Síntesis del capítulo, Ezra 9

Síntesis del capítulo, Ezra 9

Ezrá se notifica de los pecados del pueblo (versículos 1-2)

Los príncipes se dirigen a Ezrá y le dicen: “El pueblo de Israel, los sacerdotes y los Leviim no se han separado de los pueblos de las tierras, haciendo conforme a las abominaciones de los Knaanim, de los Jitim, de los Perizim, de los Iebusim, de los Amonim, de los Moabim, de los egipcios y de los Amorim; sino que han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, de modo que la simiente sagrada se ha mezclado con los pueblos de las tierras” (versículos 1-2).

El ayuno y la plegaria de Ezrá ante Dios (versículos 3-15)

Ezrá oye acerca de lo acontecido, se lamenta y manifiesta signos de duelo: “Y cuando oí tal cosa, rasgué mi vestido y mi manto, y me arranqué el cabello de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado” (versículo 3). Ezrá se autoimpone un ayuno y luego inicia una larga plegaria a Dios: “Pero a la hora de la ofrenda de la tarde, me levanté de mi ayuno rasgadas mi vestimenta y mi manto, y caí de rodillas y extendí mis manos al Eterno mi Dios” (versículo 5). Ezrá le ruega a Dios por el pueblo de Israel, a fin de que no lo castigue, después de que el pueblo volvió a transgredir los preceptos de Dios: “Eterno, Dios de Israel, Tú eres justo, porque hemos sobrevivido un remanente que ha escapado, como en este día; he aquí, estamos delante de ti con nuestra culpa, porque nadie puede estar delante de ti a causa de esto” (versículo 15).

Redacción: Netanel Szpigel.

 

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