Síntesis del capítulo, Deuteronomio 21

Síntesis del capítulo, Deuteronomio 21

Una becerra desnucada (Versículos 1-9)

En el caso que se haya encontrado un cadáver en tierra abandonada, por lo cual no hay forma de saber quién es el asesino-los ancianos y jueces revisarán cuál es la ciudad más próxima al cadáver. Los ancianos de la ciudad más cercana, deben llevar una becerra, hacerla bajar hacia el río Eitán, allí deben desnucarla, lavar sus manos sobre la becerra desnucada y pronunciar: “Nuestras manos no han derramado la sangre esta, y nuestros ojos no han visto. Absuelve a tu pueblo Israel, que has rescatado, Adonai, y no hagas recaer la culpa por la sangre inocente en medio de tu pueblo Israel, y les será expiado por la sangre” (Versículos 7-8)

Una mujer bella de presencia (Versículos 10-14)

Esta ley es continuación de las leyes de la guerra del capítulo anterior. Tras el fin de la guerra, en el caso que una persona toma como cautiva a una mujer bella de presencia del enemigo, ella debe rasurar todo su cabello y “dejará crecer” sus uñas. Los comentaristas dudaron sobre el carácter de estas acciones: ¿Acaso se trata de una especie de duelo de la mujer por su familia (según la opinión del Rambán) o se trata de una exigencia de la Torá para afear a la mujer a ojos del hombre, dado que este matrimonio es indeseable y para que el hombre se retracte  de su deseo de estar con la mujer gentil (según la interpretación de Rashi)? De todos modos, el hombre debe dirigirse en forma respetuosa a la mujer cautiva, si no la desea más, debe dejarla en libertad, y no venderla a cambio de dinero: “No comerciarás con ella, ya que la has vejado” (Versículo 14).
 

Un hijo de la mujer amada y otro hijo de la mujer aborrecida (Versículos 15-17)

En el supuesto caso que un hombre tiene dos esposas, una amada y otra aborrecida, y el hijo primogénito del hombre es de la mujer aborrecida-el hombre no puede concederle los derechos de la primogenitura al hijo de la amada, sino que debe otorgárselos al hijo primogénito, ya que él es el comienzo de su vigor.

El hijo desviado y rebelde (Versículos 18-21)

Una ley adicional concerniente a cuestiones familiares es el hijo desviado y rebelde. Se trata de un niño que no escucha a sus padres, y los mismos, aparentemente, han perdido toda esperanza en él. El padre y la madre lo toman y lo sacan al encuentro de los ancianos de la ciudad y dicen: “Nuestro hijo, este, es desviado y rebelde, no obedece nuestra palabra, glotón y bebedor” (Versículo 20). La ciudad se congrega y lapida al niño. Dado que se trata de un episodio grave, en la Tosefta es traída una opinión que establece “nunca hubo un hijo desviado y rebelde, ni tampoco lo habrá en el futuro”

La prohibición de hacer pernoctar el cadáver   (Versículos 22-23)

En el caso que una persona fallece, se lo debe colgar de una horca, pero la Torá prohíbe dejar el cadáver en la horca por un tiempo prolongado, sino que debe ser sepultado en ese mismo día “ya que por blasfemia de Elohim él está colgado, y no habrás de mancillar la tierra que Adonai, tu Dios, te concede a ti en heredad” (Versículo 23).

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

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