió a los egipcios” (Versículo 56). Personas de diferentes países llegan a Egipto. En forma paralela a la descripción de los años de saciedad y de hambruna, el texto bíblico da cuenta del nacimiento de dos hijos de Iosef: Menashé y Efraim.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Volver al capítulo