Síntesis del capítulo, Deuteronomio 19

Síntesis del capítulo, Deuteronomio 19

Ciudades de refugio (Versículos 1-10)

Las leyes de las ciudades de refugio ya fueron presentadas en el libro Bamidbar, capítulo 35, versículos 9-34.

Tras el ingreso a la tierra deben ser asignadas tres ciudades de refugio, hacia donde podrá escapar aquel que asesinó en forma involuntaria, como por ejemplo: “O el que se adentrare con su prójimo en el bosque a cortar leña, y cuando blandiere su mano el hacha para cortar leña y se deslizare el hierro del mango y hallare a su prójimo y muriere” (Versículo 5). La causa por la cual el asesino debe escapar a la ciudad de refugio es la sospecha de que el redentor de la sangre lo mate. Además de estas tres ciudades, luego de que Dios amplíe la frontera de Israel, deben agregarse tres ciudades adicionales.

En el caso que se trate de un asesinato intencional (con alevosía), el homicida no puede escapar a la ciudad de refugio: los ancianos de la ciudad pueden entregar al asesino en manos del redentor de la sangre, y éste puede matarlo: “Y que no se apiade tu ojo sobre él, y extirparás al que derrame la sangre inocente de Israel, y será el bien para ti” (Versículo 13). Después de las leyes de la ciudad de refugio figura la prohibición de la demarcación del territorio del prójimo.

Testigos falsos (Versículos 15-21)

El párrafo reitera lo citado en el capítulo 17, que un testimonio puede ser escuchado sólo en el caso que haya dos o tres testigos, pero no en base a uno solo. Después de ello, la Torá pasa a la parte central de la cuestión: el testimonio falso. Una vez que los jueces descubren que se encuentran en presencia de testigos falsos, el castigo de los mismos será aquel que planificaban “ocasionarle” al acusado: “Le habrán de hacer a él lo que había pensado hacer él a su hermano, y extirparás al malo de en medio de ti” (Versículo 19). La Torá advierte sobre la posibilidad del testimonio falso (prohibición que figura también en los diez mandamientos) y enfatiza “y que no se apiade tu ojo sobre él”-no se debe tener piedad por los testigos falsos.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

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