Síntesis del capítulo, Deuteronomio 2

Síntesis del capítulo, Deuteronomio 2

En nuestro capítulo, Moshé continúa su discurso histórico  y describe la travesía del pueblo de Israel por el desierto y su enfrentamiento con otros pueblos. Parece que el capítulo está estructurado en una estructura de “tres y cuatro”: contra Edom, Moab y los hijos de Amón-existe una prohibición de luchar contra ellos, y contra el cuarto pueblo mencionado-Sijón- se llevó a cabo una cruenta batalla.

La prohibición de combatir contra Edom (Versículos 1-8)

Moshé sigue relatando el hecho de que el pueblo pasó por el desierto y circundaron en torno al monte Seir durante muchos días. A raíz del mandamiento de continuar dirigiéndose hacia el norte, Dios persuadió al pueblo para que no perjudicara a los hijos de Esav, y en efecto, Moshé relata que el pueblo de Israel no pasó por la senda de los hijos de Esav “Transitamos por delante de nuestros hermanos, los hijos de Esav…frente al camino de la llanura, frente de Eilat y de Etzion Gaber, nos trasladamos y transitamos por el camino del desierto de Moab” (Versículo 8).

La prohibición de combatir contra Moab (Versículos 9-16)

Cuando el pueblo de Israel arribó a Moab, también entonces Dios le ordenó a Moshé no hacerles daño, como ocurriera con los hijos de Esav. Según los conceptos de Moshé, la transición de Kadesh Barnea al arroyo de Zered duró 38 años, hasta que murió toda la generación del desierto, como lo prometiera Dios en el pecado de los espías.

La prohibición de luchar contra los hijos de Amón (Versٌículos 17-23)

Cuando el pueblo atravesó la frontera de Moab en dirección a los hijos de Amón, también entonces Dios le ordenó a Moshé no luchar contra los hijos de Amón “No los hostigues y no te envuelvas con ellos en lucha, ya que no habré de darte de la tierra de los hijos de Amón posesión, pues para los hijos de Lot la he concedido en posesión”  (Versículo 19)

La Guerra contra Sijón (Versículos 24-37)

Tras abandonar a los hijos de Amón, el pueblo se dirigió hacia Sijón, rey de Jeshbón. Aquí, el mandamiento de Dios es inverso a lo que hemos visto hasta ahora: “Mira, he entregado en tu mano a Sijón, rey de Jeshbón, el Emorí, ya su país empieza a desterrar y envuélvete con él en lucha“(Versículo 24). Moshé relata que él intentó pasar por la tierra de Sijón en son de paz, mas el intento no prosperó, y el pueblo de Israel luchó contra Sijón-y tal como Dios lo prometiera, el pueblo también salió victorioso de la batalla: “Desde Aroer, que está en la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en el valle, y hasta el Guilad, no hubo ciudad que fuera más fuerte que nosotros. Todo había entregado Adonai, nuestro Dios, ante nosotros” (Versículo 36).

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

Volver al capítulo